miércoles, 30 de marzo de 2011

HERMENEGILDO, MI MEJOR AMIGO

Hermenegildo, mi mejor amigo.

Ser amigo es pensar en el otro, hacerle feliz, apoyarle, brindarle una palabra de aliento en momentos funestos y amargos. Es atenderle, cuidarle, mimarle.
La amistad es un sentimiento maravilloso con el que cuenta la humanidad. Es un sentimiento verdaderamente prodigioso, que nos permite compartir nuestras vivencias con otras personas con las cuales sentimos empatía y confianza. Es una experiencia única, indescriptible. Compartir los éxitos y los fracasos, puesto que el apoyo que se brinda entre amigos hace sentir mayor vitalidad y erguirse en las vicisitudes de la vida. La relación de amistad, afecto y confianza con otra persona nos sirve de cobijo, porque en ella hallamos  amparo, socorro y cálida protección. La verdadera amistad, no tiene germinado el sentido de la posesión, y no es absorbente en su trato con los demás,  no hay en ella reivindicaciones, ni pretensión antojadiza,  ni exigencias; al contrario, es libertad y apoyo mutuo.
Joder…me estoy emocionando…
Mi mejor amigo es Hermenegildo.
Hermenegildo tiene los hombros húmedos de mis lágrimas. Es leal y sincero. Me comprende. Me acepta como soy y tiene fe en mí. Hermenegildo reconoce mi virtudes,  sin envidias, sin rencores  o desazones. Hermenegildo me estimula y elogia sin adularme. Me ayuda desinteresadamente, y no abusa de mi bondad. Con sus versados consejos me ayuda a pulir mi personalidad. Hermenegildo goza con las alegrías que llegan a mi corazón, respetando mi intimidad. Hermenegildo es un salvavidas ante un ataque de depresión, es un pañuelo de lágrimas, provoca en mí grandes suspiros de alivio, escucha, aconseja, impulsa, llora conmigo, sufre conmigo, canta conmigo, eructa conmigo.
Hermenegildo es un perro. Y no en el sentido despectivo del vocablo. Hermenegildo es un canino, un sabueso, un podenco. Y es mi amigo. Sí. Mi mejor amigo. Pese al vínculo casi místico que me une a Hermenegildo, el muy cabrón no me hace ni caso. Cuando jugueteamos en el parque y le lanzo la pelotita, el jodido se me queda observando inmóvil, con una mirada sardónica y mordaz, burlándose de mí. Ni se inmuta el malnacido. Hermenegildo tiene un sospechoso descontrol de su esfínter cuando yace en el preciado felpudo tunecino que decora mi salón. Hermenegildo me despierta cada mañana a las 4.00 h. con sus rastreros ladridos. El muy canalla siente devoción por los despiadados ataques a las fuerzas del orden a las que acomete con salvajes dentelladas. Su innato carácter para la vigilancia no ha impedido que un torpe e invidente ladrón expoliara mi humilde morada. Hermenegildo corre como una liebre en celo cuando tengo que ponerle la correa.
Pero Hermenegildo es mi compañero, mi cómplice, mi aliado.
Hermenegildo, gracias por ser mi amigo.




domingo, 27 de marzo de 2011

CONSULTORIO DÖCTOR PREPUZIO IV

Paula Ortega Madarieta. Doctor Prepuzio, tengo una pregunta que me corroe por dentro.  ¿Como será estar en NADA? ¿absolutamente nada? quiero decir. ¿Si no existiese ni la tierra, ni la vía Láctea, ni el universo? Cuando me pongo a pensarlo, medan escalofríos y todo -no se porque-.Saludos.

Apreciada Paula,
¡Cuánta angustia y misterio encierra esta pregunta tan simple!.Espero tener la sabiduría para combatir los problemas que se me van presentando en el camino...Universo. Conjunto de todo lo que sucede. NADA es antónimo de todo. Todo es sí. Sí es nunca. Nunca será siempre. Me duele el escroto. Surgir es vivir. Yo comulgo. O Morir. Vivir. Morir. ¿Copular tal vez? No soy yo. Tú no eres tu. Tururúuu. Él es tú. ¿Y nosotros?.. Y te preguntarás, Joder ! es bueno el Döctor Prepuzio!., ¿ qué significará esta hermosa poesía?. Pues no tengo ni puta idea. Tampoco me importa ni viene a cuento. Como tampoco tengo ni puta idea de la respuesta a tu consulta.Buscamos lo imposible de lo difícil y necesitamos la afirmación de la negación. Es fácil todo lo posible, pero resulta difícil lo imposible. Cuando la facilidad de lo imposible resulta clara...... has de tomar tu propia decisión. Yo ya la tomé...¿Y tú?

