Es parte de los mitos de dichas tierras, siendo la criatura mágica más solitaria y misteriosa de todas. Al cantar, parece ser hermosa doncella, y los que sucumben ante su encanto, a quién atrae por su belleza y sus canciones, otorga poderes fálicos sobrenaturales.
Obsesionado aleatoriamente como fuente de conocimiento y follabilidad, decidí comprobar si la leyenda era cierta. Mi distanciamiento con Jacinta, inmersa en la publicación de su primer libro, y especialmente mi diminuto pene, bien merecía la pena tan arriesgada aventura.
Llegué hasta el puerto de Barcelona y astutamente logré colarme en un buque carguero que estaba haciendo escala. Sólo pude saber que se dirigía a Sudáfrica. Con desesperación, inconsciencia pueril, un par de mancuernas, tres bolsas de palomitas para pasar sed durante la travesía, una sonda rectal para administrarme enemas en momentos de aburrimiento y una brújula casera, me escondí en la bodega, debajo de los motores, en un pequeño zulo que apenas me daba para extender mi metro sesenta.
Tras dos interminables semanas de viaje, deshidratado, aturdido por el ruido de los motores, y ya sin posibilidades de racionar la palomitas que eran parte del pasado, mi brújula advirtió que el barco surcaba la costa guineana. Sigilosamente subí a popa y me tiré varonilmente al mar. Empecé a nadar chulescamente estilo mariposa. Apenas aguanté 100 metros. Pasé a hacerlo estilo crol, centrándome en mantener la cabeza fuera del líquido. La visibilidad era nula. El cansancio empezaba a hacer mella en mi cuerpo, y las mancuernas me pesaban como si fuesen una coraza. Ya no controlaba el ritmo, y mi nado era irregular y torpe. Braceaba ya como un canino que se está ahogando. El cansancio, los calambres en las piernas y las pirañas que cruelmente mordisqueaban mi escroto, me impedían mantenerme a flote. Pero yo era un guerrero del dolor, un gladiador del calvario. Pensé en Falte y al momento empecé subir hasta llegar a la superficie. Ya estaba cerca, podía notarlo. La temperatura del agua había subido, lo cual me indicaba que me encontraba cerca de la orilla. Empecé a ayudarme con mis pies dotados de uñas como mejillones y manos en un arenal que yacía bajo el agua y que subía hacia la playa, y así fui avanzando, por debajo del agua salada, hasta llegar a la costa donde caí desmayado.
El océano se agitó de una manera extraña y con rumor formidable, mientras un resplandor rojizo iluminó el cielo. Eran los primeros rayos de sol que me despertaron de mi profundo sopor. Traté de poner en orden todo lo que estaba pasando, y dediqué unos minutos a reflexionar. Recordé como encontré a mi madre en Meetic.com. Estaba completamente desnudo en una paradisíaca playa. Giré mi cabeza en busca de mi zurrón, en el que celosamente custodiaba mis chupicromos y las mancuernas, y suspiré aliviado, seguía a mi lado. Las gaviotas chillaban atrozmente entre los abruptos roquedales y picoteaban sin piedad los parásitos que anidaban en mi cabeza. Me agarré los labios, intentando contener un alarido y lloré. Lloré desconsoladamente. Estaba solo, abandonado. No había nadie que pudiera socorrerme. Miré mi liliputiense pene. Él tenía la culpa de todo aquello. Maldito cabrón.
