Pero todo cambió el pasado Domingo...
Me levanté ebrio, a regañadientes, despidiéndome de mi querida almohada. Era temprano. Me senté al borde de la cama y me caí al suelo golpeándome atrozmente la cabeza. La borrachera de la noche anterior seguía haciéndole estragos por dentro. Sólo recordaba que acabé dipsómano en una cuneta con señoras que tarareaban -“ Induráin Induráin”-. Decidí ir al baño, hundir mi sebosa cabeza en el inodoro y regurgitar la comida para gatos de la cena de la noche anterior. Me miré al espejo y divisé esa cara de imbécil que te queda cuando los jodidos estornudos deciden no salir. Densas ojeras rodeaban mis cuencas oculares. Solo podía utilizar un ojo, ya que el otro lo tenía casi bloqueado por la deformidad de mi decrépito rostro. Un rostro inexpresivo, nauseabundo, homenaje al caos y a la venganza. Trozos de piel putrefactas se balanceaban desde mi cara y una sonrisa maligna se formaban con los pedazos de labios que aún me quedaban. Había algo de prehistórico en aquellos rasgos. Me rasqué el cráneo. Para evitar que los parásitos anidaran en mi cabeza, mi peluquero, me mantenía con el pelo tan raído que se apreciaban claramente las cicatrices de las pedradas que de niño había recibido. Olía a vertedero, a gato mojado, a cebolla rancia. Era una aberración de la naturaleza, con genes humanos mezclados con genes de perro de Chernobyl. Mi boca torcida no terminaba nunca de cerrarse, mostrando una dentadura podrida y repugnante. Mis cejas eran asquerosamente tupidas, y se me agrietaban las costras de mugre cuando sonreía. Empecé a masturbarme con frenesí, aún absorto en la melopea. Me di una ducha breve. Me enfundé un uniforme militar de camuflaje, poniéndome un casco de acero cubierto de paja y hojarasca para pasar desapercibido, y me pinté la cara de verde y negro.
El cabrón de Saturnino me había invitado a una jornada de caza del jabalí. Había quedado con él a las ocho de la mañana en el bar del pueblo. Al llegar, vi la taberna con numerosos camiones aparcados fuera, por lo que deduje que se trataba de un burdel. Subimos al monte en su todoterreno recién estrenado. Cogió su escopeta de cacería y a mí, me hizo entrega de una pistola de agua. Hijo de puta. En esa zona el terreno era de una pendiente considerable, el suelo arcilloso con abundancia de piedras resguardadas bajo las matas de boj, tomillo y alguna que otra joven encina en las solanas. Los barrancos y las umbrías eran frondosos, dónde predominaban los robles y sabinas, aunque también existían zonas que se repoblaron con pinos, por lo que la zona de caza era un variopinto tapiz de vegetación de secano con unas pinceladas de alpino. El lugar era bellísimo, ideal para llevar a cabo mis más siniestros anhelos pirómanos. Las manecillas del reloj rondaban ya las nueve de la mañana. Desayunamos. Me comí una cajita de mikados como si fuera un castor, acompañado de un yogur sabor a putas del bosque. Saturnino tras comer sólo el chocolate blanco de un bote de Nocilla, bebió ron como si tuviese un hijo en la cárcel, cuando de pronto se escuchó un gran estruendo de piedras a nuestra espalda. Saturnino salió del abrigo del joven roble, levantó el rifle mientras liberaba el seguro y se quedó mirando a su derecha, por dónde suponía debía aparecer la silvestre criatura. El jabalí no se hizo esperar. Saturnino dio un paso hacia delante, percatándose el jabalí de ello, quién en vez de cambiar a una marcha más larga, echó el freno de mano, quedándose éste parado en la entrada del sendero al tiempo se daba la vuelta para tomar una vía de escape alternativa. Yo estaba más acojonado que el urólogo de King Kong. Mi pistola de agua, sin duda, no sería un arma efectiva para detener aquel puerco salvaje. Antes de que el jabalí abandonara tan bello sendero, Saturnino le soltó un certero disparo que le entró por encima del nacimiento de la cola, haciendo añicos su espina dorsal y parte de la cadera. Maldito cabrón. Era una hembra joven de jabalí. La reconocí por el olor ferruginoso de su sangre. Tengo la facultad de adivinar el sexo de cualquier criatura, especialmente si son hembras, puesto que éstas me excitan. El riquísimo olor metálico de su sangre, escapando a través de los poros de su piel. Ignoro si estaba menstruando. No sé de dónde venía el hedor, o puede que sí, que viniera de sus entrepiernas, pero yo olía libidinoso sus pieles, sus pelos, sus genitales. El silencio volvió a ser el dueño del pinar y poco a poco, empecé a convertir la excitación en felicidad y sosiego, como quién se deshace de un pesado lastre.
