Estaba sentado ebrio, masticando opio, en la mesa de aquel bar castizo que me obligó a empezar a fumar para no quedarme sólo dentro. Sólo algunos habituales clientes de esos que nunca pagaban, vagos, timberos, prostitutas, ocasionales jugadores de pool de las mesas del fondo y el 'ruso', un decrépito personaje que no necesitaba beber para divertirse, detrás de la barra, como siempre. Una mirada a la calle vacía de todo movimiento bastaba para desalentar a cualquiera, pero no para mí. Leyendo absorto un número atrasado de una revista de zoofilia, la puerta de la taberna se abrió bruscamente y apareció en su vano un hombre elegante, muy alto y delgado. Estaba vestido impoluto con su esmoquin de color rata de alcantarilla. Su camisa amarilla simulaba el color de los muertos por ictericia. Negros de charol, sus zapatos brillantes. Y su corbata verde era de un aceitunado fosforescente. Se sentó en la barra y pidió un whisky, estando al acecho como fieras que esperan a su presa. Jacinta, vestida con una falda muy corta, una blusa amarilla casi transparente y un diminuto tanga ambarino, había salido del bar para que le tocara el humo. Entró de nuevo a la cantina. Parecía E.T. disfrazado de gitana. La sonrisa de aquel apuesto caballero se desdibujó automáticamente; señal de que empezaba una noche de arduo trabajo. El sudor brotaba de mi agrietada frente con cada pedido que llegaba a mi mesa. Había empezado ya ha hacer círculos en la mugrienta mesa con mi dedo índice. Había llegado ya a formar parte del decorado del bar . Me apoyaba en la mesa y me fundí con el ambiente, siendo invisible para los allí presentes. Las luces se revolcaban entre la multitud. El sitio ya estaba lleno y el bochorno se hacía cada vez más insoportable. Tenía más calor que el cortador de los kebabs.
Jacinta empezó a bailar como si se jugara la final en fama, danzando en una coreografía mezcla lambada, tango-reggeaton, prácticas exorcistas y elegantes técnicas milenarias de combate. Con complejos movimientos espasmódicos, tal ataque epiléptico, parecía desafiar las leyes de la física. Danzaba cargada de sensualidad, con cuidados movimientos de su cuero cabelludo, perfectamente estudiados. El hombre de la barra, de algo más de cincuenta años, enjuto como si los soles tropicales hubiesen secado toda la savia de su cuerpo, de rostro color rojo ladrillo, se levantó de la silla y se puso también a bailar. Su radar había emitido una señal inequívoca. En seguida pude adivinar sus intenciones: un accidente casual o un contacto físico, de manera que se pudiera dar la oportunidad de intercambiar algunas palabras. Se acercó sigilosamente a Jacinta y con un malintencionado tropiezo, se abalanzó sobre ella.
-" Hueles a húmedo, ¿Por qué no lo celebramos? "- susurró aquel cabrón. Jacinta se sonrojó por el cumplido. -" Hola soy Jacinta"- se presentó besándole babosamente las mejillas. La muy jodida le siguió la corriente. El hombre, con aires de galán, respondió: -" Yo soy Manolo.....y dime, tú, ¿escupes o tragas?"- . Jacinta soltó un ruido de cerdo al reírse.-"Bonitos calcetines. ¿Me los puedo probar después de haberte follado?-" le contestó socarronamente.
Me levanté de la silla cabreado, y me acerqué a la pista de baile como si esquivara a un francotirador. Gritaba: -"¡Lo mato!, ¡agarradme que lo mato!"-. Nadie me hizo caso. Estaba borracho como una cuba, pero aquel desgraciado se iba a enterar de quién era yo. Cogí al hombre por el cuello y di un torpe puñetazo al aire que apenas le rozó. El apuesto individuo respondió con una brutal patada en mis genitales que me dejó los testículos a la altura de las amígdalas. Vi moléculas. Me volví daltónico. Me levanté tambaleante, con la visión parecida a la de una mosca, pudiendo observar aquel mamonazo desde varios ángulos. Como no disponíamos de florete para batirnos a un duelo a muerte, propuse a aquel bribón, batirnos en el varonil y honroso arte del billar.
Me despojé de mis prendas para despistar a mi adversario e iniciamos la partida, ante la atónita mirada de los allí presentes.
