miércoles, 9 de marzo de 2011

LA PUTA CALVÍCIE.


La alopecia es una grimosa y atroz afección que ocasiona despiadados parches redondos de pérdida del cabello. Una de cada 20 personas padece de alopecia. Yo soy uno de esos menesterosos sujetos. Perdí el pelo prematuramente, a los 15 años. Fue una ignominiosa fatalidad. Una funesta hecatombe. Y sin duda, una auténtica putada. 
Aunque existen varios tipos de calvicie, la más común de ellas continúa siendo la alopecia androgenética, monstruosa patología debida a un conjunto de factores de orden hormonal y hereditario, y que a día de hoy sigue resultando incurable a largo plazo.
El patrón típico de la calvicie masculina comienza en la línea de implantación del cabello, la cual retrocede gradual e inexorablemente para formar una "M". La maldita y jodida “M”.”M” de memo, de mamarracho, de mermado, de mentecato.
El cabello que estoicamente resiste se vuelve afrancesado, mariposón, tremendamente delgado y mucho más corto. El pelo de la coronilla también comienza a adelgazarse cobarde y cruelmente, y finalmente el punto más alto de la línea de implantación del cabello se une con la corona miserablemente despoblada, dejando indemnes la zona posterior y laterales.
La edad, el estrés, los trastornos hormonales, la deficiente alimentación o la masturbación compulsiva son las causas de la desertización capilar. Sin duda, yo ya identifiqué el origen de mi desoladora calvez…
Dicen quienes sufren esta inclemente afección capilar, que los calvos somos testosterónicos insaciables, más varoniles y sexuales...¡¡Y un cojón!!. Sólo es un farisaico argumento para justificar nuestro reluciente e yermo cráneo. No obstante, recientes estudios científicos demuestran que la pérdida de cabello puede deberse al sobrecalentamiento en el interior del encéfalo. Dicho calentamiento se originaría por el uso reiterado de las neuronas del celebro. Apunta esta investigación, que los alopécicos son sujetos fríos, perspicaces, calculadores y tremendamente prácticos. A juzgar por el pragmatismo que caracteriza mi forma de resolver los problemas ( con una hacha y una bolsa de plástico ), intuyo que dicha hipótesis puede ser verídica.
En cualquier caso, no hay nada más antiestético, vulgar, repelente, enojoso y repulsivo que un macho con una esperpéntica calvorota.
Los calvos vivimos en un pusilánime estado de sufrimiento. No somos hombres sin pelo, ni consumidores potenciales de burdos sombreros, ni individuos sin exigencia de peinarse, ni ahorradores de champú anticaspa. Somos calvos. Putos clavos. Esa es la lacerante realidad. Se burlan de nosotros en  las cenas de trabajo, en la barbería, en la iglesia, en la charcutería y a la salida de los colegios. Vivimos ese infortunio en silencio, en el más absoluto secreto.
Groseros peluquines, agónicos injertos capilares o milagrosos champús, son algunas de las estúpidas enmiendas para subsanar la alopecia. ¡¡¡Pantomimas!!!. La puta calvicie no tiene sanación. Pero si podemos encubrirla con este sencillo método: Adquiere en cualquier droguería un aerosol para garfitti del color de tu cabello. Aplica directamente el spray sobre la zona despoblada y deja secar la pintura durante 20 minutos:



15 comentarios :

  1. Mi querido animal bellotero : Ud. es un analfabeto funcional. No llegaría de su piso a la puerta de la calle si no hubieran entradas fosforecestes que se lo indicasen. Los remedios que ud. indica en su ploff son una estafa. La única y factible solución es la brea parda. Si, parda. Negra ya se pondrá cuando se le caiga el resto del pelo que le queda. No engañe a su clientela. Mire que le observo y le sigo. Es un mensaje de : Anónimos-autónomos-autonómicos

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  2. Poz a mi no me parece tan mala idea...jejejeje
    Afortunadamente de momento no tengo esta dolencia.

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  3. Jajajaja muy buena!
    En mi tierra los que empiezan a calvear se arrancan los pelos para dejar uniforme la sesera.
    Un abrazo Sr. prepuzio

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  4. Usted está mal de la cabeza Sr. Anastasio. En cualquier caso probaré su innovador método. Yo también empiezo a perder pelo de la cabeza....
    Salu2

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  5. Jajajajajajaaaaaaaaaaa Es usted un solemne capullo, permítame que se lo recuerde Sr. Prepuzio.

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  6. Yo estoy con el amigo Miquel. Aquí hay Tongo!!!! No nos engañe!!!!
    Un cordial saludo Sr. Capullo.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Apreciado Miquel,
    Efectivamente. Tengo notorias dificultades para hallar el diestro camino desde mi humilde morada hasta la puerta de la calle. No por el supuesto ‘analfabetismo funcional’ al que Ud. erróneamente hace referencia. El whisky escocés tiene la culpa.
    En cuanto a su 2º planteamiento, discrepo abiertamente de ustedes. La resina parda, rojiza o negra era utilizada en tiempos pretéritos para paliar la alopecia. El ‘efecto imán’ que provocaba dicha sustancia era atrozmente cochambroso y mugriento, pues absorbía toda clase de objetos, desde churretosas gomas de mascar hasta heces de palomas. No trato de confundir a mi versada audiencia. Créame, mi método es tremendamente económico, funcional y sin duda, efectivo.
    Por último, esa triple A ( A-A-A ), acojona...

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  9. Pero ¡por favor!, si esto ya está más que superado. Hoy lo que se lleva es el rapado tipo Guardiola, o el tipo idiota, como el "Paquirrín", que quieras o no, vende. No sé el qué, pero vende, y si no que se lo pregunten a Segura que como tonto seguro lo ha utilizado para su última entrega del casposo héroe-villano, y franquista.
    Saludos, y un abrazo.

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  10. Estoy de acuerdo. A mí el pelo no se me cae. A mi adorado primo, ingeniero industrial superior, se le descubre la calva rápidamente, cual escote de estríper.

    Los mononeuronales tenemos ventajas. No lo niegue.

    Saludos.

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  11. Apreciado Carlos,
    Tal vez para Ud. este estigma esté superado. No para mí. Perder el pelo a la pueril edad de quince años es una auténtica putada. Raparse el vello capilar al cero es una ducha solución. Para algunos. La longitud exageradamente gigantesca de mis sucios pabellones auditivos me sugiere no poner en práctica el funcional método al que Ud. hace referencia.
    Apreciado Lo,
    Oportuno fue su símil respecto a la calvicie de su primo el perito industrial. Esta dolencia hay que sufrirla, vivirla, padecerla.
    Créame, ser calvo es un angustioso tormento.

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  12. Ehhh!
    Lo mejor es aceptarla con dignidad

    El cabello finalmente es una molestia, te ahorras dinero sin el (shampoo, balsamo y cremas capilares y hasta para peinarlo)

    Lo mejor es raparce... La evolución del hombre es no tener pelo y los más evolucionados somos los calvos!

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  13. Parece que la caida del pelo ha facilitado la fuga de ideas, esta crónica tiene ya casi dos años. Espabila hombre!!!

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