El cabrón de Saturnino me había invitado a una jornada de caza del jabalí. Había quedado con él a las ocho de la mañana en el bar del pueblo. Al llegar, vi la taberna con numerosos camiones aparcados fuera, por lo que deduje que se trataba de un burdel. Subimos al monte en su todoterreno recién estrenado. Cogió su escopeta de cacería y a mí, me hizo entrega de una pistola de agua. Hijo de puta. En esa zona el terreno era de una pendiente considerable, el suelo arcilloso con abundancia de piedras resguardadas bajo las matas de boj, tomillo y alguna que otra joven encina en las solanas. Los barrancos y las umbrías eran frondosos, dónde predominaban los robles y sabinas, aunque también existían zonas que se repoblaron con pinos, por lo que la zona de caza era un variopinto tapiz de vegetación de secano con unas pinceladas de alpino. El lugar era bellísimo, ideal para llevar a cabo mis más siniestros anhelos pirómanos. Las manecillas del reloj rondaban ya las nueve de la mañana. Desayunamos. Me comí una cajita de mikados como si fuera un castor, acompañado de un yogur sabor a putas del bosque. Saturnino tras comer sólo el chocolate blanco de un bote de Nocilla, bebió ron como si tuviese un hijo en la cárcel, cuando de pronto se escuchó un gran estruendo de piedras a nuestra espalda. Saturnino salió del abrigo del joven roble, levantó el rifle mientras liberaba el seguro y se quedó mirando a su derecha, por dónde suponía debía aparecer la silvestre criatura. El jabalí no se hizo esperar. Saturnino dio un paso hacia delante, percatándose el jabalí de ello, quién en vez de cambiar a una marcha más larga, echó el freno de mano, quedándose éste parado en la entrada del sendero al tiempo se daba la vuelta para tomar una vía de escape alternativa. Yo estaba más acojonado que el urólogo de King Kong. Mi pistola de agua, sin duda, no sería un arma efectiva para detener aquel puerco salvaje. Antes de que el jabalí abandonara tan bello sendero, Saturnino le soltó un certero disparo que le entró por encima del nacimiento de la cola, haciendo añicos su espina dorsal y parte de la cadera. Maldito cabrón. Era una hembra joven de jabalí. La reconocí por el olor ferruginoso de su sangre. Tengo la facultad de adivinar el sexo de cualquier criatura, especialmente si son hembras, puesto que éstas me excitan. El riquísimo olor metálico de su sangre, escapando a través de los poros de su piel. Ignoro si estaba menstruando. No sé de dónde venía el hedor, o puede que sí, que viniera de sus entrepiernas, pero yo olía libidinoso sus pieles, sus pelos, sus genitales. El silencio volvió a ser el dueño del pinar y poco a poco, empecé a convertir la excitación en felicidad y sosiego, como quién se deshace de un pesado lastre.
