viernes, 16 de diciembre de 2011

LA AGENTE INMOBILIARIA

Amanecí como hombre solitario con mi almohada aún caliente de babas. Nadie sabe a ciencia cierta qué fue primero, si causa o consecuencia, si la soledad o la maldad. La cuestión es que cosechaba enemistades minuto a minuto. Y lo hacía porqué me apetecía. Buscaba la animadversión ajena sólo por autocomplacencia y eso me sumía en un aislamiento social perenne.
Entré en el baño. A  mis  pies descansaba la  escobilla del wáter. El  artefacto, repugnantemente untado con el producto que había barrido, tenía una dudosa tonalidad cobriza. Contemplé el utensilio  durante  unos  instantes. Mi mirada, bizca y estrábica, era impúdica,  obscena,  depravada. Dudé. Finalmente  me  agaché, extendí mi dedo índice y…
El aseo  tenía una ducha con cortinas sucias y  viejas, pero cumplían su misión. Entré en la bañera y empecé a enjabonarme concienzudamente.  Frotaba  con  intensidad y atroz  violencia  mi indecente y seboso cuerpo. Con  la ayuda de un estropajo de cocina conseguí extirpar las costras que se me habían formado en la piel y que se deprendían a modo de caspa. Descubrí, desconcertado y perplejo, que  el verdadero color de mi pelo era rubio. En un acto reflejo e impulsivo, empecé  a  estimularme  la  hedionda bestia que  tenía en el pubis. Primero tímidamente. Posteriormente con ensañamiento y rudeza. Cerré los ojos. No por la excitación sino  por la cantidad de lagañas que poblaban mis nublados ojos. El  agua de  la  ducha acariciaba mi pecho, el vientre, mi espalda velluda, mi devastadora calvicie. Tomé un consolador de goma que había adquirido en  un  bazar chino y lo introduje en mi cavidad rectal, con movimientos circulares, perpendiculares, horizontales,  verticales,  elípticos, parabólicos, curvilíneos, cinemáticos. Jadeaba como un jabalí excitado. Gemía como una perra en parto.
Me sobraba demasiado mes al final del sueldo, así que había decidido buscar un piso de alquiler más económico. Tenía una cita con una agente inmobiliaria que disponía de un pequeño apartamento que reunía las características de lo que estaba buscando. Me vestí apresuradamente. Bajé  en  el Distrito  Oeste. Había empezado a llover. Los cubos de basura y los periódicos mojados en el suelo poblaban aquel suburbio pedigüeño y marginal. El olor a orines y aguas  putrefactas  eran tan concentrado que a punto estuve de arrojar por  vía  aérea lo que con tanto gusto me había metido en la panza. Las meretrices de baja estofa se asomaban al zaguán  de las ventanas sin disimulo y algún trasnochador embozado hasta las orejas se deslizaba con sigilo  por  las esquinas. Borrachos y mendigos  aflojaban  sin pudor sus vejigas  ante  la displicente mirada de los toxicómanos que buscaban mierda para inyectarse. De pronto se oyó un grito. No parecía venir de lejos. Corrí. Galopé lo más rápido que  pude hacia el callejón de donde procedían los chillidos,  tropezándome  con un pedrusco oculto a mis ojos, cayéndome y manchándome la cara  de barro. Me erguí, no muy ágilmente, y volví a escuchar otro grito:- “ 
Socorro!!!,Ayúdenme!!! “-. 
Un mendigo de aspecto siniestro y desaliñado, con los pantalones  bajados a la altura de las rodillas lloraba desconsoladamente. Aún sin aliento por la carrera, me acerqué al vagabundo.
-“¿Qué te  ha pasado?”- pregunté con voz entrecortada. 
-“ Estaba meando y una abeja me ha picado en el pene! Joder como duele! “ - respondió aquel bohemio  ambulante. 
Tenía la cara tiznada de aceite y grasa oscura, y la ropa sucia y transpirada. Su  aliento apestaba a dientes podridos macerados en ginebra barata.
- “ Llamaré a una ambulancia”- repliqué nerviosamente  mientras sacaba el  teléfono  móvil  del bolsillo de mis sucios pantalones.
-“ No!! No  hay tiempo para llamar a la ambulancia. Soy alérgico a las picaduras de las abejas.“ - contestó despavorecido el vagabundo. -“ Voy a sufrir un choque anafiláctico!! . Joder me voy a morir!!.” -. 
-“ ¿Y qué quieres que haga?”- consulté aterrado. 
-“ Tendrás que succionarme el veneno para  que  no  me infecte la sangre. Rápido!!. No hay tiempo que perder!!La voy a palmar!!.”- sentenció el mísero holgazán . 
Sin dudar un instante, altruistamente, me rebajé arrodillándome a la altura de  sus  caderas dispuesto a salvar la  vida de aquel miserable mendigo. Toda su  bragueta despedía un intenso hedor a  esmegma, orín y amoníaco. Bajé la cremallera y abrí la  boca  dudando, titubeando, vacilando. Un sexto sentido me decía que  algo no andaba bien. 
-“A qué esperas!!Me muero!!”- chilló aquel pordiosero maloliente. 
Tomé su falo y me  lo metí en la boca. Si el olor era repugnante el sabor era  todavía  peor. Aquel  trozo  de carne en barra,  circuncidado, hediondo y roñoso, sabía a puerto, a metales pesados, a  anciano, a hepatitis. El mendigo me puso las manos en su  cabeza  para  facilitar el movimiento mientras soltaba algún que otro suspiro.
- “ Así, así, succiona el veneno!!” - susurraba agitado el mendigo.  Mientras respiraba el aire  viciado  del sexo de aquel desgraciado, sentí ganas de regurgitar. Divagaba sin que ello estorbara la cadencia de mis babas y lametazos.  Había  sido  engañado enésima vez.
Humillado por el engaño, llegué al piso que quería escrutar. Tras llamar al timbre, apareció una joven preciosa de altura mediana pelo rubio, húmedo, liso. Vestía minifalda tejana ajustada y camisa transparente que dejaba al descubierto sus hermosísimos pechos. Sus ojos eran negros azabache y desprendía un olor embriagador de perfume francés chanel. Me sonrió dejando ver sus dientes blancos como perlas. Me enseño el apartamento. 20 m2, sin ventanas y el aseo era comunitario. Justo lo que precisaba. Noté cómo ella reflexionaba mientras me miraba de arriba abajo, como si pensara  quizá “este me pueda hacer un buen apaño”. Tengo que reconocer que en ese momento sentí pánico: mi relación con Jacinta iba mejor que nunca, y aquello quizá pudiera derivar en algo más. Era muy obvio que había mucha química y atracción entre nosotros dos. Efectivamente, al momento, nos estábamos besando apasionadamente. Nuestras lenguas se entrelazaban y mis manos empezaron a acariciar sus senos perfectos, rígidos, magreando sus muslos, sus nalgas, sus infinitas piernas. De pronto noté un porrazo en mi zona genital. Me quedé sin respirar, consternado, abrumado, desconcertado. Me aparté bruscamente y descubrí que la bella agente inmobiliaria era portadora de un poderoso pene. Sin mediar palabra, huí del apartamento como si no hubiera mañana. Había sido humillado de nuevo.




