Con la llegada de
las Fiestas de Navidad, también llegó el acontecimiento que más ilusión me
suscitaba: la visita de los Reyes Magos de Oriente.
Esos míticos y grotescos
personajes, coronados legendarios y desgreñados; aquellos tres mugrientos y
barbados caballeros montados en sus camellos, que todavía hoy, colman puerilmente mi
corazón de alegría, y me devuelven la ilusión perdida de la
inocencia.
Siempre había sospechado que tres hombres, maduros y varoniles, visitasen hogares año tras año, con la simple finalidad de hacer regalos. Era consciente que aquellos payasos transgredían la ley, entrando impunemente en casas ajenas. Pero a mis 40 años, continuaba ingenuamente enamorado de un sueño, hechizado por la aruspicina de esa noche mágica y profética, acongojado por no saber aún si mis deseos habrían sido o no concedidos, empecinado en verificar en primera persona la frase que tantas veces me habían repetido: ” Los Reyes Magos son como tus ojos. El tercero es negro”.
Siempre había sospechado que tres hombres, maduros y varoniles, visitasen hogares año tras año, con la simple finalidad de hacer regalos. Era consciente que aquellos payasos transgredían la ley, entrando impunemente en casas ajenas. Pero a mis 40 años, continuaba ingenuamente enamorado de un sueño, hechizado por la aruspicina de esa noche mágica y profética, acongojado por no saber aún si mis deseos habrían sido o no concedidos, empecinado en verificar en primera persona la frase que tantas veces me habían repetido: ” Los Reyes Magos son como tus ojos. El tercero es negro”.
La oscuridad de la
noche allá fuera, rota por los centelleos de neón y el resplandor de los
escaparates adornados con motivos navideños, creaba un ambiente de algazara que
lo inundaba todo.
Salí al balcón
provisto de unos binoculares que hábilmente había hurtado de un Leroy Merlín, dispuesto a
contemplar la Estrella de Belén, brillando como una lentejuela sobre terciopelo
nocturno.
Tras un par de horas de tediosa espera, y con evidentes signos de hipotermia, cerré furioso la ventana y escupí
la bilis con un gruñido. Ni rastro del jodido cometa.
- ¡Maldita contaminación!- susurré contrariado mientras me frotaba con fervorosidad los genitales para entrar en calor.
Los zapatos relucientes, 3 gramos de cocaína y una botella de cognac para los reyes, y el césped, arrebatado del jardín de mi vecino, hábilmente mezclado con cianuro para los camellos, aguardaban impacientes bajo el árbol de navidad.
Estúpidamente nervioso, decidí disponerme a depender de mi viejo televisor para sobrellevar las horas previas a la medianoche. En el canal 5, un partido de exhibición de tenis femenino llamó mi atención. De forma astuta, subí el volumen para hacer creer a mis vecinos que estaba follando.
Me tumbé en la cama con sobredosis de café. No quería que me pasase lo mismo que años anteriores, cuando fui incapaz de levantarme al oír aquellos esperados ruidos en el salón. Los Reyes de Oriente iban a volver aquella noche, puntuales a su cita anual y no estaba dispuesto a perdérmelo.
Lo tenía todo previsto. Un plan minucioso. Detrás de la puerta, entre el mugriento sofá y la grotesca lámpara de pie, estaba mi escondite secreto, aquel que había servido tantas veces a mi padre para ocultarse de mi madre cuando ésta iba borracha.
A las 24.00 horas, apagué la luz del dormitorio y salí sigilosamente de mi habitación, tumbado en el suelo en forma de cruz, y arrastrándome tal marine en misión secreta, me coloqué en aquel rincón que sería mi puesto de vigilancia durante todo el crepúsculo.
El viejo reloj cucú marcó las tres de la madrugada. Ni rastro de aquellos cabrones. Yacía inmóvil, hastiado, tremendamente aburrido en aquella jodida guarida. Una cruel y bizarra idea se cruzó por mi cabeza. Cogí el calcetín que adornaba el árbol de navidad, me lo enfundé en el pene a modo de profiláctico, y me masturbé. Cuatro veces. Cuando empezaba la quinta autoestimulación, oí como si un gato estuviera arañando las maderas del balcón. Con el corazón casi saliéndome por la garganta, posé mi dedo índice sobre el interruptor, pero no me atreví a encender la luz.
- ¡Maldita contaminación!- susurré contrariado mientras me frotaba con fervorosidad los genitales para entrar en calor.