Subimos cogidos tiernamente de la mano monte arriba en busca de perdices. Escogíamos al azar una palabra y cantábamos una canción improvisada con ese vocablo. Saturnino utilizaba el bastón como gadgetobrazo, abriéndose paso entre la maleza. De pronto, divisamos a cierta distancia, sobre la cúspide de los árboles, dirigiéndose hacia el saliente, una luz más blanca que la nieve, distinguiéndose la forma de una joven transparente y más brillante que el cristal traspasado por los rayos del sol. Al acercarnos más, pudimos discernir y distinguir los rasgos. Estábamos sorprendidos y asombrados. Llegamos hasta su adorable presencia. Mucho nos sorprendimos por la manera que, sobre toda ponderación, destacaba su maravillosa majestad: sus vestiduras resplandecían como el sol, como que reverberaban, y la piedra, el risco en que estaba de pie, como que lanzaba flechas de luz; su excelsa aureola semejaba al jade más precioso, a una joya, la tierra como que bullía de resplandores, cual el arco iris en la niebla. Ante su presencia nos postramos. Escuchamos su venerable aliento, su amada palabra, infinitamente grata, aunque al mismo tiempo majestuosa, fascinante, como de un amor que del todo se entrega. Era una ángel, inmaculada, mayestática. Se nos había aparecido un serafín celestial, señorial, solemne, sublime, esplendoroso, magnífico, grandioso, regio. Sus cabellos eran cortos, castaños y apenas ondeados, su tez muy pálida y sus ojos grandes, azules y expresivos, con una mirada profunda que nos estremeció cuando nos miró dando la impresión que nada se escapaba de ella. Estaba rodeada de una luz dorada y llevaba su cabeza coronada con una aureola con cinco estrellas. En el centro del pecho se veía su inmaculado corazón luminoso. Con un lenguaje de autoridad y amor que nos llevó a no temer, invitándonos a que le entregáramos nuestro corazón, nos susurró: -" Hijos míos, yo soy un querubín. Oraréis el Metta-Karuna todos los días para convertir corazones. Difundid mi mensaje, y pegad una somanta de collejas a los directivos de Bankia. Y tu Antastasio, hijo mío, cuídate esa gonorrea. Tiene muy mala pinta. Ahora vuelvo nuevamente a mi reino. Os quiero pequeños bastardos."-.
Esta aparición silenciosa, duró apenas unos instantes, desapareciendo al igual que las palpitaciones que la precedieron.
Mi honrosa situación de desempleado me otorga el placer de desvirgar el tablón de comentarios.
ResponderEliminarY los hago, reproduciendo el sonido de un férvido y ardiente aplauso:
PLAS! PLAS! PLAS! PLAS!
Se agradece el desflore amigo Mr. Friki.
EliminarSiempre a su disposición.
EliminarLos ángeles budistas existen!!! Hurra!
ResponderEliminarA ver si la próxima vez se le aparece otro pero que sea varón.
Si quiere me disfrazo y me presento ante usted como un querubín.
EliminarLo de la pistola de agua, me ha desmontado, jajajajajaja
ResponderEliminarQué risas!
Pues qué fácil es desmontarle, pues la referencia pueril a la pistola de agua es una solemne estupidez.
EliminarDesde mi punto de vista particular ahora no puedo hablar de ángeles (que por cierto son asexuados) y demonios, aunque hubo un tiempo en el que fui seguidor en la sombra de abraxas, ahora estoy demasiado ocupado con fusionarme con el entorno como para pensar en un dios.
ResponderEliminarNo obstante, creo que la aparición que nos relata, es la de uno de los prosélitos de Belcebú.
Interesante su manifestación, siendo usted de Bilbao.
EliminarEres un genio, Anastasio!!!
ResponderEliminarCreo que es de las pocas veces en que me quedo sin palabras, no sólo sin poderlas articular, sino que casi no las puedo escribir. No sé qué decir: estoy extremadamente asombrada.
Me declaro fan incondicional: pídeme lo que quieras!!!! jajajaja (excepto dinero).
Hasta estoy pensando publicitarte aunque eso me otorgue el riesgo de descubrir antes mis conocidos que yo soy quien está detrás de Belkis
Usted ya sabe que es lo que le pedí amiga belkis,,,
EliminarY usted ya sabe que es suyo.
