Escombros, vallas metálicas caídas, ratas portadoras de la fiebre amarilla, material de obra abúlico, parte de pavimento y sacos de cemento, bajo dos siniestros y enormes pilares de hormigón de una obra abandonada, la viva imagen de la desolación. Aquel lugar se había convertido en un no lugar, zombis urbanos, parias sin alma. Ese fue el jodido emplazamiento que mi amigo Evaristo escogió para casarse con Volodia, una ruda campesina búlgara que conoció en uno de sus viajes en los que impartía seminarios.
Volodia era una grotesca mujer, extremadamente fea, propietaria de un pequeño negocio de cría de sanguijuelas. Le faltaban la mitad de los dientes a causa de la dracunculosis. Unas palomitas, a modo de empaste casero, suplían hábilmente sus piezas dentales. Ignoro como sus padres no la ahorcaron con el cordón umbilical cuando nació. Tenía más carmín en los dientes que en los labios. Había peregrinado a Lourdes haciendo el pino para curarse la gonorrea, requisito que exigió mi buen amigo para poder contraer matrimonio.
A las 17.00 horas llegamos a las ruinas. Ahí estábamos todos, con nuestras mejores galas, sudando como cerdos, esperando a que la mamarracha de Volodia se dignara a aparecer. Una hora tardó la cabrona en presentarse. Llegó en un viejo tractor, acompañado de su padre, un hombre obeso, adiposo, repulsivo. El desgraciado lucía un peinado creativo, como aquellos que muestran los decrépitos alopécicos que intentan esconder su devastadora calvez. En proporción comparativa, yo era un arcángel de hierática belleza al lado de aquella alimaña. Tras pegarse un hostiazo contra el suelo al bajar del tractor, Volodia se dirigió hacia una misteriosa tienda de campaña. Transcurridos unos 10 minutos y tras unos espeluznantes chillidos, apareció una gitana octogenaria, probable cruce entre un Orco de Mordor y Marujita Díaz, de unos 160.000 gramos de peso, que había verificado exhaustivamente la virginidad de la novia con un pañuelo. Sacó las cuatro rosas blancas, signo de castidad, exhibiéndolas con orgullo a los allí presentes dando comienzo así a la jodida ceremonia.
-" ¿Virgen esa?. ¡Por favor, si se tiene que sujetar los tampax con celo!!!"-, chilló Jacinta visiblemente irritada. Si hubiera podido, hubiera abofeteado con panceta a aquella lerda.
Ya caía el sol, el cielo tenía un tono anaranjado que se hacía más intenso en el horizonte, y el día estaba tan tranquilo que se podía oír los graznidos de los cóndores andinos y los desgarradores susurros de los toxicómanos y vagabundos escondidos en la obra abandonada.
Volodia, comenzó a caminar con intermitencia, con nula habilidad, hacia un arco repleto de flores y con el hombre perfecto entre ellas. Parecía una cigüeña epiléptica con los tacones que lucía. Su largo vestido, no era nada común. Por detrás apenas tenía tela; era una abertura que dejaba al aire toda su velluda y mórbida espalda. Mientras caminaba, un gran escote dejaba al aire unos pezones del tamaño del timbre de un castillo, y una larga hendidura en la pierna, dejaba entrever sus becerros muslos a cada paso que daba.
Llegó al lado su futuro marido, jadeando, chorreando sudor.
Allí les esperaba el alcalde, con cara de nutria atocinada, y en un más que correcto latín, selló el vínculo afectivo de la alianza marital. Un largo y depravado beso entre el abucheo de los convidados, precedió a la lluvia de arroz, pétalos de rosas, confetis y alguna que otra piedra por mi parte.
No dirigimos al banquete en carro de caballos.