Los zapatos relucientes, 3 gramos de cocaína y una botella de cognac para los reyes, y el césped, arrebatado del jardín de mi vecino, hábilmente mezclado con cianuro para los camellos, aguardaban impacientes bajo el árbol de navidad.
Estúpidamente nervioso, decidí disponerme a depender de mi viejo televisor para sobrellevar las horas previas a la medianoche. En el canal 5, un partido de exhibición de tenis femenino llamó mi atención. De forma astuta, subí el volumen para hacer creer a mis vecinos que estaba follando.
Me tumbé en la cama con sobredosis de café. No quería que me pasase lo mismo que años anteriores, cuando fui incapaz de levantarme al oír aquellos esperados ruidos en el salón. Los Reyes de Oriente iban a volver aquella noche, puntuales a su cita anual y no estaba dispuesto a perdérmelo.
Lo tenía todo previsto. Un plan minucioso. Detrás de la puerta, entre el mugriento sofá y la grotesca lámpara de pie, estaba mi escondite secreto, aquel que había servido tantas veces a mi padre para ocultarse de mi madre cuando ésta iba borracha.
A las 24.00 horas, apagué la luz del dormitorio y salí sigilosamente de mi habitación, tumbado en el suelo en forma de cruz, y arrastrándome tal marine en misión secreta, me coloqué en aquel rincón que sería mi puesto de vigilancia durante todo el crepúsculo.
El viejo reloj cucú marcó las tres de la madrugada. Ni rastro de aquellos cabrones. Yacía inmóvil, hastiado, tremendamente aburrido en aquella jodida guarida. Una cruel y bizarra idea se cruzó por mi cabeza. Cogí el calcetín que adornaba el árbol de navidad, me lo enfundé en el pene a modo de profiláctico, y me masturbé. Cuatro veces. Cuando empezaba la quinta autoestimulación, oí como si un gato estuviera arañando las maderas del balcón. Con el corazón casi saliéndome por la garganta, posé mi dedo índice sobre el interruptor, pero no me atreví a encender la luz.
- ¡ Ya están aquí
los Reyes Magos !- exclamé entre
sollozos y con voz entrecortada.
Asomé la cabeza para
observar como dos sombras deambulaban siniestramente por el salón a gran
velocidad. Lo primero que me llamó la atención es que no vestían con sus largas
y pomposas túnicas, sino que iban en chándal y
calzaban zapatillas. Atribuí el hecho a la crisis. Entre
ruidos, oía voces, pero tan bajas que no entendía lo que decían. Decidí
asomar de nuevo la cabeza. Ahí estaban Melchor y Baltasar,
aspirando por su nariz el estupefaciente y sorbiendo el brandy que les había
dejado preparado. Aquellos desgraciados se estaban dando un fastuoso festín.
Pero ni rastro alguno de los regalos. Ni rastro de Gaspar.
Pero ni rastro alguno de los regalos. Ni rastro de Gaspar.
Mis manos no
habían dejado de temblar, y la tristeza se apoderó mí.
Noté como mi corazón se ahogaba en el fango, dagas de hielo clavadas en mi alma. El dolor me invadió suplicando a mis ojos que derramaran lágrimas. Los Reyes Magos se habían olvidado una vez más de mí.
Noté como mi corazón se ahogaba en el fango, dagas de hielo clavadas en mi alma. El dolor me invadió suplicando a mis ojos que derramaran lágrimas. Los Reyes Magos se habían olvidado una vez más de mí.
-¡Anastasio,
Anastasio!- susurró una voz
afrancesada.
Acurrucado en la
esquina, me froté los ojos.
-¿ Quién es? ¿Quién
me habla?- exclamé perplejo.
-¿ Por qué lloras, hijoputa?- añadió aquella
hercúlea figura con tono conciliador.
-¿ Quién eres?- murmuré acojonado.
- Soy Gaaaaspar, tu rey favorito. No me he olvidado de ti, cabrón. He venido desde tierras lejanas para hacerte un regalo muy especial- respondió aquella voz con evidentes signos de embriaguez.
Una emoción indescriptible se apoderó de todo mi ser; sentí que la voz se me anudaba en la garganta, estallé en un sollozo inmenso.
-¿ Quién eres?- murmuré acojonado.
- Soy Gaaaaspar, tu rey favorito. No me he olvidado de ti, cabrón. He venido desde tierras lejanas para hacerte un regalo muy especial- respondió aquella voz con evidentes signos de embriaguez.
