La lluvia golpeaba los cristales. En el colectivo vi cómo las nubes iban cerrando el cielo. Se sacudían las ramas y la gente corría también con la cara planchada por el viento, tratando de afirmarse en el asfalto. Había llegado el cielo gris y un viento frío y muy fuerte, que agitaba inmisericorde las ramas de los árboles por toda la ciudad. A lo lejos divisé un Gremlin que torpemente andaba por la calle con el paraguas pegado a la pared. Detrás del ventanal, mirando hacia la calle, empecé a sufrir pensando en mis fracasos. El pútrido acné cubría mi nariz y frente, dándome ese repugnante brillo grasiento. Crostrones de caspa descansaban sobre mis hombros , y amargos gránulos de cera se agolpaban en mis enormes ventanas auditivas. Era un alivio con un tiempo así estar en casa. Temblaban los vidrios, pero eso qué importaba, hasta pude ahuyentar de mí la pena cuando imaginé a la gente que, con el paraguas hecho un lío, buscaría refugiarse del agua o del viento que en su furia, partiría quizá un árbol, un coche, lo que fuera; y las aguas del río desmandadas y las viviendas precarias, y las inundaciones.
Me miré en el espejo y me di lástima, es por ello que aparté pronto la vista y procedí a extraer el cepillo y la pasta de dientes de la pequeña bolsa de aseo del baño. Con mi negruzca uña, secuela del escorbuto, raspé un pequeño resto de pasta reseca que se había acumulado en el mango del cepillo. No soportaba las manchas que dejaba la pasta de dientes. Siendo un emplasto de propósito higiénico, me resultaba harto irritante encontrar que, tras haberme lavado y enjuagado la boca, al evaporarse el agua revelábanse como por ensalmo unas costras blancas en las comisuras de mis labios. Me pregunté preocupado cómo los fabricantes de dentífricos ponían las rayitas en la pasta de dientes. Intenté intoxicarme con cicuta por aburrimiento y placer. Estaba hastiado, desganado, inapetente. Sondeé la posibilidad de aprovechar la entrada gratuita de los Domingos para cagar en el Reina Sofía, pero el temporal incesante me hizo cambiar de opinión. Me masturbé con la música de Batman. Practiqué tocando la pandereta, apretando mis ojos para obtener un interesante show de luces. Comprobé durante cuánto tiempo podía aguantar la respiración. No fue excesivamente divertido, pero ayudó mucho a pasar el tiempo. Los días lluviosos hacían que parara mi rutina y realizara actividades que olvidaba y para las que nunca parecía que tenía tiempo. Me paré a pensar durante unos minutos la curiosa desaparición de los chicles Boomer. Estaba tremendamente aburrido.
Y entonces lo recordé. Con los códigos de barras de los Phosquitos, me habían regalado un puzzle. Junto al coleccionismo de chupicromos, los rompecabezas de piezas de cartón, eran una de mis pasiones. Recuerdo como en los primeros puzzles que hice, me cansaba enseguida, y si tenían bastantes piezas, no los acababa nunca. Pensaba que hacer un puzzle era una solemne gilipollez. ¿ Por qué no coger directamente la jodida fotografía o el dibujo entero en vez de perder el tiempo con las piececitas?.- ¡Cuán equivocado estaba!
Cogí la caja del puzle y esparcí torpemente sus piezas en la mugrienta mesa del comedor. El rompecabezas era difícil, pues no indicaba que fotografía había que cimentar. A veces creía que el nuevo trozo de dibujo era imposible, repasando todas las piezas, pero estaban bien encajadas, podía haber un error con 2 piezas parecidas pero al colocar otras se detectaba y cuantas más piezas tenía enlazadas menos probable era que contuvieran una equivocación.
Lo primero que monté fue un ondulado cabello negro descansando plácidamente sobre el rostro de una incógnita y morena mujer. Estaba emocionado, nervioso, magnetizado por aquel estúpido crucigrama de cartón. Que sorpresa tuve cuando vi que el dibujo de un elegante collar colgando del cuello de aquella hermosa hembra. Había cogido cariño a aquella fémina y anhelaba excitadamente encontrar las piezas que fabricaran su esbelto torso. Logré construir, con cierta frustración, sus flácidos senos. Posteriormente, monté el trozo en el que se distinguía una panza dispuesta para estallar. Qué gorda estaba la cabrona. Debía ser una mujer que hacía las abdominales al revés. Ante la visión del final del puzle, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Un enorme pene colgaba de su pubis negruzco y peludo.