El taco se deslizó suavemente entre los dedos manchados de tiza azulina de aquel imbécil, amagando varias veces. Podía ver cómo mi oponente calculaba la fuerza, el ángulo, el efecto. Se inclinó hasta casi tocar con la barbilla la madera barnizada que brillaba bajo los neones que alumbraban la mesa. Golpeó la bola blanca, suavemente, ligeramente de lado, acomodándola en su próximo emplazamiento tras el rebote para dejar un tiro limpio en la futura jugada. Rebosaba confianza, seguridad. Llegó mi turno. La geometría y la estrategia se dan la mano en este juego más que en ningún otro. Y yo era diestro en dichas disciplinas. Cogí el taco y me incliné en aquella mesa, enorme, con su inmaculado paño verde, como un campo de batalla sobre el que desplegar una estrategia vencedora.-" Verde a la esquina"-, pronuncié con voz gangosa. Zass!!!!, un enorme set mutiló el tapiz sin apenas golpear la bola, desatando las carcajadas de la multitud congregada en la sala de billar. Mi rival siguió jugando, encadenando golpes tras golpes. No fallaba. El octavo tiro fue más fácil. La dejó bien colocada en la jugada anterior. A aquel paso iba a limpiar la mesa en cuestión de minutos. Debía despistar de alguna manera u otra a mi contrincante. Mi perversa mente empezó a tejer una efectiva técnica de distracción. 'Estrategia', me repetía una y otra vez. Emití una siniestra psicofonía en alemán. Golpeó y... ¡Había fallado!. El hombre de rostro atractivo había marrado al embocar la negra y yo había logrado hábilmente mi cometido. Ahora me tocaba a mí, y tenía un tiro franco para embuchar una roja. Si mantenía la concentración, podía colar la jodida pelotita. Me estiré lo más posible para alcanzar la bola blanca, subiendo una pierna sobre una de las esquinas de la mesa. Con esto, la multitud pudo observar desde el centro del remolino donde se encontraban, mi dantesco ojo triste, despertando un murmullo de desaprobación y algún que otro grito de repulsión. Mi contrincante, confundido por los siseos de los espectadores, se acercó para ver lo que ocurría. El impacto emocional que le ocasionó al escrutar mi velludo culo con los arrugados testículos colgando, lo hizo desvanecerse.
Había ganado la partida por KO.
Había ganado la partida por KO.
JAJAJJAJAJA
ResponderEliminarSu imaginación es insaciable.
Muy bueno!
uffffff...sin palabras
ResponderEliminarEfectivamente. El gif lo resume todo apreciada Patricia.
Eliminarjajajajajajaja me ha dao un ataque de risa después de leer su entrada... jajajajaja
ResponderEliminarP.D: Pensaba que se había tomado unas vacaciones.
Odio las vacaciones. Yo no defeco hasta que no vuelvo a casa.
EliminarCualquier estrategia es buena, por escatólogica que ésta sea Don prepuzio.
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrada.
El fin justifica los medios Su Majestad.
EliminarLas miradas de los espectadores,,,,,hmmmmmm
ResponderEliminarMiradas de ¿deseo? ¿de estupor?...
Usted que cree?¿
Eliminarajajajajajajajajaja... ¡¡¡pero qué bruto es usted Don Anastasio!!!
ResponderEliminarMe ha encantado su post y me ha desplegado una sonora carcajada que ha motivado a mis compas de la sala de ordenadores a saber de donde provenía el chiste...
Pues mejor no les enseñe esta página si no quiere recibir un burofax de despido disciplinario.
EliminarEs el magnetismo que ocasiona el agujero negro,,,,
ResponderEliminarGuauu!!! quien se esperaba este final??, yo no, jajajajaja ainsss, cachis!!
ResponderEliminarMenos mal que estoy sola, (injusto, pero sola) jajajaja por que si no, creo que no me podria reir tanto!
Siempre me tendrá a mí....
Eliminarjajajajajaja, muy bueno, me ha gustado tu post hoy.
ResponderEliminarJAJAJAJAAJ!! jamás me voy a arrepentir de seguirle ,jajaja! jamás..
ResponderEliminarES USTED UNA CAJA DE PANDORA HECHO HOMBRE.!!!
Compadezco a los espectadores que presenciaron la terrorífica escena.
La chica de la foto se parece un montón a la barbie con la que jugaba en la infancia.El relato muy bueno, como es costumbre.
ResponderEliminarYo también jugaba con la barbie. Pero probablemente de otra manera,,,,
EliminarLe reto a una partida de billar.
ResponderEliminarCuando quiera pequeño Gary, cuando quiera.
EliminarEstrategia esfintérica.
ResponderEliminarsure.
EliminarPor desgrácia en esta vida todo tiene su cara triste :(
ResponderEliminarEspecialmente el tercer ojo....
EliminarJAJAJAJA Chapeau, nene, chapeau!!.
ResponderEliminarQue cabrón... JAJAJAJA
Qué estilazo y arte tiene usted con esto del billar!!!!
ResponderEliminarTremenda historia!!!
ResponderEliminarLo ha contado genial!!
Ya no sé si volver a ducharme o si aprovechar el calentón para dedicarlo a tareas más creativas...algo se me ocurrirá. Seguro.
Apreciado Mr. Triky,
EliminarNo se confunda. Yo no soy soplanucas ni comealmohadas.
Ummmmmmmmmmmmmm quedé con ganas de más!!! Será que soy muy golosa???
ResponderEliminarBesikos.
Apreciada Ayda,
EliminarGolosa no sé, pero buena si que está.
Gracias por el cumplido jijijiji
EliminarDon prepuzio: GENIAL!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarme encantó su relato,creo que me estoy volviendo adictO a su blog...
Patológico.
EliminarGracias por la receta para ganar al billar, pero yo como que paso :)
ResponderEliminarBesetes.