Una emoción indescriptible se apoderó de todo mi ser; sentí que la voz se me anudaba en la garganta, estallé en un sollozo inmenso.
Gaspar por fin no se había olvidado de mi.
Con el rostro bañado en lágrimas, encendí la luz del salón. Y allí
estaba él, soberbio, divino, célico.
jajajajajaja¡¡¡¡¡ que animal ¡¡¡ jajajaja
ResponderEliminar¿ Y se sorprende a estas alturas, amigo Miquel ?
EliminarComo he reído.
ResponderEliminarMe encanta,es ud. genial!!!
Es un sentimiento recíproco, amiga Edurne,,,
Eliminar¿ Lo celebramos ?
Jejejeje
EliminarEs fantástico este blog,me parto
ResponderEliminarGracias por brindarlo
Un placer que se pase por aquí,,,
EliminarDespués de haber leído tu experiencia con los REYES MAGOS, no puedo pronunciar el nombre de Anastasio Prepuzio sin decir "mítico".
ResponderEliminarGracias por las risas.
De nada, diestro amigo. No vemos en la cárcel.
Eliminar!!!Mother of the beautiful love!!!
ResponderEliminarLo que me ha costado aguantarme las risas con lo del del tennis femenino.
¡Pedaaaacho de post!
P.D.: Estaré alerta la noche del sábado.
Muy alerta,,,Con los tres ojos.
EliminarJuas juas, sobretodo con el tercer ojo.
EliminarEfectivamente.
EliminarEstimado Amigo Prepuzio:
ResponderEliminarHermoso cuento de Navidad, lleno de esperanza e ilusión. Como un chiquillo, me porto angelicalmente estos breves días. Yo también, a mis ejemmysiete años espero con ilusión la subrepticia visita de sus Majestades de Oriente. Yo también aguardo en la cama, con el corazón encogido de emoción, el sonido de sus pasos sigilosos en mi salón. Así es como pude atrapar al gordo rojiblanco del jou, jou, jou la pasada nochebuena. Esta vez no se me escaparán. Ya he contactado con un perista para vender el contenido de sus mágicos sacos de regalos. ;)
¿ Qué ha hecho con el seboso de barba nívea, amigo Chuan Che Tzú ?
EliminarSólo responderé si me garantiza inmunidad, amigo Prepuzio...
EliminarLe garantizo exoneración, buen amigo. Palabra de capullo.
EliminarCuéntenos,,,
¡Que me peo, leche, que me peo!
ResponderEliminarAhora entiendo el porqué me levanto con dolores en el trasero el día de reyes ;).
Salu2.
Pues eso no es lo más jodido,,,
EliminarRece por no levantarse con dolor de boca,,,
Espectacular, como siempre.
ResponderEliminarEs falso, pero le agradezco el halago Don Eugen.
EliminarTiene usté el diablo dentro.
ResponderEliminar¡Sublime!
Concretamente entre las piernas,,,
EliminarPartiéndome el culo, y nunca mejor dicho.
ResponderEliminarUn abrazo maestro.
Sí,,,ríanse ustedes. El Domingo por la mañana me lo cuentan.
EliminarMe está acojonando.
EliminarRazones tiene, creáme,,,
EliminarAins...pues no me he tirado yo noches de reyes ni nada a lo largo de mi vida esperándoles!
ResponderEliminarNo recuerdo cuándo fue cuando dejé de esperar sus regalos, ni que cumpliesen mis deseos...me limité a esperarles porque de tres, seguro que alguno tendría ganas de echar un polvete jejeje. Me iría a la cama sin regalo pero más a gusto...jajaja.
Pero ni por ésas, no los pillo nunca. También es cierto que nunca he ideado un plan tan magnífico como el tuyo para engancharles.
Este año ya no los espero. Aunque no estoy muy buena, siempre he sido buena y han pasado de mí.
Ahora yo paso de Reyes, paso de deseos imposibles (ya borré algunos de mi lista) y arreando, que es gerundio.
Lo del tenis...me ha matao, jajajaja, de la risa! Buscaré un encuentro de tenis televisado, pondré el volumen a tope, cerraré los ojos e igual me inspiro jajaja.
¿El capullismo se pega?
Si necesitas inspiración, aquí me tienes Belkis.
EliminarCraso error amiga belkis lo de borrar 'deseos imposibles',,,
EliminarY cuando quiera le invito a jugar al tenis.