EliminarLo sé,,,
Eliminarjajajajaja las risas me impiden dejar un comentario.
ResponderEliminarCuando se me pase, vuelvo y escribo.
Genial Don Anastasio.
Tómese su tiempo amigo Impulsivo X. Creo que aquí nadie le echará en falta.
EliminarJajaja, me voy con una sonrisa. Y no es que me ría de usted, que también, pero el/la ángel ha podido conmigo!
ResponderEliminarSaludos
No blasfeme. Ríase, si eso le divierte, de mí. Jamás lo haga de un ángel.
EliminarQuiero inmediatamente un bote de esa musa que le inspira.
ResponderEliminarBRAVO!! y BRAVO!!!!!!
Cuando usted me presente a su pareja.
EliminarOvación!!!
ResponderEliminarMe temo, no obstante Her Prepuzio, que el querubín que se le apareció con su elegante suegro, no es más que Angela Merkel.
Es muy posible,,,
EliminarDicen haberla visto también en Grecia, amigo Bigotes.
Y en Irlanda, Portugal y lo hará en Italia.
EliminarMi cada vez más idolatrado Anastasio, cada vez que le leo me parto de risa y en los momentos que vivimos, es más necesario una buena carcajada .
ResponderEliminarGRACIAS POR COMPARTIR SU HUMOR.
BESAZOS!!!!!!!
Gracias a usted por aportar su comentario y hacer que toda esta estupidez funcione.
EliminarQue wueno eres cabrón!
ResponderEliminarDile al ángel ese que se pase por mi casa, k la cosa stá mú mala.
Ande, tómese un vasito de leche con Cola-Cao y acuéstese.
EliminarA mí me fascina el fundamentalismo creyente que se resume en un porqué sí.
ResponderEliminarSoy laico.
Rectifico, era laico.
Ahora creo. Creo en el capullismo.
Bienvenido es hermano Nocivo. Abracémonos!!!!
EliminarLlorando de risa,,,,,,,,,,,,,,
ResponderEliminarEs usted un crack.
Escriba un libro, se forrará.
No llore por mí Alfaroooo
EliminarMi alma está contigo
Mi vida entera te la dedico
Más no te alejes, te necesito.
Pues yo me acabo de fumar una maceta de marihuana y estoy como dios, y no recuerdo tener entre mis jloriosas filas, tan bello arcángel.
ResponderEliminarSublime entrada Sir, Prepuzio.
¿Con su comentario qué me quiere confesar, que es Dios o toxicómano?
EliminarAmbas cosas.
Eliminarpor un momento pensé que te la llevabas al catre! jajaja
ResponderEliminarun beso :)
Es evidente que era una de las opciones que tenía en mente si hubiera estado más rato entre nosotros.
EliminarBrillante xDDDD
ResponderEliminarGracias amiga Sheila.
EliminarQue duerma bien. Y avíseme si necesita compañía.Puedo ser su osito de peluche.
Celestial, si señor...
ResponderEliminarCapullesco más bien, amigo Signum.
EliminarEl desgraciadismo contrasta y se equilibra perfectamente con la psicopatía en potencia.
ResponderEliminarEs usted sin duda EL ELEGIDO.
Ya puede donar alguna extremidad a un restaurante chino.
¿Cuál de ellas me aconseja?
EliminarPorque si de mi dependiera ya sabe que órgano donaría.
Los testículos. Acompañados con Tallarines con Langostinos o Chop suey, rico, rico, como diría aquel payaso persoanje.
EliminarBien, los donaré cuando fallezca. A usted pongo por testigo.
EliminarSeñor Prepuzio, no he podido reime más con usted, que no de usted.
ResponderEliminarY yo que aún estaba pensándome si estudiar Medicina, pero usted me ha convencido ¡quiero ser capulla!!!!
Muakssssss
Sabia decisión. Ahora a por los capullines!!!!
EliminarLeñe!!!!
