El gentío del subterráneo me engulle desdeñoso y distraído,
pululando con prisas en todas direcciones.
El violento temblor del andén y las chispas de los rieles
anuncian la llegada del convoy metropolitano.
Atestiguo la ausencia del típico pérfido aficionado a lanzar al
distraído viajero a las vías, y subo al metro trenzando bravía pelea por un
lugar.
En él hallo fuego, barahúnda putrefacta, calor.
Vesicantes bebés llorando a pleno pulmón. Mantecosos provincianos
engullendo como si no hubiera mañana pálidos y tumefactos sándwiches de
chorizo. Rostros de jornaleros agarrados a los asideros que escupen contra los
vidrios del vagón. Posturas absurdas para intentar dormir. Grotescos ejemplares
de la especie anciana con talones que simulan cojera al subir. Escuadrones
de carteristas rumanos acechando a su próxima víctima.
Un universitario, venidero desempleado de lardosas
rastafarías, se apresura para subir al metro con esa gilipollez que caracteriza
a quiénes corren con mochila.
Las mugrientas puertas de fierro del vagón se cierran y el metro
inicia su marcha.
Escruto con esmero al gentío.
Escudriño la frente de la prieta muchedumbre. Observo embelesado
las gotas de sudor peregrinando por sus rostros, abrazando las
imperfecciones de sus caras; marcas de acné, vellosidades, verrugas hepáticas,
cutáneos forúnculos enquistados. Hombres de sotabarbas sin afeitar que, sin
pudor, desvelan sus gustos culinarios por el aroma de su aliento, ajenos a la
traición de su alquimia intestinal. Hirsutas hembras de sebáceos cabellos
emanando hediondez a ácidos gástricos, menstruación evadiéndose por sus poros.
Frente a la ventana, un barbilampiño y atezado paquistaní ofrece
al rollizo ejecutivo de azabachado traje un ramo de rosas.
-No gracias. Ya he follado- rechaza con altanería.
Tras ellos, un homínido politoxicómano blasfema contra el
mobiliario del suburbano esbozando con spray un indescifrable graffiti.
Huelo el caos, la anarquía, la zafiedad.
El hedor agrio, macerado e hiriente de las axilas de esta
caterva humana revela el sofoco que han pasado. Percibo como los sobacos,
mostrados al levantar los brazos para asirse y no perder el equilibrio, están
colmados de vello cuajado, atestados de sudación, ponzoñosas podagras de agua color
ambarino que acumulan restos de su dermis, de la bazofia orgánica hacinada en
su cuerpo a lo largo del día.
Bajo la cabeza y descubro las uñas de sus pies, grotescas
estructuras turgentes, enlutadas, húmedas y malformadas que brotan desde unos
dedos deformes, impuros, sucios, tóxicos.
Es la saturnal de la incorrección, la vorágine de la vulgaridad,
la autocracia del desprecio a las normas escritas, escenario propicio para extirpar la costra intranasal que tanto me ha incomodado estos últimos días.
Sin reparos, penetro con el dedo índice la
zurda hendidura nasal, hasta que consigo palpar el singular híbrido entre hidropesía
y espinilla. La costra, caliente e hirsuta, palpita por la inflamación.
Intento, con la uña sin podar, desraizar la postilla, rasguñando
el absceso hasta dejar el conducto en carne viva, exponiendo la epidermis nasal
al ataque de agentes patógenos.
Sangra mi hocico. El dolor hace lagrimear mis ojos, contrayendo mi bolsa escrotal.
El nódulo gibaforme, vesícula
de líquido al tacto, se está resistiendo.
Lo intento de nuevo aplicando vigorosa presión
con los improvisados alicates formados por índice y pulgar. Consigo tocar
la sesera de la corteza pustular, asida todavía en la pared medial de la nariz,
pero fracaso en la tentativa.
Lívido de rabia y exangüe de agonía, calibro la posibilidad de
abandonar tan desgarradora empresa.
Pero los rostros de los viajeros me observan en
silencio, alentándome, exhortando a no desfallecer en mi propósito.
Me aventuro ahora con el dedo corazón con
astutos movimientos radiales. Percibo como el cartílago se deforma, adquiriendo
cóncava estructura, permitiéndome maniobrar con mayor fluidez.
Es mi oportunidad. Tal vez la única.
Incrusto la uña en la cepa del forúnculo y con raudo
movimiento vertical consigo arrancar la costra nasal.
Entre los pomposos vítores y ovaciones de los pasajeros, procedo, cómo no, a su ingesta.
¿podría hacer el favor de revelarme lo que toma para que le salga semejante cantidad de tonterías (que me encantan) de la cabeza?
ResponderEliminarMucho tiempo libre y mente sucia,,,
EliminarAsqueroso, repugnante y bizarro.
ResponderEliminarMis más sinceras felicitaciones, está usted en la senda correcta.
Muchas gracias Don Vasilio por su sincera felicitación,,,
EliminarMe duele en el alma no haber podido estar en el metro para animarlo con pompones y aplausos.
ResponderEliminarUna vez más, divertidísimo el relato.
Puede hacerlo mientras cenamos,,,
Eliminar¿ Le apetece ?
Usted le tira la caña a todas las mujeres que le siguen en esta página!
EliminarMacho...eres la polla...me he partido el ojal cosa mala. Sigue asin....ad eternum.
ResponderEliminarSaludos!!!
Ese lenguaje Don Luís, cuide ese lenguaje,,,
EliminarMe se caen unos lagrimones de espanto...
ResponderEliminarQué gilipollas es usted.