77 comentarios :

  1. Jajajajajajaja
    Estoy llorando de risa¡¡¡
    Que risas,que gran post y menudo descubrimiento este blog.
    Te seguiré visitando!!

    ResponderEliminar
  2. Es usted un ejemplo de desgraciado, mi querido colega
    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. !Hola Anastasio Prepuzio!!
    Que bueno es usted,menudas risas crack.
    Me voy a fumar un cigarro para celebrarlo jajajaja.
    Me ha encantado.Enhorabuena.
    Su seguidor 1455

    ResponderEliminar
  4. Me ha dejado usted con la boca abierta...

    ResponderEliminar
  5. Lo del mendigo y la forma de redactarlo, no tiene desperdicio.
    Me estoy partiendo el culo yo solo. En la oficina pensarán que estoy loco.
    Happy weekend blogeros.

    ResponderEliminar
  6. No puedo parar de reir!!! XDDDD
    Es que me lo imagino ahí, acluquillado frente al mendigo... No puedo, no puedo...

    Un besote!!

    ResponderEliminar
  7. Siempre me sorprenden tus textos, me ha encantado leerte de nuevo.
    Besos y susurros cálidos, muy pero que muy cálidos.

    ResponderEliminar
  8. Don Prepuzio,
    A mi me acaba de picar una víbora en el glande,,,No sé que hacer.
    ¿Me puede ayudar????

    ResponderEliminar
  9. Anastasio, es usted un ingenuo pero déjeme que le diga que ése es su sitio, su barrio, su piso. Peores cosas se ha metido en la boca que la lengua de esa señorita (ya sabe a qué hechos me remito), olvídese que tenga pene, como bien ha demostrado, eso no le asusta.