ResponderEliminar?No hay gilettes en el cielo¿
Lo ignoro amigo ANTÓN. Yo sólo visité el infierno.
EliminarEl ángel tiene cara de sorprendida,,,¿ Es por su gonorrea?
ResponderEliminarProbablemente,,,
EliminarCertifico y rubrico. No es una blasfema.
ResponderEliminarA mi también se me apareció ese ángel mientras vaciaba mis intestinos en un bosque de Huesca.
Gracias amigo Mario. Su afirmación desmiente las acusaciones de loco que he recibido. Vayamos los dos al programa de Iker Jiménez.
EliminarAplaudo el humor que se pierde siempre entre la vulgaridad más absoluta y el surrealismo más recalcitrante.
ResponderEliminarSimplemente genial.
Genial es su sombrerito amigo Nacho.
EliminarComentar borracho es algo que todo el mundo debería hacer de vez en cuando, al igual que zurrarse la cabeza con una sardina.
ResponderEliminarY en esta situación me hallo ( que no hayo).
Le aplaudo con mis fémures.
He dicho.
Explíqueme eso de aplaudir con los fémures. Lo estoy intentando y, a parte de aplastar la masa testicular, los ostiazos que me pego son atroces.
EliminarjAJAJAJAJA por su culpa tengo arrugas!!!!
ResponderEliminarDecididamente no tiene arreglo.
Besos
¿Dónde se hallan esas molestas arrugas?
EliminarParece muy asustado el ángel.
ResponderEliminarCuéntenos que hacía para horrorizarlo de tal manera.
Pues tocándome, que quería que hiciera amigo Esteban,,,
EliminarSi vuelve a aparecersela, digale que quiero sus gafas.
ResponderEliminarAsí se lo haré saber amigo Perico.
Eliminar¿Las precisa para su canino?. En ALAIN AFFLELOU, hacen una interesante oferta.
Jajajajajajaja
ResponderEliminarAnastasio, no se imagina usted cuánto le agradezco las risas que me ha provocado. Se lo agradecería como a usted le gusta, pero Bangadesh está muy lejos de dónde vivo yo.
Ñaaaa!
EliminarEn una hora estoy en su casa.
No sé cómo, pero ha conseguido hacer un efecto traca final para el post sublime.
ResponderEliminarEsta vez, ¿El post no le parece una mierda?
EliminarChaval, se me saltan las lágrimas.
ResponderEliminarLos leones no lloran.
EliminarY ruego no me vuelva a llamar chaval.
Jajajaj Que entrada más cojonuda!
ResponderEliminarPues he decidido que yo quiero ir al infierno.
Sabia decisión amigo Isma.
EliminarHa sido una fabulosa sesión de risoterapia
ResponderEliminar:-D
Salu2
Creo que sólo para usted,,,,
EliminarBuenisimo!!
ResponderEliminar¿Usted cree?
EliminarNo es bueno que con resaca
ResponderEliminarse os ocurra estar cazando,
pues que puede que una vaca
penséis que estáis visionando,
siendo una mula pelona
producto de vuestra mona.
Cuidaos mi buen Anastasio
y no empinéis tanto el codo,
o acabaréis de mal modo
habiendo de ir al gimnasio
para pagar los excesos
o usar muy poco los sesos.
Mis saludos a vuesa merced.
Perplejo me encuentro con su diestra facilidad en crear versos.
EliminarGracias amigo Carlos.Me honra con su presencia.
Vaya par de dos...Anastasio y Saturnino...entre su resaca y el desayuno de su amigo Satur una aventura delirante estaba garantizada je je!
ResponderEliminarBravo Tasio!
¿Quiere que le presente a Saturnino amiga Susana?
EliminarVrabo!
ResponderEliminarQue manía tienen ustedes de cambiar el orden de las letras. Me desquicia.
EliminarLos tejemanejes cambian, sus escenarios y atrezzos varían, pero el fondo de la trama es siempre el mismo: El capullismo en su vertiente más vulgar.
ResponderEliminarExcelso.