Usted se lo pierde,,,,
Eliminaruuufff....viva la madre que le parió¡¡¡¡.
ResponderEliminarViva!!! Y la suya!
Eliminartienes un blog increible. En serio. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludin
Hasta luegín.
Eliminargenial, me has hecho reir¡¡¡¡
ResponderEliminarJajajaja me matasss!!! Tus post se resumen en dos dos palabras: "in prezionante" jajajaja
ResponderEliminarMuasss
jaaaaaaaaaa por diosssssss me parto la cajaaaaaaa
ResponderEliminarMe has producido una sfuertes convulsiones de risa!!!! Muy bueno!!! Gracias!!! Hoy necesitaba reírme! Me alegraste el día!!! Besos (en forma de ojete)!!!!!
ResponderEliminarJoder!!!!
ResponderEliminarCompadezco a su urólogo. Pobre doctor.
Mi urólogo es ciego.
EliminarMire que es ud. original y retorcido buscando fotos y fabricando sus fotomontajes. Ja jajaja
ResponderEliminarLo de hoy no tiene desperdicio.
Un abrazo
Eres genial ¡'¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarmuakkkkkkkkkkkkkkkkk
Eso es Salud.
ResponderEliminarEs salud
de salud -os.
Salud mental
salud sexual
libre de prejuicios.
?¿
EliminarJajajajaja, cuerpo a tierra!!!
ResponderEliminarGENIAL.
ResponderEliminarJajajajajajaja buenísimo Don Prepuzio!
ResponderEliminarTu sitio es precioso, volveré para leer.
ResponderEliminarAndri
Precioso, lo que se llama precioso, precisamente no es,,,,
EliminarJajaja... Si es que hay que ver todo lo que es capaz de esconderse tras un agujero negro... Jajaja.
ResponderEliminarApreciada Nandy,
EliminarNi se lo imagina,,,,
JAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarGENIAL TIO
LO TUYO ES UNICO ENTRE TODOS LOS BLOGGER !!!!!!
ESTE BLOS ES DE LA HOSTIA (Y NO E' BROMA)
Tienes un gran sentido del humor. Felicidades. Me he divertido muchísimo leyendote.
ResponderEliminarLa escena inversa, ¿Nos la puede enseñar?
ResponderEliminarNo.
EliminarBueno... todos guardamos ases en la manga, otra cosa es su valía,,,,A ud. le sirvió.
ResponderEliminarJajaja! buenísima la historia, creo que nos a alegrado a todos un poco el dia!
ResponderEliminarViniendo de ud. no podía tener otro final....
Virgen por delante, mártir por detrás?¿
ResponderEliminarjaajajaja Muy bueno!
EliminarLo ha bordado Sr. Abierto 24 h.
EliminarPanzada de reír ;)
ResponderEliminarMuy bueno!!!!
ResponderEliminarLe agradezco enormemente que haya tenido la deferencia de sólo mostrar la parte delantera de esta escena.
Gracias.
EliminarMe he descojonao....Muy bueno
ResponderEliminarJajajajajajajajal.... y yo que iba leyendo todo serio, jajajajajaja.......
ResponderEliminarMuy buen post.
¡Estás loco! ¡Me encanta!
ResponderEliminarNo me puedo creer el éxito de Jacinta, ¿no dará, por casualidad, clases de baile?, conociéndola, no puede ser otro el motivo de su poder de atracción.
ResponderEliminarApreciada y bellísima Aina,
EliminarNo creo que el baile fuera un elemento seductor. Intuyo que el apuesto caballero sufría algún tipo de parafilia.
:)
ResponderEliminarla risa me impide decir más.
Pues no diga más. Por lo que ha dicho,,,
EliminarQué gran pacidad para sacarle a una la risa!!! Magnífico!!
ResponderEliminarGRANDE. MAESTRO, GRANDE.
ResponderEliminarJoder, pero ¿cuántas seguidoras incondicionales tiene usted, Sr Prepuzio? Está visto que para ligar hay que ser capullo.
ResponderEliminarSin duda amigo Rodri. Por desgracia son seguidoras sin derecho a roce,,,,
Eliminarjajajajajajaja
ResponderEliminarCrack!
ResponderEliminarNo. Dejé de fumarlo hace un par de años.
EliminarPost solamente apto para urólogos.
ResponderEliminarDivertido como siempre.
Sin duda.
Eliminarjuas juas
ResponderEliminarEstá muy bien esta web. Está llena de contenido muy interesante y la ordinariedad está explicada de forma elegante. Me gusta, sigue así de bien. Un beso
ResponderEliminar¿Contenido interesante?
EliminarMe estoy dando cuenta de la dependencia que genera este blog,,,,
ResponderEliminarPues acuda al un facultativo en la mayor brevedad posible.
Eliminarjajajajja
ResponderEliminarMaravilloso tio!!
Sublime!
ResponderEliminarNo pude parar de reír leyendo el post!
Capullo, jajajajaja
ResponderEliminarSiempre.
EliminarNo me extraña que ganara la partida por Ko, Jajajaja
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