Corría el año 2.008 y mi vida era un desastre. Consideraba seriamente la posibilidad de hibernar. Me entretenía matando el tiempo en los parques observando las palomas que sufrían de obesidad por culpa de los jubilados. Visitaba con frecuencia la embajada de Laos para pedir uno de fresa y otro de chocolate. Me subía al ático y tiraba gatos y perros a la calle. Comprobaba si los mininos caían sobre cuatro patas, y repetía el experimento hasta lograr un fracaso. Cuando no encontraba los animalitos, me servían melones podridos o pianos de cola. Pese a lograr que mi lengua moviera a 700 revoluciones por minuto, estaba frustrado. Me cabreaba que la duquesa de Alba con 80 años en aquella época ligara más que yo. Tenía orgasmos viendo a mi hermana resolver raíces cuadradas a lápiz y papel y abusaba sexualmente del mobiliario del jardín de mi vecino. Era un fumador tan empedernido, que cuando cerraba la puerta del garaje y empezaba a inhalar el monóxido de carbono, no podía dejar de aspirarlo con placer y forma bonitos aros de color negruzco. Me aburría tanto en casa que, a veces, me ponía una corona que había por un baúl y me paseaba por mi casa como llegué al mundo porque me daba la real gana. Adopté un nuevo eje, la horizontalidad. ¿Para qué desplazarse de pie? Uno, al caminar, se cansa. Entonces reduje al mínimo los desplazamientos, ubicando mi centro de mando en el sofá o, en su defecto, en el suelo. Mi vida era caótica hasta que la conocí. En un comercio de mi barrio, un maniquí que me miró e hizo el gesto de mover las cejas que me pilló desprevenido. Más por ser una forma femenina que movía su parte prominente y sin pelo sobre la cuenca de los ojos, que por tratarse de un ser inerte que me observaba. Su mirada era penetrante, arrogante y lasciva. Si las miradas follasen, no me hubiera entretenido ni en parpadear. Era verano. Hacía calor y unos forúnculos enquistados estaban floreciendo en mi repugnante frente, aprovechando mi flequillo como parasol. Llamó mi atención un escaparate en el cual se distinguía a un maniquí de hembra negra, sin brazos, huérfana de prendas, con las extremidades inferiores dislocadas, sentada junto a una silla de diseño. Llamó mi atención no el escaparate en sí, sino una primera mirada del maniquí que seguramente percibí con el instinto con el que percibes que alguien te está siguiendo. El mismo que usa una vieja de ciudad cuando eres tú quien camina tras ella y se da la vuelta con la cara descompuesta como si la quisieras mutilar. A decir verdad, en aquella época, a excepción de la fascinación que me producían las ortopedias, la mayoría de los escaparates me parecían iguales y no me fijaba demasiado en ellos, pero en aquella ocasión, fuera por lo que fuera, no pude pasar de largo sin mirarlo. Me giré cual octogenaria de ciudad y vi cómo el oscuro maniquí me seguía mirando, arqueando las cejas, si es que se pueden llamar cejas cuando no hay nada de vello. No estaba preparado para asistir a un movimiento de cejas por parte de un ente sin cejas. Fue todo bastante rápido. Un maniquí con ojos de mujer fatal, que me observaba fijamente y meneaba la parte saliente y curvilínea que tenía sobre ellos sin nada de pelo. Reaccioné con arrojo, entrando al local impregnado de olores cuya procedencia era mejor no averiguar. La puerta estaba abierta, de modo que entré en el comercio penumbroso, uno de esos lugares donde la luz parece negarse a penetrar salvo para trazar una línea de sol pálido donde se mueve un mudo festival de polvos movedizos, y allí no había nadie, salvo una colección de ojos azules, marrones, verdes y lúgubres que me miraban desde mesitas, estantes e incluso desde el suelo, y en otros estantes, lastimeras muñecas polvorientas y ajadas con las cuencas de los ojos vacías, mutiladas y espectrales, como cadáveres en una improvisada catacumba de la inocencia. Y los maniquíes sin los ropajes, de pie en sus pedestales, fingiendo en las sombras una asamblea de bellezas congeladas en una última pose seductora. Por asociación de ideas, me vino a la memoria la lúgubre sala de la casa de los fantasmas. Pero la maniquí negra me seguía escrutando. Me sonrió. Me acerqué a ella.- “ Cántame”- me susurró con su dulce voz. Le canté una bella e improvisada balada en el oído. Lágrimas de emoción cayeron de sus cuencas oculares. –“ Eres un poeta de la copla”- murmuró entre sollozos. La besé con frenesí. Intenté poseerla, pero no hallé orificio alguno. Cabreado por no poder consumar el fornicio, pero tremendamente feliz por descubrir mi innato talento para la canción, salí de la tienda. Varias semanas más tarde debuté en operación triunfo dedicándole una canción:
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Señor Prepucio...es usted un auténtico CRACK.