De repente, por la ladera de aquella frondosa selva que conducía a la playa, oí caer unas piedras que rebotaron contra las palmeras silvestres. Instintivamente me volví hacia aquel sitio, y vi una extraña silueta que se ocultaba, con gran rapidez, tras el tronco de un ciprés. Empecé a recordar tantas historias que había escuchado acerca de los caníbales, pero aquella silueta era perfecta, esculpida tan celestialmente, tan delicadamente, que no podía ser un antropófago. La silueta femenina, se adentró corriendo como una madre en la selva. La seguí. Tenía un paso tan ligero que se podía mover libremente por la jungla, observando sin ser observada. Podía moverse con mucho sigilo. El ruido que hacía se podía comparar con el de los ángeles tímidos. Primero retrocedía y me seguía como una sombra. Después aparecía de repente por delante, y asomaba medio rostro, atisbando con un dorado ojo desde detrás de un árbol. Bruscamente, la silueta dio media vuelta y, en un borroso revoltijo en el que a duras penas puede distinguir su platino cabello, se desvaneció para retroceder y situarse una vez más a mi espalda. Me giré viendo como huía de mí por entre las malezas de un bosque nocturno iluminado por luciérnagas colosales. Empecé a cabrearme, lanzándole atrevidos insultos -" ¡¡¡Zorra!!!, quieres dejar de jugar al escondite!!. Sal de una puta vez!!!"-. Un eructo y el rumor de risotadas fueron su respuesta. Un brutal collejón, me hizo girar jadeante. Pero no había nadie. -"Pichacorta!"- susurró una voz desfalleciente. -"La madre que te parió, sal y da la cara só puta!!!!- le contesté contrariado. Un enorme pedrusco impactó de lleno contra mi cabeza, causándome una atroz brecha. Miré a ambos lados, volaba una mariposa pura como un limón, ganando entre el agua y la luz, mirándome y riéndose de mí como una demente. A mi lado me saludan con sus cabecitas amarillas las infinitas calceolarias pero ni rastro de la figura femenina. Me senté en un altozano. Un hembra de chimpancé, tocando platillos, se acercó a mí. estaba en celo, quería poseerme. Cogí un trozo de madera carcomida y le solté un atroz estacazo en la cabeza, dejándola moribunda en el suelo. Un búho, observaba, con retorcido placer, la caída de su enemigo.
De pronto escuché un gemido agudo y seco. Provenía de la maleza. Sentí cómo se paralizaron todos mis músculos. Dubitativo, emprendí el camino en esa dirección. Los árboles se confundían entre ellos, y sentía una especie de humedad que me envolvía. Justo en la base de un árbol, desplomada de bruces, la figura femenina, entre alegre y vergonzosa, se masturbaba con una especie de fruta silvestre apepinada. Era tan bella que parecía un ángel, un hermosísimo querubín; joven y vivos colores en su rostro: sus mejillas estaban encarnadas y sus labios parecían de coral, dejándome ver al sonreír su boca, de medio lado, aquellos dientes de blancura inverosímil, compañeros inseparables de húmedos y amorosos labios; sus mejillas mostraban aquel sonrosado que en las mestizas de cierta tez escapa por su belleza a toda comparación. Era la sirena. La había encontrado. La bella sirenita cerró los ojos y disparó un potente destello de luz, encegador. Desprendía una luz brillante aturdidora que me dejó sin visión durante unos minutos. Al recobrar la vista, la sirena había desaparecido. Ni rastro de ella. Se había disipado por completo.
Retomé el camino de regreso afligido, contrariado por no haber podido entablar conversación con ella. Paré a orinar, y al coger mi pene aprecié con inmensa alegría que éste había crecido 10 cm. La leyenda era cierta.
De pronto escuché un gemido agudo y seco. Provenía de la maleza. Sentí cómo se paralizaron todos mis músculos. Dubitativo, emprendí el camino en esa dirección. Los árboles se confundían entre ellos, y sentía una especie de humedad que me envolvía. Justo en la base de un árbol, desplomada de bruces, la figura femenina, entre alegre y vergonzosa, se masturbaba con una especie de fruta silvestre apepinada. Era tan bella que parecía un ángel, un hermosísimo querubín; joven y vivos colores en su rostro: sus mejillas estaban encarnadas y sus labios parecían de coral, dejándome ver al sonreír su boca, de medio lado, aquellos dientes de blancura inverosímil, compañeros inseparables de húmedos y amorosos labios; sus mejillas mostraban aquel sonrosado que en las mestizas de cierta tez escapa por su belleza a toda comparación. Era la sirena. La había encontrado. La bella sirenita cerró los ojos y disparó un potente destello de luz, encegador. Desprendía una luz brillante aturdidora que me dejó sin visión durante unos minutos. Al recobrar la vista, la sirena había desaparecido. Ni rastro de ella. Se había disipado por completo.
Retomé el camino de regreso afligido, contrariado por no haber podido entablar conversación con ella. Paré a orinar, y al coger mi pene aprecié con inmensa alegría que éste había crecido 10 cm. La leyenda era cierta.