Fantástica descripción.
EliminarDespués de analizarlo friamente, y consultar sienes y sienes de manuales y enciclopedias, he llegado a la conclución de que no es un ángel sino un orco.
ResponderEliminar¿En qué se basa?
EliminarJoder, @#@!!!
EliminarEn su aspecto físico!
Jajajajaj
ResponderEliminarEstamos aquí en la oficina leyendo su obra de arte y no podemos parar de reírnos!!!
Avise al jefe, a ver que le parece.
EliminarAcaba ustede de joderme las futuras vacaciones en el cámping de montaña...
ResponderEliminarPues se jode.
EliminarTambién habría podido poner la foto de un ángel masculino buenorro para satisfacer a las féminas, digo yo, vamos.
ResponderEliminarFotos mías, huérfano de prendas, tiene unas cuantas amiga Maite.
EliminarMe quito el sombrero.
ResponderEliminarEsto si que ha sido titánico, oiga.
Me lo guardo para releerlo más despacio. De todas formas, ya tenemos nuestra evidencia que los ángeles tienen sexo.
Usted los que se ha quitado son los gallumbos, depravado.
EliminarYo estoy con Ángel, en mi mente los ángeles eran distintos, más parecidos a la primera foto que nos presenta. Esto último...es muy desagradable, prefiero encontrarme con un jabalí hambriento a ese matojo con piernas. Admiro su valentía.
ResponderEliminarGracias bellísima Aina.
EliminarSoy además muy varonil. Se lo puedo demostrar cuando usted lo considere oportuno.
Ole, ole y ole.
ResponderEliminarSinplemente genial, genialmente vulgar, vulgarmente divertido
Curioso juego de palabras.
EliminarSe tiene que planteae seriamente escribir un libro.
ResponderEliminarLo de hoy para morirse de risa
Lo estoy redactando. Pero tener que escribirlo con el pene demora la conclusión del libro.
EliminarQuerido Don Prepuzio, deje de tomar comida para gatos, pues se le empieza a nublar el sentido. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLa comida para gatos contiene muchos más nutrientes que los bocadillos de pastillas de Avecrem.
EliminarMaravilloso, sublime.
ResponderEliminarSi usted no fuera hombre, ( y eso es cuanto menos discutible ), le besaba.
¿Duda de mi condición de hombre, rostro pustuliano?
EliminarLe reto a un duelo de espadas.
Premio Planeta.
ResponderEliminarSe lo doy yo personalmente.
No hace falta el premio. Con 5.000 € ya me conformo amigo Felipe.
EliminarBravísimo!!!!¡¡¡¡
ResponderEliminar¿Usted cree?
EliminarHumor negro: excelente receta para tiempos duros.
ResponderEliminarEstoy con usted. Pero esto no es humor negro, es pura bazofia vulgar.
EliminarSeñor Prepuzio:
ResponderEliminarTiene, rectifico, DEBE montar una clínica homeopática.
Interesante consejo Maestro Jiskotx.
EliminarEmpezaré a realizar los trámites pertinentes.
Genial, lo mejor que me podía pasar para acabar el día. Ya tengo una sonrisilla en la boca pa toda la noche. Estoy por imprimirlo y llevármelo en el bolsillo para releerlo, prometido :D
ResponderEliminarY si quiere que su sonrisa sea mayor, llámeme que le haré compañía esta noche.
EliminarSe lo he leído a mi marido y todavía está retorciéndose por el suelo de risa. Si le da un ataque de asma yo seré responsable y usted, ANASTASIO PREPUZIO, cooperador necesario.
ResponderEliminarOblíguele a fumar un paquete de cigarritos. Verá que efecto atenuante tiene para el asma.
Eliminarjojoj.. gran post. sisi..
ResponderEliminar¿Es usted sioux?
EliminarLo has clavado, vive Dios.
ResponderEliminarCuando lo encuentre, preséntemelo.
EliminarJrande
ResponderEliminarJracias.
