viernes, 30 de marzo de 2012

EL REENCUENTRO CON CARACIOLA

El taxímetro rogaba diez euros y medio. El taxista, sentado en un grotesco asiento de bolitas de madera, subió el volumen de la radio cuando notó que me gustaba la canción. Sonaba Falete. Se detuvo justo al lado de la puerta de un motel mugriento hasta en las luces de neón. Pagué con un billete falso, cogí mi mochila que custodiaba un tetra brick de vino Mercadona y dos vasos de plástico, y me dirigí hacia mi perdición, suite 302, tal como había quedado por teléfono con Caraciola.
Caraciola había sido mi profesora de acordeón en el Instituto. Recuerdo como 25 años atrás, sus inmensos ojos negros atraparon la mirada de todos los mocosos de la clase y despertaron la envidia entre las chicas, callando las voces ensordecedoras de la aula cuando se abrió la puerta de la clase y entró ella, la nueva profesora sustituta de Música. Era morena de pelo  rizado, alta, esbelta, delicada,  piel blanca, y pechos pequeños pero firmes. Mi corazón latió como no recuerdo que nunca lo haya hecho. De repente me sorprendí a mí mismo, prestando atención a las explicaciones que aquellos increíbles labios carnosos, pintados en rosa suave, estaban dando. Terminó la lección y ni siquiera había interrumpido a la maestra una sola vez, como solía hacer, cuando de repente me sacaron del trance unas carcajadas. Miré, y eran mis estúpidos compañeros escrutándome. Todos se habían dado cuenta, la profesora había cautivado, mi ya, colesterólico corazón.
La profesora miró sonriendo mientras abandonaba la clase; ella se había dado cuenta también. Mi temperatura subió cual cafetera en ebullición, todos se reían de mi cara carmesí. Mi pene sufrió una gigantesca erección. La vergüenza no era habitual en mí, pero en esos momentos hubiese dado cualquier cosa por no estar allí. Era el centro de atención de docenas de ojos sonrientes, burlescos, chacóticos. A partir de ese día cuando la maestra sustituta entraba en clase, comenzaban las miradas hacia mí y, las carcajadas, codazos del compañero de pupitre, tremendas collejas, pataditas en la silla por los camaradas que se sentaban detrás y toda la clase pendiente de mi persona. Me había masturbado infinidad de veces pensando en ella.
Caraciola se creía una estratega militar reubicando alumnos en los exámenes. En uno de ellos, mientras repartía la prueba, nuestros ojos no pudieron apartarse los unos de los otros. Sus pupilas brillaban como lo haría, en una noche tranquila, la luna llena reflejada sobre el mar.
Confié en mi desbordante imaginación para aprobar el examen. Al finalizar la prueba ocurrió una cosa que me dejó perplejo, confuso y vacilante. Cuando todos mis compañeros estaban recogiendo, Caraciola se acercó a mi mesa y me dijo que tenía que hablar conmigo acerca de un trabajo que había presentado un par de semanas atrás. Tenía alguna duda sobre lo que había escrito y quería que yo se lo aclarara. Debía pasarme al final de esa mañana por su despacho. Fui a su despacho decidido. Al entrar, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Caraciola estaba desnuda, huérfana de prendas;  su vestido colgaba del perchero del despacho. Sus bragas negras estaban bajadas hasta los tobillos y un sujetador del mismo color cubría sus hermosos pechos. -" ¡Destrózame Anastasio!- susurró con voz lasciva. Indeciso, le pegué un brutal puñetazo que le izo saltar sus carcomidos incisivos, seguido de una feroz y vándala secuencia de patadas en su bajo vientre. " -Imbécil, que me folles!"- aclaró desde el suelo sangrando como una liebre a la que han decapitado. Me desnudé nervioso y tras varios intentos fallidos al equivocarme de orificio, copulamos como conejos. Aquella mañana de Mayo, perdí la inocencia con Caraciola.
Tres golpes en la puerta y un eructo, así lo habíamos acordado.  Estaba más nervioso que una monja con retraso menstrual. Un haz de luz vertical iluminó la zona central de su cara. Se detuvo unos segundos en el umbral de la puerta y, acto seguido, nuestros cuerpos se unieron frenéticamente en esa desapacible habitación, lejos de las miradas ajenas.
Mis nervios iniciales habían desaparecido, pero ella no podía disimular los suyos. Sus hermosas pupilas no podían mantenerme la mirada. Sentía tener el control de la situación. Su fragilidad incentivaba a protegerla. Nos enamoramos como se enamoran los chiquillos de quince años. Sin malicia. Puro cosquilleo en la barriga no por la úlcera. Miradas que no tenían final, y siempre con una canción de Bertín Osborne. Los años apenas habían pasado por ella,  aún seguía siendo la mujer más bella que había visto. Morena, cautivadora, celestial. Igual de hermosa. Fui lentamente acercándome a ella para besarla, y Caraciola cerró los ojos, pareciendo aceptar lo que iba a hacer.
Fue nuestro primer beso tras 25 años. Un beso resonante, lleno de ingenuidad, con  hábiles intercambios de fluidos salivales, recordando la fragancia de su largo y rizado cabello negro, que aspiraba lascivamente, mientras le cantaba con susurros en el oído la parte favorita de nuestra canción. Un trueno escalofriante nos sobresaltó a ambos. Caraciola, aterrada, se abrazó a mí fuertemente por la cintura, dejando escapar sonoras flatulencias. Yo la envolví con mis flácidos brazos, protector, como hacía años que no lo hacía.
Luego de un rato pareció amainar la lluvia. Esto nos dió a ambos la oportunidad de separarnos. Oportunidad que no aprovechamos, porque no quisimos.
Le arranqué el vestido negro, largo hasta los tobillos, como si me hubiese trasladado a mi adolescencia y tocara por primera vez a una hembra. Con la piel de gallina, mis estrábicas pupilas dilatadas, y el corazón a mil, me dejé llevar por un arrebato de libertino que jamás había probado. Minutos después, la dantesca escena ofrecía un cuadro con ropa dispersada, la lámpara en el suelo, heces sobre las sábanas y nuestros cuerpos, ya relajados, estirados en la cama boca arriba, con el pitillo colgando de la oreja, mirando el techo en silencio. Cantamos con devoción una canción de Enrique y Ana. Habíamos fornicado como cerdos. De hecho el silencio y las colillas que escupían aros de humo , se habían convertido en los protagonistas durante todo el proceso copulativo, sólo interrumpido por agudos gemidos de placer.
Alargué el brazo hasta mi mochila de la que saqué el tetra brick de vino y un paquete de tabaco. Brindamos.  El humo y el morapio pasaron a ser unos invitados más del libidinoso y becerril encuentro.
Unimos nuestros labios por última vez en un beso puro, sincero y abandonamos el motel.