Increible su aventura.
ResponderEliminarGenial
Absurda aventura, mejor dicho.
EliminarJajajajajaja pero que bueno es ud.¡¡¡
ResponderEliminarLa sirenita me recuerda a una anciana que regenta un puesto ambulante de esos para niños.
Buen fin de semana.
Ya, ya,
Eliminarahora todo dicen ver a la sirenita!!
Sería ud. tan amable de facilitarme las coordenadas de la ubicación de la sirena? no por ella en sí, sino por lo que me puede ayudar,,,,
ResponderEliminar01°50′23″N, dónde N → = Ø
EliminarHalle usted la incógnita.
Aishhhhhhhhhh que me meo encima¡¡¡¡¡
ResponderEliminarIndasec le puede ayudar,,,
EliminarMi admirado Sr. Prepuzio:
ResponderEliminarPara ser usted un capullo como la copa de un pino, he de decir que lleva una vida de lo más interesante.
Empezo a sentir celos de tantas mujeres a las que describe con tanta pasión, y a las que aquí dejan comentarios.
Siento que nuestro amor se va apagando.
Nuestro amor jamás se apagará apreciada y violeácea Vanessa.
EliminarNuestro amor es ferviente y pasional
ME HAS ALEGRADO LA GUARDIA!!!ME GUSTA!!!!
ResponderEliminarQué guardia?
EliminarQuerido Anastasio,esta seguro de que le crecio el pene? O sera que le encogio la mano?
ResponderEliminarPara su proximo viaje me apunto que son siempre muy divertidos
Cuento con usted para mi próximo viaje amiga Felina.
EliminarMi mano sigue igual de grande tal extremidad de pocero.
Que crack, que crack...
ResponderEliminarHoy a publicado su post más tarde de lo que es de costumbre. me ha tenido en vilo toda la tarde!!!
Bueno, ahora por bien podrá curarse de su obsesión pénica,no?
Lo dudo,
EliminarEn mi viaje de vuelta las pirañas devoraron atrozmente los 10 cm que la sirenita me regaló,,,,
¡Fantástico de nuevo!
ResponderEliminarComo me he reído.
Muacksssss
Muaks.
EliminarEstá seguro que era la selva ecuatoriana y no un pueblo de Burgos?¿
ResponderEliminarNo, pese a que pueda parecer una campesina, era una sirena de la costa africana.
EliminarHola Anastasio!!
ResponderEliminarUn post excelente,me ha gustado mucho
Enhorabuena
besazos enormes
Gracias amiga Edurne.
EliminarPLAS, PLAS, PLAS.
ResponderEliminarAplausos.
Excelso.
Abucheo. Es una mierda.
EliminarMe ha matado con la escena de cuando se tira al mar.Sí señor, ha demostrado usted que sabe escribir además de ser ingenioso. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarHappy weekend.
Feliz fin de semana para ud. también, narizota.
EliminarDurante un rato he estado leyendo poesía al describir semejante belleza. Es ud un artista. Y luego demuestra, claro, hacer honor a su condición de capullo. Tiene su mérito.
ResponderEliminarMe dejaré caer a menudo por este blog.
Salu2,
DANI
Cuando quiera apreciado Dani, cuando quiera.
EliminarEs usted un genio.
ResponderEliminarY a juzgar por lo infeliz que parece, empiezo a sospechar que tan capullo no es. No conozco a ningún capullo que reconozca que es un capullo.
Pues ya ha conocido al primero.
Eliminarchico, eres bueno, muy bueno, pero no bueno de ser humano, eres bueno escribiendo, rápido de mente en comentarios y me gusta.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias chica.
EliminarJajajajajajajaja igualita que en la película de dibujos animados.
ResponderEliminarAlgo más desmejorada, pero el parecido es asombrante.
EliminarNo me queda más remedio que aplaudir.
ResponderEliminarLa historia tremendamente divertida. La foto,,,,bien dejemoslo,,,
Aplauda, aplauda que no la escucho.
EliminarMuy interesante tu blog amigo!! Ademas divertido, Un placer leerte y seguirte. Bendiciones!!
ResponderEliminarBendiciones para todo el mundo. Dios existe!!!!