    Vuelva atrás hombre, no vaya a encontrarse de nuevo con el picoteado mendigo y caiga otra vez en su trampa. Luche por su casa.

    ResponderEliminar
  10. !!!Bravoooooooooo!!!
    Genial. Grande¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  11. No tengo palabras, no hay más que añadir.

    ResponderEliminar
  12. ¡Menuda entrada se ha marcado usted en esta ocasión, Don Anastasio¡
    SUBLIME.

    ResponderEliminar
  13. Eres capaz de hacer el capullo en todos los escenarios posibles. En todos. Capullo, que eres un capullo.
    Enhorabuena por la entrada, me reí mucho.

    ResponderEliminar
  14. No conocia su blog, pero ya veo que sera muy divertido seguirle

    Un beso

    ResponderEliminar
  15. Si es que no se puede ser altruista en esta vida. Siempre acabamos engañados....

    ResponderEliminar
  16. Lo que hubiese dado por verle!!!!!!!!!!!!!

    Muackssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  17. a cuadros me ha dejado este blog...que bueno!

    ResponderEliminar
  18. Muy listo...
    Lo que se dice muy listo...
    Tampoco lo eres
    JAJAAJAJ

    ResponderEliminar
  19. ¡Joer qué historia más chula!, jajaja

    ResponderEliminar
  20. Es una persona coherente...sus acciones hacen honor a su nombre jajajajajajaja....

    Una fan incondicional

    Muacksssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  21. Es usted único!
    Me parto con la escena del vagabundo.

    ResponderEliminar
  22. Después de leer este y todos sus relatos sólo puedo decir.. pero qué capullo eres!!.. jajajajaja.

    ResponderEliminar
  23. JAJAJAJAJAJAJA...
    JAJAJAJAJAJAJA...
    JAJAJAJAJAJAJA...
    JAJAJAJAJAJAJA...

    ResponderEliminar
  24. HILARANTE!!!!!!!


    un saludo, mi amigo el capullo y felicidades por el post. GENIAL.

    ResponderEliminar
  25. Te ha salido un post perfecto, sólo faltaba encontrarte a Carmen de Mairena.
    ha ha ha.

    ResponderEliminar
  26. ¿Habrá mas?, es que me ha encantado.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  27. Buenísima la entrada. . Cada vez se supera y me sorprende gratamente..... Muackssssssssssssssssssssss.
    Es un capullo inteligente...

    ResponderEliminar
  28. Jajajajajaja...
    Divertidísimo el post.
    Gracias por volverme a hacer soltar la carcajada con mis visitas a su blog.

    ResponderEliminar
  29. K panzón de reír¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  30. ay! q me enamorao de este blog!
    Jajajajajaja es usted cojonudo¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  31. Te denunciaré. Te voy a denunciar por el trauma que me va a dejar el leer esta entrada. Me rompí la mandíbula de tanto reír. Que lo sepas, nos vemos en los tribunales.

    ResponderEliminar
  32. ¡lo que me he llegado a reir! (sobre todo con lo de lo del mendigo LOOOL xD) jejeje es usted un crack, y un auténtico, pero también un crack! ^_^
    Besos.

    ResponderEliminar
  33. jaajajajajajajaj buenísimo Maestro!

    ResponderEliminar
  34. Joder tio, uffff eres muy bueno neng

    ResponderEliminar
  35. Le sigo desde hace poco tiempo. Nunca comenté nada en su blog de ordinario y grotesco aunque hubo entradas que me conmovieron.
    Pero esta vez, me decidí por aportar mi mensaje.
    Ha conseguido arrancarme unas cuantas carcajadas, hecho insólito para un demente como yo.

    ResponderEliminar
  36. Joder, siento no haber pasado antes por aquí. Pero volveré. Y queda reflejado este capullesco blog en mi lista de efavoritos¡No faltaría más!

    ResponderEliminar
  37. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  38. Encantada de conocerle, A. Prepuzio. Tiene todas las papeletas para que me encoñe de usted. Enhorabuena por el blog.
    Le sigo.

    ResponderEliminar
  39. jajajajajaja pero buenooo! eres completamente gcapullo, lo corroboro!!!

    ResponderEliminar
  40. JAJAJAJAJAJAJA Sublime!