153 comentarios :

  1. Usted siempre enamorándose de la mujer equivocada.
    Gran post maestro.

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    1. Es que yo porque yo con que tengan buen fondo y una hucha , yo me enamoro amigo Juanfran

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  2. BRUTALÉRRIMOOOO!!! JUAJ Juuaa JUAAA!!!

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  3. Como siempre, grande.

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  4. Siempre he tenido predilección por los capullos,de hecho,suelo rodearme de ellos,me fascinan.

    !La carne es la savia de la vida!, así que no se avergüence de su amor por Caraciola.

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    1. Caraciola es feliz como una puerta, mírela, tan fea y tan contenta.

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  5. Buenos días señor Capullo, ha sido un placer leer un post tan lleno de Romanticismo,que nada que envidiar a los clásicos del XIX. Espero que usted no acabe como muchos de ellos..
    Enhorabuena por la historieta.

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    1. Yo denigro al romanticismo haciendo el amor con reloj y calcetines puestos.

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  6. Ha creado un monstruo, ahora todos queremos que siga escribiendo para leerle.
    Me estoy destornillando de risa!
    Besos.

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  7. Pues ya está... lo dicho: enhorabuena por habértela follao.Pero hay que tener estómago de acero,,,,jajajajajaja

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    1. Usted a las 6.00 de la mañana tras ingerir 6 cubatas, ¿ no le hubiera hecho un apaño?.
      Usted y yo sabemos la respuesto, como cualquier varón.

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  8. Más que lírico, liriquísimo. Seguro que le han llamado de la RAE para ocupar el sillón.
    Feliz weekend prepuzianos.

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    1. Me han llamado. En breve me incorporo para aportar mis duchos conocimientos.

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    1. Cuando quiera amiga Patricia. Y si puede ser en su casa mucho mejor.

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  10. Qué fenómeno!! Ahora sólo nos falta que nos relate el trío que hizo con Jacinta y Caraciola en su nuevo piso de 15 metros cuadrados, jajajaja

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    1. No lo descarte, me acaba de dar una excelente idea apreciado Juan josé.