ResponderEliminarA Favoritos
!!Enorme crack!!!
ResponderEliminarLlorando de risa.
Me ha fulmnado de risa.
ResponderEliminarEres bueno macho,muy bueno.
SUBLIME.
ResponderEliminarjajajajajajajajajajaja
ResponderEliminarQué historia más cojonuda.
Te sigo.
Luis Miguel cantadole al amor, jaja
ResponderEliminarTerrible documento querido Capullo.
ResponderEliminarCiertamente querido Anastasio es usted un incomprendido como todos los genios que en el mundo han sido. Yo hubiera pagado por ver en directo su majestuosa actuación.
ResponderEliminarQué gran blog.
ResponderEliminar¿Podrías acabar alguna historia bien, y darnos una alegría? Siempre nos dejas muy tristes a los que te queremos ver triunfar, como auténtico ídolo de masas que eres.
ResponderEliminarMe ha conmovido la canción....escribo estas palabras totalmente emocionada,,,,
ResponderEliminarFelices fiestas!
Muackssssss.
Hola Anastasio, menuda partida de culo me llevo con el blog de tu firma.
ResponderEliminarEspero con impaciencia tu nueva entrega.
Feliz navidad para todo el mundo.
. Menuda partida de culo me he pegao yo sólo!
ResponderEliminarEs un gran post, me he reido como una loca. no sabria decirte si es o no el mejor de todos con total seguridad, pero desde luego q es de los mejores. me has alegrado el dia, y el fin de semana.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con los demas, este es grandioso! estaba muerto de risa y no era capaz de parar. En el despacho me van a echar! que bueno es!
ResponderEliminarBon Nadal!
Siempre me haces reir.
ResponderEliminarYo te invito a un cubata con tal de que me cuentes una historia entretenida.
Merry Crhistmas.
Que bueno eres jodido!
ResponderEliminarsi, fantástico, fantástico post.
ResponderEliminarY que Papa Nöel le traiga un maniquí. Negro si puede ser.
Geeeeeenial.No tengo palabras.Te superas cada dia y nos alegras el día.
ResponderEliminarBesitos y buenas fiestas Don Prepuzio.
Joder¡¡¡¡ Como haces eso de las caras parlantes?¿ Te queda cojonudo.
ResponderEliminarHoy no se me ocurre nada, solo agradecer que sea usted tan, bueno "original" por ser políticamente correcto en sus aventuras y regalarnos el placer de una sonrisa, a cuenta, como no de sus desgracias.
ResponderEliminarFeliz navidad, blogueros.
Si es que estas cosas solo le pueden pasar a usted...juas-juas
ResponderEliminarQue bonita melodía de Los Panchos,,,,
ResponderEliminarJajajajajajaja
Magnífica gilipollez, muy Sr. mío, digna de usted.
ResponderEliminarFeliz navidad a tod@s.
Jajajajaja, lo que me he podido reír. Volveré por aquí.
ResponderEliminarUn saludillo ;)
DON PREPUZIO A EUROVISIÓN¡¡¡¡¡
ResponderEliminarjajajajajajaja estupendo... genial!!!!
ResponderEliminarFeliz Nochebuena¡¡¡¡¡
Una entrada magístral...sublime!
ResponderEliminarÉste es el capullo que me gusta leer...
me encanta! genial, tanto el relato como el video! beeeeeesos
ResponderEliminarDedíqueme a mí una canción Don Prepuzio, please,,,
ResponderEliminarUn besote y felices fiestas!
jaja genial su blog,me suscribo!!:)
ResponderEliminarEstimado Don Prepuzio
ResponderEliminarMe ha encantado la canción. ¿Me puede decir donde comprar el Lp? :)
Jajajjajaajjajajaajajjajajajajaja.
ResponderEliminarMe deja usted la mente en blanco y sonrisa socarrona cada vez que vengo.
buenísima entrada...
ResponderEliminary parece que va acercándose a la posibilidad de fornicio. Feliz Navidad a tutti mundi.
jajajajajajaj
ResponderEliminarComo siempre tras un excelente relato, acaba el mismo con una solemne ordinariez.
Felices fiestas, capullescos¡
¡¡¡pero que barbaridad!!!
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJAJJA
Sr. Prepuzio.:
ResponderEliminarEstoy enamorada de usted.
Ay Dios! pero si hasta canta y todo!!! Ahora si que me ha mataoooooooo!