Perico Montaner A Dr Perpucio: cree que la crisis acabara con la politica, y españa pasara a una dictadura o anarquia? Gracias, Periko

Apreciado Perico,
La crisis, devastadora y profunda, será gradual . Conllevará el fin del sistema capitalista, el deceso del crédito masivo, el óbito de la propiedad privada y por consiguiente el inicio de un nuevo sistema económico, que será denominado como el “SISTEMA PREPUZIANO. Su base intelectual se estructurará en el conjunto de doctrinas políticas derivadas de la dilatada obra del brillante intelectual Döctor Anastasio Prepuzio. Dicho régimen económicosocial, justo, íntegro y ecuánime, con un modelo de sociedad sin clases, formas de dominación, de explotación u opresión , se articularía en una economía de trueque ( permuta de una cosa por otra. P.ej. Me tiro a tu novia a cambio de 1kg de tomates) , la abolición de todas la leyes ( incluso la de la gravedad ), la legalización del cannabis, el nudismo (liberando al hombre de los vestidos, se libera de la malicia y de la suciedad moral ) y la promiscuidad sexual .





viernes, 25 de marzo de 2011

¡VIVA EL VELLO AXILAR!

La estética ha experimentado tormentosos y dantescos cambios a lo largo de la historia. Los estereotipos, como moldes de perfección, han sugerido infinidad de formas y de aspectos, tanto para la mujer como para el hombre.
La concepción de la belleza actual ha permutado, merced a las libertades conseguidas y al progreso tecnológico tanto en el vestido, en el calzado como en el peinado.
La belleza en la Grecia clásica, se concebía como el resultado de complejos y absurdos cálculos matemáticos, medidas proporciones y cuidado por la simetría. Un cuerpo era bello cuando todas sus partes eran proporcionadas a la figura entera. Sin duda yo sería un repudiado en aquella cultura…
En la Edad Media, la ferviente fe y la intransigente moralidad cristiana impusieron un recato en las vestimentas y una práctica desaparición del maquillaje, que se consideraba contrario a la decencia cristiana en cuanto que desfiguraba lo que Dios había creado.
El Barroco fue la edad de la apariencia y la coquetería. Las cortes europeas enfatizaron su poder mediante el arte de la apariencia y la fastuosidad destacando por el uso y abuso de perfumes, carmines, lunares, corsés y encajes, prolegómeno de lo que hoy conocemos como travestismo.
En la más estricta actualidad, parece que son  las nuevas tecnologías las que proporcionan los nuevos patrones de belleza. La vigente moda, luciferina y anoréxica, pretende un siniestro regreso a la infancia, un retorno a lo lampiño, un funesto restablecimiento de la dictadura de lo lirondo. Los cánones de belleza actuales implican que gastemos dinero sin medida para alcanzarlos: gimnasios, dietas, siluetas, cirugía para la eterna juventud y satánicas depilaciones. En la actualidad, en las mujeres, el vello es injustamente objeto de burla y de miradas reprobatorias. La estética actual anhela el destierro, mutilación, amputación y ablación del vello corporal. Sin duda, una cruel atrocidad. Aquella seña de identidad de estirar los brazos para mostrar el sugerente espectáculo de unas velludas y sudorosas axilas está tristemente al borde del genocidio. Axila y vello son pareja indisoluble, binomio perenne, dueto imperecedero. La juiciosa naturaleza creó a la mujer con la axila lanuda. Y ¿ Quién cojones somos nosotros para objetar su versado veredicto?. Esa atractiva mata silvestre de pelo en las axilas, es sinónimo de feminidad, de delicadeza, de mujer, de hembra.
En los países nórdicos, más avanzados que las naciones mediterráneas en cuanto a políticas sociales, uso de las nuevas tecnologías, igualdad de oportunidades entre ambos sexos y solvencia financiera, la exhibición del vello axilar en las hembras se considera como una exuberante muestra de femineidad, está concebido como el verdadero corazón de la seducción. En Finlandia por ejemplo, es costumbre que en la primera menstruación de una niña, la madre le obsequie con una bufanda de su pelo axilar. 
Las mujeres no deberían sentir la obligación de ocultar la naturaleza de su cuerpo, ni deberían sentir vergüenza ante las manifestaciones congénitas de su torso. No existe nada más erótico, sensual, epicúreo y refinado que los negruzcos matorrales colgados ostentosamente de los sobacos. Unas axilas tupidas, densas, transpiradas, enmarañadas en bolitas de algodón son una loa a la lujuria, a la libidinosidad, al erotismo más exquisito.
Afortunadamente todavía quedamos algunos nostálgicos defensores de la axila hirsuta. ¡ Viva el bello vello axilar!.