Tras varios minutos de ameno cocktail lleno de charlas y recuerdos y en el que no faltó, la sangría Don Simón, las pipas rancias y los pistachos Hacendado, los invitados pasamos a la zona de banquete para disfrutar de una exquisita cena. Unos grotescos estudiantes vestidos como en el siglo XVII, tocando guitarras, bandurrias y panderetas, amenizaban el aperitivo. Un mesón castizo fue el escenario elegido para albergar la celebración, que se desarrolló bajo los parámetros de la cordialidad y jovialidad. Evaristo, se sentó en la mesa presidencial. Junto a mi amigo, se sentaron sus padres ( a la derecha ), y Jacinta, madrina de la novia ( a la izquierda ) que no tuvo reparos en escupir dentro de la copa de vino de Volodia las infectas expectoraciones de su cruel resfriado. La velada, convenientemente regada por refrescos ricamente azucarados del Lidl, fue amenizada por las melodías que entonaron los invitados. “Volare” y “Hola Don Pepito, Hola Don José”, fueron las pueriles canciones más vitoreadas por una concurrencia que dio rienda suelta a sus emociones más desenfrenadas. Yo tenía hambre de perro, así que decidí pedir un barril de manteca de cerdo y una barra de pan. Comencé a bombardear con salsa a los anfitriones, y los niños, se unieron enseguida para vergüenza de sus padres.
Mi hermana Hurraca, con embarazo psicológico por culpa de sus pajas mentales, inició un sacrificio a un conejo, salpicando de grasa a todo el mundo en la mesa. Sacó de su bolso velas negras y las puso en círculo. Pidió bandejas para la sangre e interrogó si había algún voluntario para donar sangre humana.
Tras la degustación del menú, Evaristo, se dirigió a los comensales para agradecerles su presencia en tan importante acontecimiento: -“Muxas gracia a toos por eztar oy aquí, el día más inportante de mi bida. Estoi henamorado como un quinceañero. Quiero enbejecer junto a Volodia. Quiero pasar el resto de mis días junto ha ezta bella mujé”-. Los invitados, completamente borrachos, vociferaban:- “ Cállate cabrón! Si te has casado con un orco!!”-.
Empezaron entonces a lanzarle botellas de vino, vasos, mesas, sillas, navajas... Un tenedor lanzado por la avispada de Hurraca, impactó con suma violencia en rostro de Volodia, quedándose salvajemente clavado en su castigada frente. Empezó entonces una auténtica batalla campal, causando numerosos destrozos en el mobiliario del restaurante. Agarrones y empujones, primero; lanzamiento de botellas y cuchillos, después. Rompimos una treintena de botellas, ceniceros y el escaparate del local, y apaleamos sin piedad a un grotesco camarero de la taberna, mientras mi querida Jacinta, escondida bajo la mesa, hurtaba el dinero de la caja registradora.
Tras la degustación del menú, Evaristo, se dirigió a los comensales para agradecerles su presencia en tan importante acontecimiento: -“Muxas gracia a toos por eztar oy aquí, el día más inportante de mi bida. Estoi henamorado como un quinceañero. Quiero enbejecer junto a Volodia. Quiero pasar el resto de mis días junto ha ezta bella mujé”-. Los invitados, completamente borrachos, vociferaban:- “ Cállate cabrón! Si te has casado con un orco!!”-.
Empezaron entonces a lanzarle botellas de vino, vasos, mesas, sillas, navajas... Un tenedor lanzado por la avispada de Hurraca, impactó con suma violencia en rostro de Volodia, quedándose salvajemente clavado en su castigada frente. Empezó entonces una auténtica batalla campal, causando numerosos destrozos en el mobiliario del restaurante. Agarrones y empujones, primero; lanzamiento de botellas y cuchillos, después. Rompimos una treintena de botellas, ceniceros y el escaparate del local, y apaleamos sin piedad a un grotesco camarero de la taberna, mientras mi querida Jacinta, escondida bajo la mesa, hurtaba el dinero de la caja registradora.
Joder que bueno.
ResponderEliminarUn saludo.