    ResponderEliminar
  41. Lo que me estoy riendo con tus gilipolleces, jajajajajajajajaja, buenísimo tu blog...
    Me quedo y me instalo.

    ResponderEliminar
  42. Se ha superado Don Prepuzio!!! jajajajajaja
    La escena con el vagabundo, magistral.

    ResponderEliminar
  43. Jajaja!!

    Ya me estaba asustando, menos mal que el relato acabó como se merece el propietario de este diario. Cobarde! pecador!

    ResponderEliminar
  44. ImPENEsionante la historia!!!!

    Llorando de risa!

    ResponderEliminar
  45. Un placer leerle Anastasio Prepuzio, ya por su seudónimo ya le hace atractivo, luego a leerlo uno se da cuenta que la la mascara de spiderman es la careta de alguien que escribe bien.

    ResponderEliminar
  46. Anda capullo, que para una vez que ligas...
    Habrá mas suerte la proxima vez.

    ResponderEliminar
  47. El post es grotesco y cojonudo. Y me levanto y aplaudo su capullismo como forma de vida y siempre con humor.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  48. Genial macho.
    La descripción de la escena con el vagabundo es soberbia. Escribo estas palabras entre carcajadas.
    Grande¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  49. Ohhhhhhhh, ha conseguido conmoverme con esta historia :((((((

    Un besito!

    ResponderEliminar
  50. Enorme Don Prepuzio.
    Búsquese una mansión en Pedralbes. Tal vez la vendedora de piso sea algo más femenina,,,,

    ResponderEliminar
  51. Jajajajaa aaay mi estimado Tasio tengo que reconocer que me he reido con su post... insito... escriba un libro coño!! que ya tiene una fan seguro!

    ResponderEliminar
  52. jajajajja, lo del vagabundo borracho con la picadura de la abeja gemelo me ha matado!

    ResponderEliminar
  53. Jajajajajajajajajaja...

    (No hay más palabras para describirlo)

    Salu2

    ResponderEliminar
  54. Sr. Prepuzio,
    Quiero salir con usted. Me ha costado tomar esta decisión, pero quiero hacerlo.
    A su entera disposición,
    Dulzura

    ResponderEliminar
  55. jajajaja Llevaba mucho sin leerle pero creo que nada a cambiado, igual de capullo y ordinario.

    ResponderEliminar
  56. X dios!!! Parezco un idiota riendome!!!
    Buenissimo descubrimiento este blog.

    ResponderEliminar
  57. Grandioso!!!
    Todavía guarda relación con el mendigo?¿

    ResponderEliminar
  58. Apreciada y bellísima Aina,
    Tiene usted toda la razón. En realidad, me planteo alquilar aquel mugriento apartamento de 20m2 para compartirlo con el mendigo y la agente inmobiliaria.

    ResponderEliminar
  59. Apreciado Juanfran,
    En mi genética se cruzan nucleótidos en la molécula de ADN de gorila de montaña y mísero holgazán. A mi antiguo post en dónde presento a mis padres me remito.

    ResponderEliminar
  60. Apreciado Dj Alen,
    Nos encontramos en los tribunales, pero tenga en cuenta que cada vez que la palabra "cónyuge" se pronuncia "cónyugue", un abogado muere.

    ResponderEliminar
  61. Apreciado Андре́й Рома́нович Чикати́ло,
    Agradezco acojonado su comentario....

    ResponderEliminar
  62. Apreciada Gem,
    Yo ya me he encCOÑADO de usted...

    ResponderEliminar
  63. Está hecho un sex symbol... admítelo!

    ResponderEliminar
  64. Sr. Prepuzio,
    Reúne todos los requisitos para protagonizar la quinta entrega de la saga Torrente.
    Genial la entrada.

    ResponderEliminar
  65. Grande, muy bueno el tema de la abeja, a conseguido sacarme unas gratas sonrisas ...
    Alto! un momento ... oigo un grito aqui al lado ... en el callejon ... voy a ver que ocurre ...

    Jroma.

    ResponderEliminar
  66. jajaja, suena como una historia que observé en la playa del cavellet en ibiza, que no voy a extender aquí...

    ResponderEliminar
  67. Otra vez me ha sacado la risa, valorando por supuesto la locuacidad y sentido rítmicos que tienen sus relatos, más allá del siempre genial y divertido hilo argumental. Gracias

    ResponderEliminar

Amable visitante:
Es usted libre de inmortalizar su interesante opinión y/o vilipendiar al autor de este absurdo blog si lo considera oportuno.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...