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  11. Vrabo!
    La profesora de acordeón me recuerda a aquella anciana del anuncio de la fabada asturiana.

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  12. Pues si. Realmente es un capullo jaja.
    Divertídisimo el post.

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  13. Imaginarme la escena en la que ud. intenta penetrar con su pene en varios orificios antes de encontrar el adecuado, me horroriza Don Prepuzio.

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  14. nene, tú molas mucho!

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  15. Interesante tu blog, lo sigo desde hace tiempo y siempre me sorprendes.

    Un saludo

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  16. Chateau, chapeau. Gracias por hacerme disfrutar una vez más.

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    1. No se merecen, Rata.
      Joder, como me ha gustado el comentario que acabo de escribir.

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  17. No sé cómo he llegado aquí, pero le aseguro que volveré. Tómelo como un cumplido o una amenaza. Usted verá.

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    1. Lo tomaré como una amenaza apreciado anónimo.Siempre llevo conmigo un guante blanco ante posibles injurias para batirme a duelo.

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  18. Jajajajajajajajaja como me estoy riendo, jajajajaja.
    Muy fino el final, trabajo de ebanista.

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    1. Trabajo fino, el fotógrafo que inmortalizó la instantánea que cuelga de su perfil.

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    1. Lo sé. Y usted sabe que yo lo sé. Y si lo sabemos los dos, ¿ Por qué no fornicamos?

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  20. ¿Le enseñaban acordeón en el colegio?
    Ahora entiendo el entramado de su perniciosa mente.

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    1. Me enseñaron también a matar moscas y el noble arte de deshuesar aceitunas.

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  21. Usted es un adúltero!!!! no pierde el tiempo aprovechando que su estimada Jacinta está de viaje y le pone los cuernos.
    Promiscuo!!!
    Besos.

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  22. Esto es a todas luces un fornicio asexual entre humanoides, jajajajaja

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  23. Lo suyo es tétrica elegancia. Como un buitre de voz aterciopelada dando la extremaunción al cuerpo que aún le mira de un carnero despeñado.
    Bravísimo.

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  24. Geniales relatos y ácidos comentarios.
    Encantada de conocerle.

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  25. jajaja, me parto!No sabía que los capullos tuvieran sentimientos y fueran tan tímidos y románticos.
    un besazo

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    1. Se sorprendería lo que un capullo puede dar a una hembra. Cuando quiera lo comprobamos.

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  26. JODER!!!!!
    SE ME QUITARON LAS GANAS DE ALMORZAR!!

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  27. Esa imagen pertenece a septiembre en el calendario playboy del año 2076.
    Genial el post.

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    1. Cierto. Abuelas que se llamarán Jessica, Vanessa, Jennifer o Dévora.

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  28. ¡ Qué rudez más brillante, por el amor de Zeus!
    Quiere conocer a Caraciola!!!

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    1. Algún día se la presentaré amigo Rodri.
      Por cierto tengo preparado un post con la idea que me facilitó.

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  29. Llevaba su bolsas reciclada o viejas de otro supermercado, o fue tan anti-ecologistas que compró para meter el vino Mercadona bolsas a 5 cts.?jajajaja
    Besosos mil para mi capullo preferido.

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  30. ¿qué ranchera del Gran Bertín Osborne le susurraba al oído????

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  31. Menudo crack!!! Por dios y la virgen!! K bueno

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  32. Me encantan sus 'gilipolleces', me he reído mucho ;P
    Supongo que utilizaría protección para fornicar con tan bella mujer?¿

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    1. Sí, utilicé 10 condones. no por protección sino para que ella sintiera algo.

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  33. Oghhh, despiadado!!!!!
    Es que usté no tiene principios????
    Kisses.

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  34. El paso del tiempo le ha hecho grande factura a la profesora. ¿A usted le ha pasado lo mismo? ¿O es usted de los que mejoran como el buen vino?. Un beso. Anónima de Interior.

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    1. Yo mejoro como el buen vino amiga anónima de interior.

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    2. Le creo porque me lo dice usted, pero el buen vino hay que catarlo bien para probar su excelencia. ¿O no?
      Un beso.
      Anónima de interior.

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  35. Le juro que esta vez no sé que decir.

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  36. Tiene usted la mente calenturienta ...
    BRILLANTE.