Bienvenido es a este absurdo blog, camarada Álvaro.
EliminarComo acostumbro a decir a los novatos: se arrepentirá de seguirnos.
Bueno, correré ese riesgo, jajajaj
EliminarUn saludo.
Sólo un apunte, lo del TAMPAX no tiene parangón. Rediós, que jartá de reír
ResponderEliminarUn halago viniendo precisamente de usted.
EliminarEnorme. Gracias, muchas gracias.
ResponderEliminarCulo peludo, ¿Gracias por?
EliminarCuidado, Anastasio, que dicen que de una boda salen siete, a ver si vas a ser tú el próximo!!!
ResponderEliminarHe llegado a la conclusión, gracias a tu extensa sabiduria, de que he follado muy poco en mi vida pues aún me caben y se me sujetan los tampax, joé
Pues en eso yo te puedo ayudar belkis ;)
Eliminar¿En serio, Salva? ¡No me digas que tienes una fábrica de tampones!
Eliminarbelkis, me di una vuelta por tu blog y me has puesto canino,,,
Eliminarabierto24h...eso es bueno o malo?
EliminarGracias por pasarte y si te sientes cómodo, quédate!
Tu que crees??¿¿
EliminarComo dice el amigo Salva, eso tendremos que solucionarlo, amiga belkis. Y de inmediato.
EliminarXDDDDD
ResponderEliminar:(
EliminarLeído con todo lujo de detalles los contado, yo también les hubiera apedreado.
ResponderEliminarLadidado mejor. Y con ladrillos.
EliminarJoder!!!
ResponderEliminarPero si la boda se celebró en LA COMARCA!
Sí! Y sólo faltaba usted, encarnando el papel de hobbit.
EliminarEn la vida me tocará ser un anti-búlgaro después de leer esto.
ResponderEliminarNo todas las búlgaras son iguales amigo Agus. Bueno, pensándolo mejor, sí, son bastante sucias.
Eliminar"Había peregrinado a Lourdes haciendo el pino para curarse la gonorrea".
ResponderEliminarGrande, muy grande.
Saludoss
¿No se marea?
EliminarMe he leído su postazo con atención y me voy con la sensación de haber aprendido: No quiero ser como usted.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
No sabe cuanto me alivia su comentario amigo Dani.
EliminarMadre mía lo que me he reído yo con esta entrada, no se lo puede usted imaginar Sr. Anastasio.
ResponderEliminarUn beso.
Usted no sabe lo que puedo llegar a imaginarme dulce Vane.
EliminarExcelente relato absurdo-vulgar-capullesco. No obstante me gustaría que un depravado de renombre como usted se decantara en algún momento hacia temas más sicalípticos, y es que soy un marrano irredento...
ResponderEliminarMe comprometo con usted que mi próxima y vulgar publicación, complacerá su exigencia.
EliminarCoño!¡ Hoy ha respondido pronto a los comments. ¿ Tiene alguna cita con alguna cortesana esta noche?
EliminarLo ha adivinado. 150 € menos. Un desastre.
EliminarJajajaja no se lo va a creer, pero en una ocasión asistí a una boda parecida y acaba de recordarmela! jajajajajajajajaja verdaderamente, esa mujer da miedo, y su amigo, más!
ResponderEliminarBesikos.
¿No sería su boda?
EliminarHa regresado usted de sus vacaciones, permítame que le diga, con una vena poéticopedestre disfrazada de subrealismo que, en verdad, admiro y envidio.
ResponderEliminarUn abrazo, para quien lo precise.
Joder. Hoy están que se salen.
EliminarSe agradece. Me ha emocionado Sr. Cencerro.
Estás enfermo, pero me conmueve la historia. Especialmente por tu amigo Evaristo, toda una proeza para él haber encontrado esposa.
ResponderEliminarUn beso.
Imagínese la quimera que es para mí,,,
EliminarEn la foto sólo faltaba la cabra y el del acordeón.