EliminarPues no sé usté, pero yo me voy ahora mismo a rezar el Rosario, no vaya a ser que me asalte en la puerta de mi casa el simpático ángel,,,
ResponderEliminarPues es una lástima, harían una pareja perfecta.
EliminarEstremecedor documento.
ResponderEliminarTremendo esto de la esquizofrenia...
No lo sabe usted bien,,,
EliminarLol qué?¿
ResponderEliminarMe encanta cómo escribes, lo que cuentas, lo que me puedo llegar a reir... soy fan de tu blog
ResponderEliminarBienvenido es Anónimo.
EliminarJjajajaja, grandioso. Eres el primer capullo con cerebro que me encuentro por las redes. Mi más cordial enhorabuena.
ResponderEliminarNo somos dos. Usted por darse cuenta, y yo.
EliminarCreo que le conozco ¿Era usted el que se partió la espalda intentando lamerse los genitales?
ResponderEliminarEse mismo. ¿Y uested el que entró en urgencias con una marca metida en el recto?
EliminarQue partida de culo, jajajajajaja
ResponderEliminarLe deseo una pronta recuperación amigo David.
Eliminarplas, plas, PLAS. Un enorme aplauso. Un enorme beso y una gran reverencia...sin rodilleras esta vez.
ResponderEliminarMe ha encantado el post.
BRILLANTE
Nunca ha utilizado rodilleras conmigo amigo Wolffio. Dejemos eso muy claro a los lectores no se vayan a confundir.
EliminarMuchos saludos, muy interesante el post, espero que sigas actualizandolo!
ResponderEliminarEso intentaré apreciado anónimo.
EliminarLa hostia. Se me me pasa esto a mí me falta campo pa correr... jajajaja
ResponderEliminarEs usted un cobarde.
EliminarEstimado Sr. Prepuzio:
ResponderEliminarAcaba de encontrar una emprendedora salida a la crisis: una ermita y a certificar milagros... Si había una amena fuentecilla o un arroyuelo por allí cerca, el negocio es redondo: botellitas de agua bendita y milagrosa.
Es usted un hombre con suerte. De lo de las collejas no se preocupe, el Gobierno ha decidido flagelar a los responsables de la crisis con manojos de espaguettis cocidos...
No es mala idea. Reunámonos usted y yo para llevar a cabo tan cojonudo plan.
EliminarBRUTAL!
ResponderEliminarComo su rostro.
EliminarEstoy seguro que la cara del ángel es producto de los picores que le producen su entramado peludo que tiene en el pubis.
ResponderEliminarEs posible,,,Tal vez sea por la impresión al ver el rostro del cabrón de mi suegro.
Eliminar¡que grande es usted!
ResponderEliminarEntre virus, jarabes y mucosidades varias por el aire acondicionado de la oficina, le agradezco las sornrisa que ma ha arrancado.
Mejórese amiga Nº 13. Que usted y yo estamos condenados a hacer grandes cosas.
EliminarNecesita ayuda urgente.
ResponderEliminarLo mío es irreparable.
EliminarGenio, no recordaba haberme reido tanto en mucho tiempo
ResponderEliminarMe alegro de haberle causado tan gratificante reacción.
EliminarCuando el Ser Superior creó al ángel, estaba colocado, no? A ese pobre bicho lo hicieron con lo que les sobraba después de hacer todos los demás.
ResponderEliminar¿ Insinúa tal vez, amigo insensato, que la ángel es exento de belleza?
EliminarMe reconcilia conmigo mismo saber que ud también ha tenido apariciones...
ResponderEliminarSi pero a usted se le apareció Darth Vader, pequeña bola peluda.
EliminarJajajajajajaja
ResponderEliminarExcelente post se ha marcado Maestro Prepuzio.
Relato digno de ración de bravas.
Brindemos pues con una cerveza y unas bravas.
Eliminar¡Joder, Maestro Prepuzio! Cada día está vuesamercé más inspirado. Creo que tengo que leer esto otra vez y con más detenimiento antes de pronunciarme,,,
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Tómese su tiempo, termine de fumarse el pitillo, y luego comenta.