Y sí, lamentablemente el capullismo es contagioso.
Dany, hecho: ¿qué torneo quieres que veamos? jejeje
EliminarAnastasio, qué bonito.... a todas las invitas a cenar y a fornicar, y a mí a jugar a tenis...a sudar, a hacer ejercicio...qué manera más elegante de decir que me hace falta! jajajaja
belkis, le invito a jugar al tenis porque este deporte se juega con pelotas,,,
EliminarJoder que bueno.
ResponderEliminarMe quedo.
Bienvenido a este absurdo blog, Sr. Castillejo.
EliminarEso si que es un regalo, y no la mierda que me ha traido el gordo cabrón hijoputa de papá noel.
ResponderEliminarEso me pasa por adoptar costumbres foráneas...
Amigo Torpe Mán, regalo, lo que se dice regalo, no es,,,Al menos para mi.
EliminarSiéntase afortunado...
ResponderEliminarSi en lugar de Gaspar hubiera sido Baltasar, otro gallo hubiese cantado. Y con voz afónica...
No quiero ni imaginarlo,,,
EliminarYo tampoco.
EliminarBuenísimo!
ResponderEliminarLe dejo un beso.
Usted sí que está buena,,,
EliminarEsperaré despierta este sábado.
ResponderEliminarTal vez tenga suerte...
Podría solucionarlo esta misma noche, amiga Sílvia,,,
Eliminar?
Eliminar¿ Qué son esto artilugios de goma cobrizos?
ResponderEliminarPepinos del Vietnam.
EliminarJa Ja Ja.
EliminarEs usted un genio hasta en las respuestas.
Son porras antidisturbios.
EliminarJAJAJAJAJA
ResponderEliminarSos macanudo :)
Gracias por pasarse por aquí, buen amigo.
EliminarSiempre me deja impresionada con sus historias.
ResponderEliminarNo puedo parar de reír con este relato.
Y yo no puedo dejar de mirarla,,,
EliminarJoder, qué famélico está el pobre Gaspar.
ResponderEliminarLa crisis amigo Dany, la crisis,,,
EliminarPlas! Plas! Plas!
ResponderEliminarGenial.
Discrepo Don Manuel.
EliminarEn cualquier caso, gracias.
El camello, morfinómano, necesario para dar más realismo si cabe a tan estúpida historia.
ResponderEliminarAplausos.
Absolutamente necesario.
EliminarAbsolutamente genial.
ResponderEliminarUn besazo.
Le devuelvo el abrazo, amiga Mayte.
EliminarLe juro, por la hijas que no tengo, que si veo a Gaspar en la cabalgata de Valencia, le apedreo.
ResponderEliminarGracias camarada Agus.
EliminarEstaremos atentos a los avances informativos.
Será cabrón¡¡¡¡
ResponderEliminar¿ Yo o el Rey Mago ?
EliminarUsted, por supuesto.
EliminarNo puedo parar de reír.
ResponderEliminarKisses.
¿ Nos acostamos ?
EliminarMaravilloso.
ResponderEliminarQue bello es el camello.
Besarkada bat eta zoriontsu 2013.
Una preciosidad. Como los consoladores fálicos,,,
EliminarQue bestia, ajajaaja.
ResponderEliminarUn saludo.
En la cama soy, sensiblemente más animal,,,
EliminarUNA PUERTA ABIERTA A LA IGNOMINIA.
ResponderEliminarIngenioso a la par que estúpido. Saludos!!!
Gracias por su honradez amigo Jaime.
EliminarOiga, cásese conmigo (pero antes pídame su matrimonio).
ResponderEliminarPrimero debo cerciorarme si somos compatible sexualmente, querida amiga.
EliminarMi sospechas no eran infundadas...
ResponderEliminar¿ También le destrozó el culo ?
Eliminar¿¿ Está seguro que no es Nacho Vidal disfrazado de Rey Mago ??
ResponderEliminarCoño! Ahora que lo dice,,,
EliminarEs él!!!¡¡¡
EliminarBRAVO!!!
ResponderEliminarNo mienta, no mienta,,,
EliminarCon la mala suerte que tengo últimamente, este año vienen los tres con el mismo regalo.
ResponderEliminar¿ Me deja sus gafas ?
EliminarDemasiado bueno para no ser verdad!
ResponderEliminar¿ Lo dice por experiencia propia ?
Eliminarchapeau!!