ResponderEliminarJAJAJAJ ME HAS DEJADO PLANCHADO!
ResponderEliminar:D
El maniquí tenía toda la razón del mundo. Es usted un maestro de la copla, jajajajajajaja
ResponderEliminarFeliz Nochebuena para todos. Amor, Paz y Anastasio prepuzio.
Pese a que priorice hacer reír al prójimo, cosa que tremendamente bien y usted lo sabe, yo sigo teniendo ganas de saber lo que le hace reír.
ResponderEliminarJajajajajajajajjajajajaja
ResponderEliminarEs usted la leche, oiga. Jajajajajajajajajajajajajaja
Estimado Sr. Prepuzio, con cada nuevo dato sobre su lamentable vida incrementa mis impulsos de acercarme a darle un abrazo, lástima que tenga los brazos cortos.
ResponderEliminarFeliz navidad.
Estimado Anastasio:
ResponderEliminarAnodadada me hallo, estoy fascinada con sus desventuras por este mundo, y no para mofarme como usted piensa, no le veo mas bien como un auténtico capullo.
Beso.
Feliz Navidad prepuzianos!!!!!
ResponderEliminarjajjajajjjaj...joder, para reir no hay nada mejor que venir aquí...jajaja
ResponderEliminarLa historia cojonuda pero el video no tiene desperdicio¡¡¡
Un abrazo amigos y felices fiestas!!!!
Jajajajajajajajaja...
ResponderEliminarPero Anastasio, ¿a quién se le ocurre? iba bien, iba bien, ya obviando el hecho de que se trate de un maniquí, eso de escribir canciones es muy romántico y resulta encantador, pero hombre de Dios, la letra es tan importante como la sinfonía. Luego no entiende usted cómo los resultados obtenidos por tamaño esfuerzo se van a norris, pida consejo, por Dios, que alguien le instruya en el arte de la seducción, es usted un completo desastre.
ResponderEliminarAún así, un beso (a distancia) me ha parecido un gesto encantador el suyo.
Felices fiestas.
jajajajajajaja en muchas ocasiones leo lo que escribe aunque comento más bien poco, pero hoy no he podido evitarlo jajajaImpresionante la entrada, hace 10 minutos que la leí y aún estoy descojonándome.Felices fiestas.
ResponderEliminar!Bravo,ha sido increible,!
ResponderEliminarCada día se supera.
Zorionak eta urte berri on!
La canción me ha puesto la gallina de piel como diría aquel,,,,
ResponderEliminarQue destornillada de risa.
Felices fiestas para everybody!
Es usted un fenómeno.
ResponderEliminarEstamos aquí con la familia leyendo sus artículos y las carcajadas se oyen desde el otro extremo del barrio.
Felices Fiestas!!!
Genio y fugura.
ResponderEliminarLe quería pedir que me dedicara una dulce canción, pero visto lo visto, mejor lo dejamos para otra ocasión.
ResponderEliminarFELIZ NAVIDAD PREPUZIANOS
GRANDE, MUY GRANDE!!!!
ResponderEliminarPanzón de risa.
Saludos y felices fiestas.
X Dios K Bueno¡¡¡¡
ResponderEliminarJajajajajajajajajaja
ResponderEliminarBertón Osborne a lo Prepuzio¡¡¡¡
Salu2
jajaja Felices Fiestas ;D
ResponderEliminarJuas-Juas., me encantaaaa...jajjajjjaja, debo decir Don Prepuzio, que a menudo paso de puntillas por aquí, en silencio, pero hoy no puedo...me ha hecho soltar una de carcajadas que le agradezco en un día tan especial como hoy.
ResponderEliminarFelices fiestas.
GENIAL y GENIAL!!!!!.
ResponderEliminarUN AUTENTICO CAPULLO.
jajajajajajajajajaja
ResponderEliminarPerdone que le diga que creo que aquél año 2.008 no es demasiado diferente al ejercicio que estamos a punto de cerrar.
Me he reído mucho con su entrada.
Abrazos y buenas fiestas.
jajajajajaj QUE GRANDE SOS!!!
ResponderEliminarJoder menudo blog, es la elegancia ordinaria, o la ordinariez disfrazada de elegancia.
ResponderEliminarQue carcajadas me has arrancado!!!
La madre que me pari...
ResponderEliminarHacia tiempo que no me reia tanto
Se ha superado Don Prepuzio!!!
ResponderEliminarSiguiendote !!!
ResponderEliminarUn saludo :=)
Empezando a seguirte! K Grande!!!
ResponderEliminarhazte mirar el coco prontito corazon...no me gustaria quedarme encerrado contigo en un ascensor....uy que yuyu....
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