miércoles, 23 de marzo de 2011

TENGO EL PENE PEQUEÑO

“¿ Mamá tengo el pene pequeño?” -pregunté una tediosa tarde de verano. Mi madre en un laudable gesto, solo murmuró: “No te preocupes Anastasio, ya crecerá…”. Acababa entonces de cumplir 35 años. No convencido con sus fariseas pero alentadoras palabras, decidí acudir al urólogo.
“¿Tienes frío?”,“¿Te han castrado?”,” ¿Tomas esteroides?”- fueron los burlescas preguntas que aquel cabrón graduado en medicina interpeló al examinar mi diminuto falo. Recuerdo como la decrépita enfermera observaba la escena divertida, tal espectador de un vodevil, mientras el pelirrojo facultativo, equipado con usados guantes de tacto rectal, hurgaba con alfileres y lupa mi zona genital. Había reunido a los residentes de urología para contemplar mi atroz dolencia, y un nutrido colectivo de científicos fotografiaban con asombro y compunción mis liliputienses órganos sexuales. Tras el reconocimiento y después de extirparme de mi vello púbico ladillas del tamaño de centollos, el médico me diagnosticó un severo cuadro de microfalosomía, o lo que viene siendo lo mismo, un pene con una longitud sumamente corta.
Un nuevo revés me golpeó de manera cruel y despertó en mi algo corrupto que anidaba aletargado en mi interior...
Salí de la consulta afligido, desazonado. Advertí como el ulular del viento húmedo me embotaba los oídos. Sentí a los perros reírse, a las lechuzas chotearse, a los mendigos recochinearse, a los niños mofarse, a los motoristas menospreciarme, a las ancianas escupirme. No aguanté más. Tensé mis tullidos brazos y cerré las manos en puño como si combatiera contra el mismo universo y grité hasta sentir mi faringe arder. Abofeteé el aire con las manos. Me cagué en mi enjuto y demacrado pene. Blasfemé contra todos los dioses existentes. Mi gigantesca cabeza iba a detonar; las sienes se tambaleaban como bolas de acero abrasadoras contra las paredes de mi cráneo. No podía luchar con los sombríos pensamientos que se congregaban en mi enajenado interior mientras reflexionaba. Empecé a sentir la sofocación, el sudor adueñándose de mi sucio pellejo, mis callosas manos trémulas, la mente escuadriñando entre los estercoleros de mi cerebro. Desvarié. Y comencé a oír pavorosas voces que proferían tremendas imprecaciones: “ Anatasioooooooo, Picha corta!!!” ,“ Eres un microprepuzioooooo !!!”. Era la voz del Horror que vomitaba horrendas y sarcásticas dicciones, propagando en mí la demencia, la vesania, la enajenación.

Desde entonces la psicosis se extiende como la gangrena. Rondo por las calles y los escucho, los observo. Están por todos sitios. Veo enormes penes por la calle. Diviso gigantescos falos en los balcones. Percibo hercúleos glandes en las vallas publicitarias. Advierto descomunales bálanos paseando. Avisto titánicos miembros planeando. Eso me descontrola e intento en vano pegarles, arrojarles objetos, les abronco y lloro desesperadamente, pero no notan mi presencia. Me asaltan las dudas. Los titubeos vienen a incrementar mis sufrimientos. Desde la trinchera de la congoja, me embiste el tormento de miles de voces: " Anastasio, Micropeneeeeeeeeeeee! Necesitas un bombín para hincharla!!".
Aunque mi parte más racional me indica que bajo ningún concepto debo confundir la realidad con esas imágenes fálicas, me  es imposible decidir, discernir cual es el camino que he de tomar.
Nada en mi visión puede ver con nitidez. Si me asomo por la ventana sólo veo mi tristeza y mi aislamiento, y penes, miles de falos, sinnúmero de glandes.
Sólo los árboles me comprenden. Y me contestan. Abrazarles me consuela. Su voz es la única que no me lastima. Hablan en silencio, y no hay juicio alguno en lo que dicen.
Siquiera puedo dormir. Soy un micropénico con insomnio. Es lacerante. Sin embargo a veces sueño con un libro cuya lectura no puedo gobernar, cuyas páginas pasan más raudas de lo que puedo leerlas. Observo palabras carentes de sentido, números romanos, símbolos, efigies y penes, muchos penes. Es un compendio tosco, de tapas duras y parece vetusto. Tal vez a lo largo de la perennidad lo termine interpretando, y encuentre allí la respuesta para terminar con este sádico castigo.



domingo, 20 de marzo de 2011

CONSULTORIO DÖCTOR PREPUZIO III

Diego Gomez Fernandez A su majestad sR. Dr.prepuzio: la planteo la siguiente pregunta:
De donde sale la lana virgen? es verdad que sale de las ovejas feas?