ResponderEliminar¿ El qué ?
EliminarMuy, muy bueno.
ResponderEliminarUn beso.
Discrepo amiga Anna,,,es una auténtica gilipollez,,,
EliminarLe devuelvo el beso.
Hoy duermo con tampax en el culo.
ResponderEliminarSabia decisión amigo Gabi,,,
EliminarJoder, que mal repartida está esta vida. Y no lo digo por el pelo....
ResponderEliminarLo dice por los pezones, supongo,,,
EliminarNo sabía que los reyes magos tuvieran tantos huevos...
ResponderEliminarAmigo Signum,,,huevos y mucha fuerza,,,
EliminarCasi las tres de la mañana, ando escondida detrás de la puerta, se me duermen las piernas, se me aplastan las tetas,....y los tres colegas éstos sin aparecer!
ResponderEliminarMira me voy a dormir, y les dejo una nota de que en mi cama les espero. Aunque este Gaspar tan escuchimizao me da un yuyu.....
Feliz noche de Reyes a tod@s!
¿ Como acaba la historia, amiga belkis ?
EliminarPues podría contarte una película y decirte que aparecieron los tres, hasta el gordito de rojo! jajaja, y que uno tras otro fueron cayendo...ante mis encantos! jajajaja. Pero mentiría; soy encantadora (es que no tengo abuela!) pero no apareció nadie, nadie.
EliminarAle...otro año a esperar
A mi me ha pasado lo mismo, belkis ;)
ResponderEliminarMuy bueno Tasio!
¿ Apareció Gaspar ?
EliminarJa ja ja!
ResponderEliminarMuy oportuno este postio!!
Tan oportuno como la idiotez que destila,,,
EliminarANIMAAAAAL!!!
ResponderEliminarY gilipollas,,,Muy gilipollas,,,
EliminarQue risas, mamón!!
ResponderEliminar¿ Le he insultado yo, eh mamarracho?
EliminarTe he descubierto recientemente, pero lo estoy compensando dándome panzadas de lectura de entradas antiguas que me están procurando extraordinarios momentos de capullismo. Y mucha risa.
ResponderEliminarVaya con cuidado,,,
EliminarFuck Jesus!
ResponderEliminarEstá usted muy loco!
Y usted, cabreado,,,¿ No ?
EliminarInteresante relato freudiano.
ResponderEliminarDe todo menos freudiano, Sr. Educador.
EliminarCuanto tiempo sin pasarme por aquí. Tu ironía y tu sarcasmo siguen intactos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero que se pase por aquí con más frecuencia, camarada,,,
EliminarLlorando de risa.
ResponderEliminarFeliz año Sr. Prepuzio.
Yo también le deseo un año colmado de cópulas y fornicio,,,
Eliminarjajajajajaj Y JAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarPelota.
Eliminar¿ Quién cojones es usted ?
ResponderEliminarCabrones??
ResponderEliminarSi yo quiero uno de esos Reyes Magos, jjejee
Si quiere, me puedo disfrazar de Rey Mago,,,
EliminarJoerrrrrrrrr: 5 PEPINOS.
ResponderEliminarY el sexto, vivo,,,
EliminarJajajaja K Jranderrrrr!
ResponderEliminarNo mienta amigo Ponzoño, no mienta,,,
EliminarPero como acaba la historia?¿
ResponderEliminar¿ Usted qué cree ?
EliminarMuy bueno, maestro.
ResponderEliminarFeliz año capullesco.
Feliz año, amigo Gili.
EliminarJUAS JUAS, k bruto es usted!
ResponderEliminarSi alguien es tosco en esta historia basada en hechos reales, es Gaspar,,,
EliminarSolo pasaba por aquí para dejarle un beso y desearle un buen año.
ResponderEliminarLuego leo el post. ;)
Buen año para usted también.
EliminarComo ha cambiado la tradición popular!!!
ResponderEliminarNo lo sabe usted bien,,,
EliminarSe los pasó pipa, la noche de reyes, eh?
ResponderEliminarDe puta madre, sí.
EliminarJe Je Je Que bueno!!
ResponderEliminarBesos!!
¿ Porqué miente ?
EliminarQue lápiz tiene el cabrón!¡
ResponderEliminarUna mazorca de maíz, créame,,,
EliminarMuy Bueno Anastasio.
ResponderEliminarUn besazo.
Otro para usted.
EliminarBuuuuffffffffff
ResponderEliminar