Eliminar¡Gensanta! Don Prepuzio, mis reverencias.
ResponderEliminarMe he desorinado viva!!!
BRAVO!!
Cris La Loca.
¿Recogió la muestra de orín?
EliminarEspero que se la lleve Antena3 como presentadora.
ResponderEliminarExcelente idea amigo Salva, y usted de contertulio.
EliminarNo sé como lo hace para arrancarme carcajadas historia tras historia.
ResponderEliminarKissssotes.
Yo a usted le arrancaba alguna pieza de ropa interior,,,
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPor supuesto.
EliminarY está usted seguro que no era la hembra del jabalí resucitado???¿¿¿¿
ResponderEliminarPues,,, no me lo había planteado,,,
EliminarNo te metas con el ángel en mi presencia o morirás en el intento ¬¬
ResponderEliminarElla me ayudó a dejar la bebida.
Yo ne me meto con el ángel. Son precisamente sus compañer@s los que lo hacen.
Eliminar¿Una cañita?
Hereje!! Blasfemador!!! A la hoguera!!!
ResponderEliminarjajajajaja ;)
Lo que me he reído.
Que buena está.
EliminarBetter late than never.
ResponderEliminar..................................................
IMPRESIONANTE!
Un comunista hablando el idioma de los capitalistas.
EliminarEs cierto que este blog enloquece por momentos.
Pedaaazo de blog.
ResponderEliminarNo sabe lo que dice,,,
EliminarNo puedo, no puedo, es que no puedo parar de reirme,,,
ResponderEliminarSe merece usted un monumento.
Que me lo hagan desnudo por favor.
EliminarDesde la playa de Barcelona, con una agua estupenda, una cervecita, y como no, leyendo esta destornillante historia,e
ResponderEliminarles mando un saludo.
Yo estaba detrás suyo. Era el del parasol rojo. Sí, el que se tocaba constantemente los genitales.
EliminarEstá Vd. brillante, amigo mío. Felices apariciones entrañables.
ResponderEliminar¿Está sudando?. Es que me entra la varicela con sólo verla.
EliminarCreo que se ha superado.
ResponderEliminar¿Sólo lo cree?
Eliminarjoder, lo del ángel me ha dejado temblando de miedo, estoy en el grupo de riesgo, practico habitualmente la caza del jabalí...
ResponderEliminarUsted tiene cara de jabalí.
EliminarDon Prepuzio, aunque usted no lo crea, para mi es como el hermano pequeño que nunca tuve y es por esto que le digo que no deje jamás este vicio blogero.
ResponderEliminarEn el vello cabelludo sí que nos parecemos,,,
EliminarNadie ha preguntado lo realmente importante: ¿qué lleva el ángel bajo los pechos?
ResponderEliminar¿un marcapasos? ¿un mallot de gimnasia?
Preguntas, preguntas...
JAJAJAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarBUENÍSIMO!
Fantástica manera de comenzar un Domingo de resaca.
ResponderEliminarGrande!
BRAVO!!!
ResponderEliminarCargando duro como siempre, me encanta.
ResponderEliminarJajajajaja
ResponderEliminarEs que me parto con usted!!!
Bufff! Muy mal! Has olvidado que hay que canonizar al siempre recordado a partir de ahora jabalí!
ResponderEliminarQuiero irme a Noruega con sólo billete de ida acompañado del ángel, se aceptan consejos.
ResponderEliminarQue duro es no ser nadie, eh Sr. Prepuzio!
ResponderEliminarAl final cambiar las cosas no cambia nada, por que cambia sólo lo que los que no quieren cambios quieren que cambie...
toma!
YO SOLO DEJO MI COMENTARIO PARA QUE NO MUERA EL PELUCHE
ResponderEliminarSiempre nos quedará el Sr. Prepuzio.....me ilumina con su interés su sapiencia y sus relatos.
ResponderEliminarBesos....muuiiiiiiick