Apreciado Diego,
La lana es una fibra natural que se obtiene mediante un proceso denominado esquila. Se utiliza en la industria manufacturera textil para confeccionar productos tales como sacos, cobijas, ruanas, guantes, calcetines, bañadores, suéteres, tangas.
Contrariamente a las creencias populares, la lana no se obtiene de las ovejas. Esta fibra procede de la pelusa umbilical, mechones axilares y vello púbico de las toscas y rudas campesinas y lugareñas del Pirineo. Estas adustas aldeanas producen al año de uno a 3kilos de lana fina o de 2 a 6 kilos de lana gruesa, según la zona corporal que se esquile. La lana recién trasquilada suele ser muy sucia, poblada de pelos robustos y añejos como varas de mimbre, por lo que debe someterse a un proceso de lavado industrial para lograr cierta uniformidad en el hilado.

Martí Puig buenas tardes dr prepuzio.
Que es eso del tantra? Enseñeme komo se praktika.

Apreciado Martí,
El tantra , a diferencia de las corrientes esotéricas convencionales, adoctrina a utilizar el deseo como sendero hacia la realización. Para alcanzar dicho objetivo, es necesario recorrer, en sentido inverso, la vereda de la manifestación. Y en la misma tradición Śakti, la energía, es el vehículo mediante al cual la conciencia individual se une con la conciencia pura o divinidad, alcanzando la iluminación completa, un eterno estado de paz duradera. En Occidente el término tantra es entendido como “yoga sexual”. La viciosilla finalidad de esta práctica pecaminosa es dominar, amansar y gobernar el apetito sexual, de tal manera que el hombre pueda retardar horas e incluso días la eyaculación. Y créeme, con este obsceno ejercicio, se logra tal quimérica proeza. Pero, ¿ Como se consigue?. Apaleando, golpeando, aporreando y ajusticiando brutalmente y sin piedad la zona genital masculina.






viernes, 18 de marzo de 2011

¿BRAGAS DE CUELLO ALTO O TANGA?

De cuantos inventos concibió la perversa mente de Satanás para putearnos, existen dos especialmente malévolos: el chándal y las bragas de cuello alto. La tétrica prenda deportiva merece un capítulo aparte. La abordaremos en otra ocasión. Centrémonos en la segunda.
Debemos de reconocer sin ningún pudor, que los machos somos fetichistas e idólatras de las bragas. Las adoramos. Las veneramos. Los hombres somos criaturas simplonas y viciosas. A los varones nos agrada dejar volar la imaginación. Llevamos diestramente entrenándola desde que alcanzamos la mocedad, y poseemos un innato descaro para afrontar lo forastero y sensual. Somos adictos a lo lujurioso, incondicionales de lo concupiscente, adeptos a lo libidinoso. Cuanto más se expone más sugerente nos resulta, más queremos ver.
Para nosotros, probablemente la braga es la prenda por antonomasia, la guinda a la obra apolínea. Es el colofón de la magnificencia, boato y esplendor del cuerpo femenino. Es sin duda la representación del sensualismo en su más alto formato. Enigma, bravata y erotismo. Eso son unas bragas. Y…¿Qué tiene de erótico unas bragas de cuello alto? Absolutamente NADA. Son inequívoca muestra de vulgaridad y grosería, un oda al mal gusto. Aquellas bragas que utilizaban nuestras abuelas que celosamente cubrían el ombligo, aquellas fajas de hilo bordado, prietas, desteñidas, duras como el cemento e impellizcables, aquellos bragones que astutamente custodiaban el preciado felpudo, son un atentado a la suntuosidad femenina.
Tal vez puedan servir para temporales, aludes, lumbalgias, situaciones de riesgo extremo o supervivencia, pero estos rotundos calzones curtidos en piel de tambor para que no se resfríe el mejillón, estas piezas de “lencería” color carne visón, son un genocidio al infinito esplendor de la arquitectura corporal femenina.
El debate, tal vez recurrente, está servido: ¿tanga o bragas de cuello alto?. La respuesta es evidente.
Seguro que no sorprenderá a mis versados lectores: Yo he probado el tanga. Sí. Con dos cojones. He de admitir que el cordoncillo entre las nalgas de mi culo peludo, friccionándome el esfínter al andar, es particularmente molesto. Cómodo, muy confortable, no es.
Es evidente que el tirachinas no está concebido para hacer votos de castidad, pero el tanga ensalza la delicadeza y pulcritud del torso femenino, acentuando sus curvas. Sin duda es estimulante admirar un cuerpo femenil adornado con prendas sugestivas, que inciten, pero que no revelen.
El tanga transmite sensualidad, erotismo, feminidad, seducción, y particularmente a mí, alguna que otra incontrolada erección.
No solo soy un ferviente defensor de dicha prenda, sino que propongo canonizar a su inventor. ¡Arriba el tanga!