ResponderEliminarY usted cantando frente a un ventilador.
EliminarJajaja Esos dos parecen sacados de la peli El Señor de Los Anillos.
ResponderEliminarBesos.
Son de esa decrépita película, amiga YES.
EliminarUn respeto para los calvos, capullo!¡
ResponderEliminarQue sepa que yo también adolezco de vello capilar, mamón.
EliminarQue bueno eres mamonazo.
ResponderEliminarGracias cabronazo.
EliminarDivertidísimo Sr. Prepuzio.
ResponderEliminarAh! Y mola el nuevo diseño del blog.
Mola cantidubi.
EliminarGrosera, soez, vulgar, inédita e inaudita historia.
ResponderEliminarSu irreverencia me abruma y como la misma bruma, mi comentario se desintegrará en su blog como lágrimas en la lluvia. Toma ya!
Jodeeer!
Eliminar¿Qué coño quiere decir ese comentario?
Me he enamorado de Volodia.
ResponderEliminarY yo de Evaristo, jejejeje
EliminarBuen fin de semana, prepuzianos.
Y yo de Anastasio!!!!!!! jajajaja. Es coña eh? No se me vengan a engaños.
EliminarPD: No sé por qué coño no se me ven ahora las uvas del ídem.
EliminarTe las habrás comido belkis
EliminarEs verdad, abierto24h, ya había olvidado que me las comí hoy de postre pues se estaban pasando, tanto tiempo ahí, que se estaban convirtiendo ya en mosto, joé, jajajaja
EliminarSi te sobran algunas me las das. Y si no, me como lo que queda.
EliminarAins miserable, no digas eso, que a veces de las uvas lo único que queda es el rabo jejeje. O el pellejo.
EliminarA ti te doy yo mis uvas y la vid entera que me ha dicho un pajarito que estás más rico que el pan. Y pan con uvas, un postre delicioso!
Como sabes tu eso?
EliminarLo del postre, porque lo he probado: pan con uvas.
EliminarLo de que estás rico, rico, porque me lo dijo un pajarito.
¿Les habilito un chat privado?
EliminarSíiiii, Anastasio...qué idea tan buena! jajajaja
EliminarAhora en serio: mis disculpas por invadir espacio
Sí y un restaurante.
EliminarQue cabrón, a Evaristo, me refiero...
ResponderEliminarSea feliz
Lo seré. Siempre y cuando cuente con su fiel amistad.
EliminarSiempre me tendrá ahí. Pero sin mariconeos.
EliminarSí, feo será su amigo Evaristo, pero tiene un arte en el fornicio que ni el mismo Nacho Vidal.
ResponderEliminarEs un artista, sí señor.
EliminarGenial.
ResponderEliminarNo mienta bribón. Es una solemne chorrada.
EliminarJAJAJAJAJA QUE BESTIA ES USTED!
ResponderEliminarAMIGA OLGA: LE TENGO DICHO QUE NO ESCRIBA EN MAYÚSCULAS. ME PRODUCE UNA EXTRAÑA SENSACIÓN DE NERVIOSISMO.
Eliminar¿quién es más guapo Evaristo o Usted?
ResponderEliminarEvaristo, por supuesto.
EliminarUna historia conmovedora...
ResponderEliminarComo lo es la de su nariz,,,,
EliminarEstá usted loco de remate, ajajajajaj
ResponderEliminarHappy weekend.
Hagamos locuras amiga Alejandra!
EliminarPendejo, sos un capullo macanudo!!
ResponderEliminarUn abrazo gallego!
Un abrazo para usted, wey.
EliminarLe voy a pegar de hostias de 2 en 2 hasta que me salgan impar!.
ResponderEliminar¿Dónde diantres está su señorío? Voladia es una hembra hermosísima.
Díscúlpeme. No pretendía ser grosero. Sólo describí la realidad.
EliminarComo me reido, k crack!