Si hubiera tenido el dibujo entero desde el principio, hubiera aprovechado el Domingo para ir a cagar al Reina Sofía.
Si hubiera tenido el dibujo entero desde el principio, hubiera aprovechado el Domingo para ir a cagar al Reina Sofía.
Joder!!!! Si este puzzle sale en los phoskitos, no me puedo ni imaginar el que saldrá en el Playboy!!! jajajja
ResponderEliminarGenial, jajajajajaja
ResponderEliminarYo hubiera sido incapaz de terminarlo....Alguna pieza no me encajaría....básicamente de estómago hacia abajo...
ResponderEliminarUn beso.
Yo quiero un puzzle de esos!!! jajajajja
ResponderEliminarMuy bueno macho!
Menudo susto con el puzzle. Mejor que coleccione calcamonías.
ResponderEliminarExcelente post.
jajajajajja
ResponderEliminarSiempre con la misma moraleja fálica!!!
Grande, grande Don prepuzio, tanto como la belleza del puzzle!!! jajajja
ResponderEliminarEres el puto amo!
ResponderEliminarPues seguro que hay coleccionables...Así que atentos a la próxima entrega
ResponderEliminarJAJAJAJAJ
Buenísimo Maestro.
ResponderEliminarAl menos esta vez al divisar el miembro del/la sujeto en cuestión no ha sufrido un ataque de angustia...Se está curando Don prepuzio.
ResponderEliminarDiga que sí! Es mucho mejor ir a cagar al Reina Sofia que completar ese aterrador puzzle!
ResponderEliminarJoder¡¡¡¡¡¡ QUE SUSTO!!!!
ResponderEliminarque wueno!!!!
ResponderEliminarJajajajajajaja buenísimo el post!!!
ResponderEliminarYa les vale a los de los Phoskitos
Yo no lo hubiera acabado...
ResponderEliminarPero.....si es MAGIC JOHNSON, NO?¿
ResponderEliminarSublime como nos tiene acostumbrados,,,,
ResponderEliminarLOL
ResponderEliminarSi hubiera comprado 'Tigretones', eso no le hubiera pasado.
ResponderEliminarSiempre puede colgarlo a modo de cuadro en el comedor de su apartamento.
jajajajajajaj
ResponderEliminarMe pregunto de dónde sacará usted tan tremendas fotografías. Siempre encuentra la oportuna, o la oportuna...le encuentra a usted.
ResponderEliminarEl post, en su línea, de muy mal gusto.
Sublime amigo, partida de risa.
ResponderEliminarSoberbiamente grosero. Groseramenete divertido. Divertidamente vulgar.
ResponderEliminarCoño! y a mi sólo me salen cromos de los pitufos!!!
ResponderEliminarEl próximo día que llueva y esté aburrido, ejercítese aguantando la respiración hasta que caiga desmayado o muerto. Es una experiencia mucho más fascinante querido amigo.
ResponderEliminarQue bella estampa la del puzzle. Con sorpresa incluida.
ResponderEliminarUna vez más me quito el sombrero que no tengo,Genial.
ResponderEliminarDefinitivamente Ud. no tiene arreglo! Su obsesión peneniana es preocupante.
ResponderEliminarDe psiquiátrico Sr. Prepuzio. De estudio patológico es lo suyo.
ResponderEliminarjajajaajaja le dejaría perplejo tan bella estampa.no?
ResponderEliminarPues no esta tan mal el puzzle ;)
ResponderEliminarMuy bueno Tasio.
ResponderEliminarBesitos
Genial amigo, genial.
ResponderEliminarCreo que he visto más penes en esta página de los que veré en toda mi vida.
ResponderEliminarDivertidísimo como es de costumbre.
Está usted loco de remate!!!!
ResponderEliminary los chimos queee? ya nadie se acuerda de los chimos! con lo ricos que estaban
ResponderEliminarJa ja ja que bueno.
ResponderEliminarEs verdad Teresa, " Chimos es, es una agujero" era un clásico!
Bellísimo post Don PREPUZIO....como la mismísima hembra del puzzle.
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