EliminarFelicidades de mis partes por el post, querido Anastasio. Y que siga así muchos años más.
ResponderEliminarmee too de las mías amigo Twiteo.
EliminarHola
ResponderEliminarTe saluda Jackie, estuve visitando tu blog está súper, amena y entretenida. Me gustó mucho. Espero siga adelante.
Gracias Jackie. Espero que pronto pueda escribir un comentario Nuca.
EliminarSi yo tuviera una zapatilla del tamaño apropiado...
ResponderEliminarContra mi cabeza. Al menos alguien sincero en este blog.
EliminarJajajajajaja capullo, buenísimo¡¡¡¡
ResponderEliminarSiento una cierta simpatía y sinergia con su personaje, maestro Prepuizio...
ResponderEliminarOciosidad superlativa, por dios, su dedo justiciero me apunta!
Pues yo por usted siento cierta repulsa y repudio. Y sí, mi dedo justiciero le apunta.
EliminarEnhorabuena por tu blog, te invito a que te pases por el directorio web/blog www.cincolinks.com podrás promocionar tu web, con tu ficha y tus votaciones y valoraciones, con un método de intercambio de visitas llamado 5links! con el que tu blog será visitado tanto como visites a los demás y que harán que tu blog se de a conocer por toda la red. Pásate ;)
ResponderEliminarGracias, pero no acepto invitaciones.
EliminarPues que quiere que le diga,,,,
ResponderEliminarYo a las 6.00 de la mañana de un domingo, con 8 ballantines destrozándome el hígado, yo a la sirenita le hago un apaño,,,,
Qué bruto Rodri!
EliminarDiga que sí Sr. Rodri. Le honra su honestidad. A mi me ocurre lo mismo.
Eliminarjejejejejejeje, Ay, no he parado de reír. Me encanta. Buenísimo. Tremendo helada¡¡¡ jajajajajajajaja
ResponderEliminarMuy bueno... me ha hecho reir un buen rato..
ResponderEliminarBesikoooos
Y como tiene el escroto?
ResponderEliminarCarcomido por las jodidas pirañas amigo Abierto 24h.
EliminarJoder, la sirena tiene la piel más blanca que pollos del carrefour¡¡¡
ResponderEliminarTal vez tenga algún problema hepático.
EliminarGenial como siempre Don Prepuzio.
ResponderEliminarPero me asalta una duda. ¿ Como volvió a nuestro país?
Nadando, apreciada Sílvia, nadando.
EliminarBueno, un pene de 11 cm ya se considera dentro de la normalidad, bien le ha valido el viaje Anastasio. Referente a la sirena, supuse yo que sería algún adefesio a los que su gusto nos tiene acostumbrados, lo que me acojona sobremanera cuando me llama usted "bellísima". Y Jacinta estará encantada y tendrá un motivo (más) para quererle. ¿Dice usted que está escribiendo un libro? cuando lo termine haga el favor de darnos el título, si lo hace tan bien como usted, no me lo querría perder por nada del mundo.
ResponderEliminarEs usted bellísima apreciada Aina. No se me acojone.
EliminarComo he comentado en otra respuesta, las jodidas pirañas devoraron los 10 cm de alargo en mi viaje de regreso,,,
Pronto informaré del libro de Jacinta.
Como me parto con sus aventuras, bueno mejor dicho desventuras.
ResponderEliminarDeberia escribir un libro, yo se lo compraba,,,
Como no sea un libro para colorear,,,,
EliminarWenisimo!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEsperamos impacientes, la publicacion del libro de Jacinta.
ResponderEliminarLa entrada de hoy soberbia, mi mandibulas protestan de tanto reir.
Besos.
Cris
Pues coma chicle para acabar de destrozarlas.
EliminarJajajajajajajajaja y jajajajajajajaja y jajajajajja
ResponderEliminarYo tengo una duda,,,
ResponderEliminar¿ De verdad que su hobby es practicarse enemas?
Sí. Es una experiencia tremendamente fascinante.
EliminarA mi tampoco me parece real, pero si lo fuese sería digno de una peli de Torrente.
ResponderEliminarQue llevo un rato leyendo y luego volveré a por más, me atrapó usted, señor Prepuzio, joer, sorry,,,
Vuelva cuando quiera. No hace falta que llame a la puerta.