martes, 15 de marzo de 2011

LOS PELIRROJOS, ESOS INQUIETANTES SERES


Según la prestigiosa revista National Geographic un 4% de la población mundial es pelirroja natural. Este peculiar rasgo es debido a una mutación genética en el desconocido gen MC1R.
Apunta esta investigación que los neandertales eran ya pelirrojos y de piel tremendamente clara, como algunos humanos modernos que hoy habitan el hemisferio norte de nuestro planeta. Esta es la primera característica física que se conoce de estos humanoides, desaparecidos hace unos 30.000 años, del que se puede adivinar por los fósiles de sus huesos.
Históricamente, los pelirrojos siempre fueron considerados hijos de Satán, hasta tal punto que se les había llegado a enterrar vivos. En la mitología griega se sospechaba que los cobrizos eran amigos de lo oscuro, aliados de la vileza, socios de mefistófeles. El imperio romano asoció lo rojizo con la perversión, la fogosidad, con la depravación diabólica.
A partir del siglo VIII, a Judas se le representa así, y luego ese atributo se dilata a otros traidores, desde Caín al Mordred artúrico.
En la actualidad, estos singulares sujetos se caracterizan por tener el cabello pigmentado de color rojizo y la piel macilenta, como los pollos del Carrefour. Estos individuos son hipersensibles al Astro Rey, poseen unos rostros estucados por cuantiosas pecas y son tremendamente inteligentes.
Me perdonarán los pelirrojos, pero no hay que ser un lince para descubrirlo: llama poderosamente la atención el modo de comportarse de estos perspicaces personajes. Su inquietante y pavorosa manera de mirar, su sosiego en el andar, su malévolo y dantesco modo de gesticular, su misterioso estilo de escupir, su desconcertante y hórrida forma de sonreír…Comprobadlo con el panocha protagonista de la serie de forenses…Acojona. Joder si acojona.
Pienso que hay gazapo escondido. Estoy convencido: los pelirrojos están tramando una conspiración. Sí. Una confabulación para dominar el planeta.
Primero fueron los francmasones y los Jesuitas. Después los Illuminatis. Posteriormente los Templarios y los Thuleanos.  Ahora los pelirrojos intentan expandir sus postulados a toda costa, en un perverso plan diseñado con el fin de imponer un gobierno único, urdiendo intrigas para lograr el dominio del universo.
Los muy jodidos han situado a varios de sus inquietantes miembros en todos los centros de poder con el fin de esclavizar al resto de la civilización. Buscan la hecatombe financiera del orbe, el aniquilamiento del verano, la destrucción de toda máquina de rayos UVA, la asunción de uno de su especie como Papa, la imposición del punk como estilo de vida, el debilitamiento de las religiones a causa de la promoción del libre pensamiento y el control de la maquinaria cultural auspiciando el control policial y mental del rebaño futuro. Los pelirrojos se reúnen en lugares secretos, oscuros y ocultos, en torno a uno de los máximos dirigentes, para discutir sobre los financiamientos de sus horrísonos planes y la distribución de los recursos. Yo los he visto. Los vigilo sutilmente. Astutamente los espío. Sí. A mi no me engañan.
Estas sociedades no se muestran como tales, sino que trajinan en la clandestinidad, induciendo la responsabilidad de sus desafueros a quienes más les estorban en sus  sutiles propósitos, distorsionando la verdad,  inculcando  a las masas  con añagaza, al desprestigio y aniquilamiento de quienes los adversan.
El mismo Barack Obama es pelirrojo. Sagazmente maquillado por sus asesores de imagen, pero taheño como una mazorca de maíz. Chema, el intrépido panadero y sospechoso amigo de Espinete, es rufo. Enrique de Inglaterra es azafranado. Chuck Norrris es rubicundo…

¡Abramos los ojos!.¡Perdamos el miedo!.¡Permanezcamos en alerta!. Los pelirrojos pretenden tomar el planeta.