¿ Por qué siempre me insulta, eh imbécil ?
EliminarJoder, Sr. Prepuzio...
ResponderEliminarGracias por este aperitivo...
Voy a comer.
Piense en esa pústula nasal al hacerlo,,,
EliminarAsí lo he hecho.Gracias.
EliminarJajajajaja Usted es de mi tierra!!¡¡
ResponderEliminarQue bueno!!¡¡
Del ladito de Bilbao,,,
EliminarComo mínimo...
EliminarSr. Prepuzio, acaba usted de arrancarme la misma cerdil carcajada que me arrancó la escena del librero con la lupa de la célebre Top Secret.
ResponderEliminarEximio fragmento,,,
EliminarEs usted el fucking amo de lo bizarro.
ResponderEliminarAplaudo ruidosamente esta entrada.
Más fuerte, no le oigo,,,
EliminarJoder,hasta a mí me duele la nariz.
ResponderEliminar¿ Consume cocaína ?
Eliminarjajjajaja. sólo consumo películas X piratas...
EliminarMe encanta.
ResponderEliminarUn besazo.
Otro beso para usted, amiga Maite,,,
Eliminar¡Queremos más, ya!
ResponderEliminarAnsia viva de nuevos aportes auditivos, falta un vídeo con imágenes macabras que acompañe tan excelsa obra :D
Sus deseos son órdenes,,,
EliminarEsta noche inicio el rodaje con mi webcam,,,
Hállome consternado con su muestra de rudeza y virilidad.
ResponderEliminarPero,,,¿ se ha excitado ?
EliminarEspero que su próximo post no relate la experiencia de la extracción casera de una hemorroide.
ResponderEliminarPromete.
Así lo haré,,,
EliminarProcedo a dilatar mi esfínter para ello,,,
Me sangran hasta los ojos... xD
ResponderEliminarAvisaré al exorcista,,,
EliminarBuen aspecto tiene esa nariz.
ResponderEliminarEmana salud,,,
Eliminarjajajajajajaja más vale fuerza que maña.
ResponderEliminarNi maña ni fuerza, amigo Juan José,,,Gilipollismo integral.
EliminarComo una cabra.
ResponderEliminarY usted como un tren,,,
EliminarBRAVO!
ResponderEliminar¿ Por ?
EliminarHostias, que barbaridad.
ResponderEliminarPeor que Poli Díaz hurgándose la nariz.
Bárbaras son sus orejas, Sr. Rang,,,
EliminarAntes lo intuía. Ahora lo sé.
ResponderEliminarLE QUIERO
Pues yo, NO.
EliminarJo Jo Jo
ResponderEliminarMirate en el espejo, tienes un grano hahaha
¿ Y usted quién coño es ?
EliminarInteresante estupidez.
ResponderEliminarMucho de lo segundo. Poco de lo primero,,,
Eliminar¡DIOS SANTO, HOMBRE! Esto es un salto cualitativo importante hacia la plenitud capullesca.
ResponderEliminarAsí es, estamos cerca ya,,,
EliminarJejejeje me cotó entenderlo.
ResponderEliminarSi es que es necesario que se lo explique en persona,,,
EliminarCaballero, hurgar la nariz, es todo un arte.
ResponderEliminarCuanta razón,,,
EliminarJajajaJaJa que bestia colega!
ResponderEliminar¿ colega ?
Eliminar¿ Nos conocemos tal vez ?
Estimado Amigo Prepuzio: En el caso de las pústulas nasales, los expertos recomiendan dejar que el instinto depredador de las novias, ese ímpetu incontrolable que las lleva a abalanzarse como derviches posesos sobre granos, puntos negros, pelitos y otras imperfecciones cutáneas, se haga cargo de ellas.
ResponderEliminarDuele un horror, pero los resultados suelen ser más estéticos.
Un abrazo ;)
Amigo Chuan Che Tzú,
EliminarEn cierta ocasión tuve una grotesca novia perita en ese arte,,,
Su pasión cesó cuando le pedí que explorara una incómoda fístula anal,,,
Joder.
ResponderEliminarFuck en inglés.
EliminarVulg baiser en francés,,,
La clave, como muy bien nos ilustra, está en la uña sin podar.
ResponderEliminarAsí es,,, Y muy poca vergüenza,,,
EliminarMaestro, un descojone con el libro.
ResponderEliminarDespués si eso, comento el post.
Agradezco de todo corazón que perdiera su valioso tiempo leyendo tan ignominiosa obra,,,
Eliminarhohoho chuck norris sacándose el moco.
ResponderEliminarChuck Norris no tiene mocos,,,
EliminarSI ES QUE NO SE PUEDE SER MÁS GENIUSGILIPOLLAS.
ResponderEliminarPOR FAVOR, ESCRIBA EN MINÚSCULAS,,,
EliminarBizarrérrimo as usual.
ResponderEliminarAs usual, efectivamente,,,
EliminarMil veces os he avisado
ResponderEliminarque nunca os quitéis las costras
antes que se hayan secado
pues que no saben como ostras
por sangre que aún no ha filtrado.
Mire es ser algo más fino
y si lo hace ante la gente,
no me sea tan mezquino
y reparta alegremente
ese manjar tan cetrino.
Y veréis que el populacho
sabe agradecer regalos,
pues que llegará al empacho
en moliéndoos a palos
dejándoos como un guacho.
Muy bueno Carlos!!!!
EliminarAmigo Carlos,
EliminarUsted siempre aportando ácidos versos a mi ignominiosos posts...
Feliz año.