ResponderEliminar¿Qué ha fumado hoy Marta?
EliminarEste ya va siendo mi idolatrado Sir Prepuzio.
ResponderEliminarTras dos horteras entradas, ha vuelto a ser usted mismo, se ha encontrado con su propio yo.
Enhorabuena.
Pues vigile no le encuentre a usted.
EliminarEspecialmente emocionado por su referencia venérea her Prepuzio. Tocóme la sensibilidad más profunda con sus referencias varoniles de la bella Volodia.
ResponderEliminarY algún síntoma de erección?
EliminarAquí nadie trabaja, o qué?
ResponderEliminarPor lo visto, NO. Como usted.
EliminarUna importante lección de vida: hacer el pino, cura la gonorrea.
ResponderEliminarAsí me curé también, querido amigo. A veces no son necesarios fármacos para curar determinadas patologías.
Eliminar[APPLAUSE]
ResponderEliminarSi le hace feliz,,,
EliminarBuenas carcajadas me ha arrancado Maestro.
ResponderEliminarSalu2.
Pues ignoro los motivos amigo Juan José.
EliminarEstimado Amigo Prepuzio:
ResponderEliminarEsta es para rogarle que haga público en su blog que los de la tuna no hemos cobrado aún por la actuación. (Cobrar en bofetadas, cascos de botella y cáscaras de pistacho no cuenta). Seguro que Volodia se sentirá avergonzada... ;)
Bienvenido es a este absurdo blog amigo Juan Jesús.
EliminarLo admito públicamente. Y me sonroja. Pásese por mi despacho y le extenderé un cheque por sus servicios. Lo lamento.
Que el señor se apiade e Voloia como hizo conmigo.
ResponderEliminarSí, y así está,,,
EliminarAins! No tiene remedio!
ResponderEliminar¿Cuando cenamos?
EliminarJrande, JRANDE!
ResponderEliminarJracias, pero se equivoca,,,
Eliminar¡Hostia! Entre la foto de la portada del blog y la del post de hoy, me voy a la cama acojonado.
ResponderEliminarPiense en mí. Tal vez le ayude a conciliar el sueño.
EliminarAsesinaría por estar una noche con Volodia.
ResponderEliminarPues yo por clavarle el tenedor en medio de la frente, jajajaja
EliminarSon ustedes unos dementes.
Eliminar¡Pero qué aaaajjjco! JAJAJAJA
ResponderEliminarEs asco, amiga Chary.
EliminarIgnoro el por qué, pero me ha hecho odiar a Volodia.
ResponderEliminarOiga, un respeto por tan dulce señorita.
Eliminarme meo!!!
ResponderEliminarjajajajajaj
Hágalo fuera de la taza y deje que fermente.
EliminarNo sé de que os extrañáis....Será que no hemos vistos orcos como estos cuando se abren las luces de la discoteca.
ResponderEliminarCuanta razón amigo Tomy. Usted y yo somos los claros ejemplos.
EliminarLo del cruce entre un orco y Marujita Díaz te ha quedado clavado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo para usted Don Carlos. me alegra que un hombre ilustrado como usted se deje caer por tan vulgar blog.
Eliminar¿Quién recibió el ramo de flores?
ResponderEliminarUn toxicómano.
EliminarEs interesante la fauna con la que se rodea,,,,,
ResponderEliminarUsted es uno de ellos.
EliminarPrecioso. Igual que me gustaría que fuera mi boda.
ResponderEliminarInvíteme. Escarnio asegurado.
EliminarMuy divertido como siempre.
ResponderEliminarUn beso!
Otra para usted amiga Elvira.
EliminarNo hay duda que usted es un auténtico capullo, pero su humor es para enmarcar.
ResponderEliminarUn abrazo. Volveré por aquí.
Bienvenido es amigo Diego.
EliminarPásese cuando lo desea.
Escalofriante y tierno relato Sir Prepuzio.