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  37. Joder, no logro imaginarme la escena de Caraciola enseñándoles a tocar el acordeón.
    Aún menos a usted fornicando con ella.

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  38. Eres muy divertido y tienes mucha chispa.
    Me alegra haber aterrizado por aquí.

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  39. jajajajajajajajajaja. Qué capullo!

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  40. A mi me flipan los uniformes (masculinos) y la dominación... Y creo que lo de follarse un profesor no es mito. Yo soy una realidad que lo corrobora: Mi padre era el profesor de Derecho Civil de mi madre.
    Besos.

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  41. Me voy a hacer fan pero ya. Qué pena que yo no haya tenido ninguna profesora apretable. Recapacitaré sobre ello y me apuntaré a cursos absurdos para encontrar esa veta sexual en mis coetaneos docentes.

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  42. Pero hay una cuestión que me mantiene inquieto,,,
    ¿ Quá carajos le atrae de una mujer?

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  43. ¡DEMONIOS!
    Pero si es mi abuela!!! Le voy a partir los huesos Sir Prepuzio.

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  44. Esto es una oda a la vulgaridad.
    Excelente relato.

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  45. Como me parto con sus aventuras!!!

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  46. Definitivamente me he enganchado a sus escrituras , está cerca a que le canonize y hacer que mis hijos le pongan velas...

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  47. ¡Qué bonito! Pronto sera un ilustrado analfabeto más si Vd. no lo evita.
    Un saludo.

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  48. Esta maravilla postal, esta aleatoriedad no casual...
    Coño, que se me afloja el lagrimal sin necesidad de ver a la Bruni.

    Se hace de rogar para escribir, pero cuando lo hace es de calidad, afirmo.

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  49. Extraordinario tu blog.Besos y no te pierdas

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    1. No se preocupe que si me pierdo entraré a una agencia de viajes para que me expliquen cómo volver.

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  50. Que bien hiló el post, merece un paquete extra de galletas!!

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  51. Ah! ¿pero las damas son capaces de producir flatulencias?

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    1. Sí. Lo hacen mientras estornudan, por eso puede pasarle desapercibido.

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  52. Sí señor!!! Desmitificando la leyenda urbana de que no hay fornicio entre alumnos-profesores.

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    1. Yo lo hice también con mi profesor de Derecho Romano en mi primer y mísero curso de facultad.

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  53. Jajajajajajajaja que bueno.
    Lo de probar con los orificios, genial, jajajaja

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  54. Just want to say what a great blog you got here!
    I've been around for quite a lot of time, but finally decided to show my appreciation of your work!

    Thumbs up, and keep it going!

    Cheers
    Christian, iwspo.net

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  55. jajaja no tiene perdón. Ponga una foto decente!

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    1. ¿ Acaso el retrato de mi amada y añorada Caraciola no lo es?

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  56. Dime que usted no es Santiago Segura de incógnito!!!! Y que este blog es un absurdo experimento psicológico!!!!

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  57. Estimado (es un decir) Don Anastasio,

    Si hay algo que no me apetecía ver hoy, era ver a su antigua profesora de acordeón. Lamento enormemente haber pasado hoy por aquí. Espero que no vuelva a suceder...

    Saludos.

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  58. Acabo de sentir una punzada en mi corazón al ver a su profesora de acordeón,,,,,,,,,

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  59. He oído que la iglesia católica necesita un director de marquéting nuevo.
    Tal vez le podría interesar,,,,

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  60. Donde hay que clickar para "aplaudir" un post?. Genial

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  61. jajajaja, es que me meo con usted.
    Como decía una fan suya, yo también quiero conocerle. Pero hágame un favor: déjeme a mí elegir el motel y llevar la bebida, el tabaco y lo que haga falta.
    Creo que le gustará; yo no sé tocar el acordeón pero hace siglos tocaba la flauta, supongo que aún me acordaré de soplarla.

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    1. Amiga belkis, acedo a su petición. Propóngame motel. Sus costas las asumo yo.

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    2. Lo haré el día que me lo tome en serio....no lo dude, sr. Capullo

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    3. Aquí hay tema, temita, jajajajaja

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    4. Si no les importa y no molesto, yo también me apunto.

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    5. Con permiso del sr. Capullo le contesto Jaime Dean: si es usted hombre y tiene buen sentido del humor, a mí no me molesta

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Amable visitante:
Es usted libre de inmortalizar su interesante opinión y/o vilipendiar al autor de este absurdo blog si lo considera oportuno.

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