sábado, 12 de marzo de 2011

EL CONSEJO CAPULLESCO DEL MES

Extenuados del sosiego y la monotonía, prisioneros de lo previsible,  llega un momento en nuestra miserable y rutinaria vida que anhelamos un cambio; un momento en el que estamos hasta los cojones de todo, una fase en la vivimos desorientados y deprimidos, y en la que precisamos empezar de nuevo, reconstruyendo positivamente los errores del pasado. Retirar los muebles de la pared de nuestro destino y afrontar la muda.  Dar un giro de 180 grados. Metamorfosear. Catar nuevas experiencias. Evolucionar. Ese es el motor de la supervivencia, el catalizador de la existencia.
Ninguno de nosotros es un sistema cerrado, tapiado. Creamos nuestras actitudes para entender el mundo que nos rodea y,  por tanto, nuestras actitudes están permanentemente abiertas a la influencia del entorno. 

He aquí una sagaz propuesta para alcanzar dicho objetivo. Creedme, habrá un antes y un después tras la finalización del siguiente ejercicio:

Agarra  un tenedor, espátula o paleta de cocina y dirígete a la avenida más concurrida de tu población. Exige que te acompañen tus amigos, compañeros de trabajo, vecinos y familiares. No les expliques qué vas a hacer, será más emocionante. Escoge minuciosamente el lugar más masificado. Una vez te sitúes en el punto indicado, quédate mirando a los transeúntes a través de las púas de tu tenedor, como si estuvieses en la cárcel. Grita aterrado:" ¡Socorro, sáquenme de aquí!”. "." ¡Soy inocente. Soy inocente!”." " ¡Quiero un abogado!”.". Exige que acuda la televisión, prensa y periodistas y cuando las fuerzas del orden público te detengan, denúnciales por torturas y malos tratos.




miércoles, 9 de marzo de 2011

LA PUTA CALVÍCIE.


La alopecia es una grimosa y atroz afección que ocasiona despiadados parches redondos de pérdida del cabello. Una de cada 20 personas padece de alopecia. Yo soy uno de esos menesterosos sujetos. Perdí el pelo prematuramente, a los 15 años. Fue una ignominiosa fatalidad. Una funesta hecatombe. Y sin duda, una auténtica putada. 
Aunque existen varios tipos de calvicie, la más común de ellas continúa siendo la alopecia androgenética, monstruosa patología debida a un conjunto de factores de orden hormonal y hereditario, y que a día de hoy sigue resultando incurable a largo plazo.
El patrón típico de la calvicie masculina comienza en la línea de implantación del cabello, la cual retrocede gradual e inexorablemente para formar una "M". La maldita y jodida “M”.”M” de memo, de mamarracho, de mermado, de mentecato.
El cabello que estoicamente resiste se vuelve afrancesado, mariposón, tremendamente delgado y mucho más corto. El pelo de la coronilla también comienza a adelgazarse cobarde y cruelmente, y finalmente el punto más alto de la línea de implantación del cabello se une con la corona miserablemente despoblada, dejando indemnes la zona posterior y laterales.
La edad, el estrés, los trastornos hormonales, la deficiente alimentación o la masturbación compulsiva son las causas de la desertización capilar. Sin duda, yo ya identifiqué el origen de mi desoladora calvez…
Dicen quienes sufren esta inclemente afección capilar, que los calvos somos testosterónicos insaciables, más varoniles y sexuales...¡¡Y un cojón!!. Sólo es un farisaico argumento para justificar nuestro reluciente e yermo cráneo. No obstante, recientes estudios científicos demuestran que la pérdida de cabello puede deberse al sobrecalentamiento en el interior del encéfalo. Dicho calentamiento se originaría por el uso reiterado de las neuronas del celebro. Apunta esta investigación, que los alopécicos son sujetos fríos, perspicaces, calculadores y tremendamente prácticos. A juzgar por el pragmatismo que caracteriza mi forma de resolver los problemas ( con una hacha y una bolsa de plástico ), intuyo que dicha hipótesis puede ser verídica.
En cualquier caso, no hay nada más antiestético, vulgar, repelente, enojoso y repulsivo que un macho con una esperpéntica calvorota.
Los calvos vivimos en un pusilánime estado de sufrimiento. No somos hombres sin pelo, ni consumidores potenciales de burdos sombreros, ni individuos sin exigencia de peinarse, ni ahorradores de champú anticaspa. Somos calvos. Putos clavos. Esa es la lacerante realidad. Se burlan de nosotros en  las cenas de trabajo, en la barbería, en la iglesia, en la charcutería y a la salida de los colegios. Vivimos ese infortunio en silencio, en el más absoluto secreto.
Groseros peluquines, agónicos injertos capilares o milagrosos champús, son algunas de las estúpidas enmiendas para subsanar la alopecia. ¡¡¡Pantomimas!!!. La puta calvicie no tiene sanación. Pero si podemos encubrirla con este sencillo método: Adquiere en cualquier droguería un aerosol para garfitti del color de tu cabello. Aplica directamente el spray sobre la zona despoblada y deja secar la pintura durante 20 minutos:



domingo, 6 de marzo de 2011

CONSULTORIO DÖCTOR PREPUZIO II


Juan Miguel Román: 
"Apreciado Doctor Prepuzio, tengo otra pregunta para ti; ultimamente, un vecino dice ver a dios por todos los sitios, usted cree que se debe a paranoias creadas a la adiccion de drogas o hay que llevarlo al psiquiátrico? muchas gracias por atenderme."

Apreciado Juan Miguel,
Dios habla a todos los hombres y de diferente manera. Dice la Biblia en Hebreos 1:1-√2; 4! = 24 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”. Y en Josué 4:2=2, así pues, x ≥ 1 
 x² ≥ x, ” Como mi siervo Moisés ha muerto, ahora eres tú quien debe cruzar el río Jordán con todo el pueblo de Israel, para ir a la tierra que os voy a dar. Tal como se lo prometí a Moisés, yo os daré toda la tierra en donde pongáis el pie. Os daré el territorio que va desde el desierto y la sierra del Líbano hasta el gran río Éufrates, con todo el territorio de los hititas, y hasta el mar Mediterráneo”. Tú debes buscar el modo de comunicarte con Dios. Yo ya lo he hecho. Chateo con él en facebook.


Andrea García Aladrén: He escuchado que el graznido de un pato no tiene eco. Si es eso cierto, porque?

Apreciada Andrea, 
La carencia de eco en el graznido de las hembras de pato una es una farisea y adulterada leyenda urbana bastante difundida en nuestra lúgubre e hipócrita sociedad. Rigurosos estudios científicos han demostrado que las ondas sonoras que origina el simpático anseriforme se reflejan al chocar contra una superficie dura, dando lugar al fenómeno acústico que denominamos eco. No obstante es cierto que el eco del graznido es difícilmente perceptible por el oído humano, especialmente en espacios abiertos. Para corroborar esta tesis, te invito a que adquieras un bello ejemplar de dicho animalito. Llévalo a una catedral e introdúcele un cirio por el recto. Verás que pasa...