ResponderEliminarUna solemne gilipollez, amigo Txomin.
EliminarEn el momento de beso, unas decontroladas lágrimas han caído por mis mejillas.
ResponderEliminarIgual que me sucedió a mí. Y respondí con certera puntería lanzándoles piedras.
EliminarPodría ser la boda del mismo Torente, jajajajja
ResponderEliminarBien podría serlo.
EliminarQue cabronazo es usted,,,No deja títere con cabeza.
ResponderEliminarY usted es un vulgar cenutrio.
EliminarJajajajaja welcome back señor Prepuzio, que el ritmo no pare.
ResponderEliminarLa pareja perfecta.
ResponderEliminarBuenos días para todos. Buenas noches para mí.
Acuéstese y mejore de su resaca amigo Rocky.
EliminarQue risas con el Tampax y el cordón umbilical.
ResponderEliminarUn petonet.
Un altre per a tu.
EliminarLlorando de risa!
ResponderEliminarUn besito.
¿Sólo un beso?. Yo preciso de algo más querida Esther,,,,
Eliminarwouooo.
ResponderEliminar:) ;)
Wouooo wouooo!
EliminarJoder, Anastasio. Me haces muy feliz.
ResponderEliminarUsted a mi, pues NO.
EliminarEste blog desvaría por momento, y ello me excita.
ResponderEliminar¿Y se toca?
EliminarSin comentarios.
ResponderEliminarBienvenido es a este blog.
EliminarY si acaso, comente después, cuando esté preparado.
JAJAJAJAJA Buenísimo!
ResponderEliminarNo mienta plebeyo, no mienta.
EliminarTodos amamos a Volodia.
ResponderEliminarEspecialmente mi buen y atractivo amigo Evaristo.
EliminarEscriba un libro.
ResponderEliminarPara colorear. Estoy en ello.
EliminarMuy bueno, jajajajaja
ResponderEliminar¿Usted cree?
EliminarComo me he reido con lo del Tampax jejejeeh
ResponderEliminarPero un final algo abrupto, no?
Siendo capullo y estando rodeado de gilipollas, poco diferente podía ser el final amigo Lorenzo.
EliminarFantástico!
ResponderEliminar¡Y un huevo!
EliminarEspero que mi boda sea algo diferente,,,
ResponderEliminarUn beso.
Cásese conmigo.
EliminarTiene abandonado el consultorio!!!!
ResponderEliminarYa sabe que le he enviado una consulta.
Retómelo que es genial!
En breve lo retomaré. He recibido su consulta. Será cursada en la próxima sección del consultorio amiga Capresso.
EliminarEn esa boda sólo faltaba yo.
ResponderEliminarEs cierto, pequeña bola peluda.
EliminarJa Ja Ja!
ResponderEliminarComo me hubiera gustado estar en esa boda!
En la próxima le invitaré, siempre y cuando lleve el antifaz.
EliminarUn artista su amijo Evaristo, un artista.
ResponderEliminarNo lo sabe usted bien Sr. Comepipas, no lo sabe bien.
EliminarExijo que me presente a Volodia.
ResponderEliminarCuando usted proponga fecha, apreciado amigo.
EliminarBellísima la Volodia esta, oiga.
ResponderEliminarPreciosa.
EliminarCada vez nos intriga más su verdadero rostro.
ResponderEliminar¿Cuando se dignará a mostrarlo?
A mi me encantaría ver a Anastasio sin máscara,....y sin nada de nada!
EliminarCunado ustedes se desnuden y pueda examinar el material gráfico, entonces me la quitaré.
EliminarCuando quieras...
EliminarUn relato escalofriante.
ResponderEliminarNo, un relato burdo y vulgar.
EliminarPulique ya!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarTodo un espectáculo! Yo quiero que me inviten a una boda así, que las normales y corrientes me aburren.
ResponderEliminarInfíltreme en la de su próximo amigo Tasio je je!