EliminarJAJAJAJA sos superior Lord Prepuzio!
ResponderEliminarQuerido gilipollas, usted tiene una mala suerte patoilógica
ResponderEliminarpatoilógica?¿ Ignoro dicho término.
EliminarJajaja me he reído de lo lindo con la historia esta.
ResponderEliminarUn abrazo
Sr. Anastasio: Sus insólitas experiencias sexuales serán escasas, pero absolutamente originales. No creo que nadie pueda presumir de lo mismo que usted.
ResponderEliminarSaludos, estimado Sr. Anastasio Prepuzio,
ResponderEliminarllevo leyendo ya un tiempo las estupideces que escribe y me gustan y todo. Así que le sigo en todo lo que diga, para usarlo en su contra.
jajajajaja besos.
Jajajjajjaj pero qué capullo es usted¡¡¡ me encanta. Estoy por meterme un tiro en la rodilla..
ResponderEliminarYo le metería un tiro por otro sitio,,,,Bien dejémoslo,,,
EliminarQuerido Tasio hace mucho que no pasaba por aquí!
ResponderEliminarmuy bueno el texto, tiene usted un don!
saludos :)
Diantres!!!!!, qué tío. Reconforta encontrar gente aún más gilipollas que uno mismo.
ResponderEliminarMe mola este sitio
Me alegra saber que alguien me entiende.
EliminarJoder, que bueno eres macho.
ResponderEliminarEste es cojonudo, pero el del viaje en avion es absolutamente genial.
Si la sirena a usted le ha hecho crecer el pene, ¿a una mujer le podría hacer crecer las tetas?, ¿o sólo funciona con los hombres?
ResponderEliminarAnónima de interior.
Pues lo ignoro, pero a juzgar por sus siniestros pechos, desaconsejo probar fortuna, apreciada Anónima de interior,,,,
Eliminarjejejeje grande¡¡¡
ResponderEliminar¿Su cabeza?
Eliminarjajaja! me parto!!!!
ResponderEliminarJaja dicen que toda mujer es bella por donde mea..
ResponderEliminarEscribe Capullo! que no puedo vivir sin leerte!
ResponderEliminarY yo no puedo hacerlo sin usted,,,
EliminarEstá ud enfermo, pero me conmueve la historia.
ResponderEliminarMaestro, visto el fracaso de si expedición, ¿lo volverá a intentar?
ResponderEliminarRenuncio,,,,Seguiré sufriendo con mi micropene.
EliminarJajajajajaja, enorme historia...
ResponderEliminarEn mi pueblo hay una anciana que se parece un montón a la sirenira y que está todo el dia sentada en el parque y lo único q sabe hacer es mirar a las a los chavales para meterles bronca. xDD jaja
Deberían poner a esta bella sirenita liderando las manifestaciones de Valencia. Seguro que la policía no sería tan hábil con la porra.
ResponderEliminarTal vez funcionara,,,
EliminarJajaajajajajaja es la primera vez que me meto en este blog y me encanta : )! jajajaja un besito!
ResponderEliminarPues métase hasta el fondo!
Eliminarjajajj que GENIAL ya me hacia falta leer algo tan pendejo
ResponderEliminar¡Cagontoloquesemenea!
ResponderEliminarLa sirenita EXISTE!!!! LA LEYENDA ES CIERTA!!!
¡HURRA!
Eliminarjajajaja ayyyy casi no me muero de la risa, muy bueno, cada vez sus entradas son mejores.
ResponderEliminarbesitos
Arácnida.
Joder que gran blog
ResponderEliminarCojonudo el blog, seriously Anastasio!
ResponderEliminarCreo que le quiero,,,
ResponderEliminarYo también siento mariposas en el estómago y no es la úlcera,,,
Eliminaruna historia inquietante, como la vida misma...
ResponderEliminarSu dicción se asemeja cada día mas a la del ínclito Leopoldo María Panero.
ResponderEliminarusted se merece,por lo menos,el premio nobel
ResponderEliminarexcelente señor prepu eres la polla tengo una historia buenisima para usted en algun rato sentados en un parke se lo comentare sige asi prepucio al poder
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