miércoles, 2 de marzo de 2011

LOS CABRONES DE MIS SUEGROS


Era Domingo a mediodía. El sucio parabrisas de mi viejo coche amortiguaba ligeramente el sol. La calefacción resollaba asmática y solo proporcionaba cierto alivio contra el implacable frío. Me sudaban las manos, las nalgas y los pies. Escupí un par de veces mientras me limpiaba los labios con el torso de la mano tratando de apartar el horrible sabor a vómito de mi basta boca. Me encendí un cigarrillo con la facilidad  de  los fumadores principiantes, pero apenas pude sostenerlo entre mis agrietados labios. El pitillo me cayó dos veces y la llama del encendedor abrasó mi granulada nariz. Estaba tremendamente nervioso. Habíamos quedado para almorzar en casa de los padres de Jacinta. Los hombres sienten un gran temor por conocer a su ‘suegro’. Temía, como pasa en las películas cómicas, que su padre, extremadamente celoso, analizara todas mis miradas, especialmente aquellas que hablan de deseo carnal por su hija. Apareció Jacinta por el portal de su casa, hermosa, radiante, cautivadora. Vestía un sugerente top que a duras penas sostenía unos desproporcionados pechos que dejaban al descubierto un velludo ombligo perdido entre flácidos michelines. Ataviada con minifalda, lucía unas sensuales medias de rejilla. Parecía un redondo de ternera. Su burdo maquillaje dantescamente dibujado con macrobrocha para ojos, pretendía simular el trazado del ojo de los papiros egipcios. 
-“¿Voy bien?"- preguntó besándome la mejilla. -“Estás espléndida”- respondí mientras mi pequeño amigo intrainguinal empezaba a despertarse al admirar sus curvas. Subió al coche e iniciamos la marcha. Apenas 10 minutos nos separaban de aquella infernal cita. Llegamos puntuales.
Saturnino, el padre de Jacinta, abrió la puerta. Vestía un mugriento chándal de color vistoso, reflectante, como los chalecos de los basureros.
“¡¡Buenas tardes, cabrones!!” saludó enérgicamente mientras se acomodaba el paquete testicular. Besó a su hija y me miró fijamente, escrutándome. Se acercó y me abrazó. “ Bienvenido a nuestra humilde morada, Anastasio. Ya teníamos ganas de conocerte “. Pude oler el tufo de sudor fresco mezclado con el dulzor nauseabundo del anís.-“ Pasemos al salón”- sugirió con voz siniestra. 
Saturnino me pasó un brazo por los hombros y sonriendo satisfecho me susurró al oído-” Así que tu eres el maricón que se tira a mi hija…bien, bien...”. Apenas pude articular palabra. No por su jocoso comentario, sino por su molesto y hediondo aliento.
Sentada en el sofá yacía Anacleta, la madre de Jacinta. Estaba ejercitándose con uno libro para colorear. Absorta, se hurgaba la nariz con regocijo. Su rostro se deformaba aún más de placer cuando conseguía pescar alguna de las inmundicias que poblaban su mugrienta cavidad nasal.
-“ Mamá! Ya estamos aquí!! ”- gritó Jacinta tal mercader de zoco. Anacleta se levantó del sofá y abrazó a su hija. “Este es Anastasio, mamá”. -“Que feo es, hija…”- murmuró aquella grotesca mujer mientras me saludaba con su rezumada mano. Sin duda aquella desgraciada no se había mirado al espejo.
Nos sentamos a la mesa. Tras un repugnante aperitivo a base de patatas rancias, canapés con moho y aceitunas podridas, Anacleta sirvió la sopa de tropezones. La cara de Saturnino se iluminó tal semáforo en ámbar y se abalanzó sobre el plato como un indómito depredador. Aquella criatura tenía hambre de perro. Sorbió la sopa como un poseso, sin pronunciar palabra, golpeando el vaso con los cubiertos tal compositor en plena inspiración musical. Que estampa más miserable. No pude evitar el estúpido parpadeo frenético que acompañan los tópicos de la sorpresa. Probé la sopa. Sabía a bazofia, a puerto, a metales pesados. Aquel caldo estaba guarnido con trozos de chorizo, limones, pelos rizados, serrín, brocas de taladro,  y un sinfín de inimaginables complementos gastronómicos. Excusándome en una reciente gastroenteritis, opté, en una decisión atinada, por no acabármela. Aquel Domingo se estaba convirtiendo en una espeluznante pesadilla. 
Saturnino se levantó para servir el segundo plato. Anacleta aprovechó su breve ausencia para escupir dentro de la copa de su marido las infectas expectoraciones de su cruel resfriado.
Me estaba mareando. 
El padre de Jacinta apareció con el pollo adobado. Lo sirvió con sus zarrapastrosas manos en el mismo plato de la sopa. Anacleta se abalanzó sobre él tal cachalote atacando un banco de anchoas. Engullía sin desmenuzar, como una alimaña surgida de las tinieblas. Con las manos llenas de grasa, chupaba astutamente hasta el último hueso, para terminar limpiándose las manos en el mantel. El sudor bajaba a chorros de su papada hacia su profundo y arrugado escote. Nadie osaba hablar. Todos zampaban. Los latidos de mi corazón aumentaron dando retumbos como si quisiese salir de mi pecho con un solo latido. Ver el horrible efecto de sus masticaciones al unísono, me provocaba náuseas. De repente noté como un deforme y maloliente pie acariciaba mi zona escrotal. Entendí que Jacinta, avergonzada de lo que allí estaba sucediendo, quería confortarme. Le sonreí en un guiño forzado, agradeciéndole el gesto.
Jacinta se levantó para traer el pastel. Un estremecedor espasmo recorrió mi seboso cuerpo al tiempo que empezaba a sudar: el pie seguía allí, en mi pubis, juguetando con mis glándulas testiculares. La cabeza me daba vueltas, prolegómeno de la crisis de vértigo que tanto había padecido en situaciones de estrés. Agarré un tenedor, y tal torero estocando al astado, hinqué con todas mis fuerzas el cubierto contra el foráneo y amorfo pie. Un grito, un atronador rugido, como el bramido de una bestia a la que están degollando, rompió el silencio del salón. Era el cabrón de Anacleto que dolorido, se frotaba el pie mutilado. Llegó Jacinta con la tarta, sonriendo, dando groseros lengüetazos al pastel como un sucio perro famélico. La vista se me empezó a nublar. Mi cabeza daba vueltas y más vueltas. Se me escapó un sollozo de angustia y me desvanecí.
Desperté aturdido 3 horas después. Acostada en mi cama aguardaba Jacinta. Me besó la mejilla y susurró: -" Hola cariño. ¿Quieres un trozo de pastel?".








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