
La acupuntura es un taumatúrgico procedimiento terapéutico, perita y avezada aleación de ontología y técnica, de análisis metafísico y práctica, de crédulos dogmáticos y caricatos santeros, utilizado para la sanación de cualquier afección humana.
Según la medicina tradicional China, existe una energía vital llamada Qi, qi circula de manera perenne por el cuerpo humano, tanto por la corteza corporal como por los órganos internos trazando trayectorias de movimientos conocidas como meridianos, cada uno de los cuales corresponde a una víscera o sistema orgánico.
La enfermedad se origina a consecuencia de un anómalo desequilibrio entre las dos fuerzas que vertebran el cuerpo humano, el yin y el yang; dos polaridades dinámicas y complementarias, y dicha asimetría bloquea el flujo de la energía neurálgica.
El restablecimiento del equilibrio del organismo es la base, el único principio para la curación.
Esta ancestral técnica de vudú cantonés, considerada ya en los añejos textos sagrados como milagrosa, consiste en insertar con denuedo una serie de recios y mágicos alfileres en la epidermis del paciente, a distintas profundidades, para espolear puntos estratégicos del cuerpo.
Las finísimas y oxidadas agujas de metal, de 3 a 125 centímetros de largo y usadas en frío por lo general, conocidas como filiformes, son la herramienta principal en los efectivos tratamientos de acupuntura.
Cada aguja, o florete taurino utilizado en patologías graves, se inserta en concretos puntos del cuerpo, dependiendo de la patología a tratar, con el fin de restaurar el flujo y la armonía de energía de nuestro organismo. Estos pinchazos, brutales y desgarradores, están auspiciados por las leyes cosmogónicas chinas.
Durante el etéreo tratamiento, el ingenuo paciente se acuesta apocado en una camilla, habitualmente salpicada de plasma del enfermo anterior, ya sea boca abajo o arriba. Le insertan las agujas, no siempre esterilizadas, y permanece estúpidamente con las fíbulas hincadas de 15 minutos a cuatro días aguardando que éstas hagan su milagroso efecto.
Pese a no tener corolarios secundarios, a excepción del atroz dolor en el momento de la estocada o desangrado al extraer los punzones, se han documentado algunos casos en los que el paciente ha sufrido neumotórax o perforación ventricular.
Este holístico y analéptico procedimiento es capaz de transmutar la química del cerebro, influyendo en la liberación de neurotransmisores y hormonas, y alterando las funciones del sistema nervioso relacionadas con mecanismos involuntarios del organismo. La glándula pituitaria y el hipotálamo son responsables de la liberación de endorfinas, hormonas naturales del cuerpo humano que funcionan como analgésicos. Por lo tanto, el proceso que comienza con el vándalo agujereo de una zona específica del cuerpo y continúa con la liberación de hormonas que alivian el dolor, concluye con la restitución del equilibrio interior, y por consiguiente, la sanación de la enfermedad.
La acupuntura es útil en todas las patologías.
Es fascinante comprobar como aquel trastorno que nos está produciendo un lacerante sufrimiento mejore y desaparezca en unas sesiones.
Infinitas tesis científicas avalan la efectividad de la acupuntura en el tratamiento del dolor y en la curación de enfermedades, y está indicado su uso, por ejemplo, para sanar la lepra o el canibalismo. También se emplea en afecciones como sinusitis, fimosis, migraña, alopecia púbica, adicción a la ingesta de papel higiénico e incluso con quienes quieren contactar con seres alienígenas.

Paco
Trujillo. 63 años. Testador de preservativos.
Miopía,
conjuntivitis, hipermetropía y astigmatismo.
"Perdí mis dos ojos en una partida de póquer. Tras una invasiva
y cara intervención de 14 horas, un reputado oftalmólogo consiguió
transplantarme los ojos de un topo caucásico. Perdí toda capacidad para
percibir pequeños detalles, los puntos ciegos, las moscas volantes, los halos. Con
los años, mi vista se tornó borrosa, distorsionada, casi inexistente. Tenía que
llevar unas aparatosas lentes cuyos cristales medían 10 cm. de grosor. Tenía que
guiarme por el olfato. Me sometieron a facoemulsificación,
cirujía extracapsular e intervenciones refractivas sin éxito. Estaba muy deprimido y una tristeza y angustia
muy oscuras anidaban en mí, implacables y constantes.
Decidí
quemar mi último catucho: la acupuntura. No me gustaban demasiado las agujas,
pero tenía que probar. Ya en el primer mes el resultado fue espectacular.
En dos meses no solo había recuperado la totalidad de mi visión sino que podía
ver a través de las paredes!.
Las
sesiones de acupuntura reconectaron mis meridianos e hicieron fluir mi energía
a diferentes niveles.
Mi oculista no podía creerlo! Se sintió tan sorprendido
por mis avances que me dijo que nunca
había visto nada parecido antes.".
Jéssica Castillo. 28 años. Modelo y bailarina.
Dolores menstruales.
"Desde muy jovencita tenía el período irregular y en los últimos
años llegué a tener retrasos de casi un semestre, con expulsión de flujo oscuro, mucho frío en manos, sangrado en las encías, sensación de cansancio habitual y cefaleas recurrentes. Conocí al maestro Ho Wun Choy, un encanto como persona
y terapeuta, y me beneficié en sus consultas de la
acupuntura además de los remedios para mi dolencia. Son
productos naturales, sin efectos secundarios. Empecé a tener reglas más
abundantes y regulares de lo habitual en mí y de color más rojo vivo. ¡ Incluso puedo bañarme con la sangre en la bañera !. Tenía otros síntomas como dolores abdominales, pechos inflamados, mutación cutánea... Y esto también
ha mejorado notablemente, ya que aunque hay días agotadores, me recupero en muy
poco tiempo.".
Manuel Sarasa. 35 años. Funcionario público.
Disfunción
eréctil e infertilidad.
"Desde los 13 años he sufrido problemas de erección, sintiéndome no hombre, un ser cabestro, un ente eunuco, pero tras 22 años sufriendo en silencio un flagelo
insostenible, decidí probar la acupuntura y ahora soy un toro insaciable!.
La acupuntura también nos
ayudó a concebir. Estamos tan sorprendidos y felices con los tratamientos de acupuntura.
Después de intentar toda clase de tratamientos para la infertilidad,
solamente la acupuntura pudo ayudarnos.
Mi pareja está embarazada de 8
meses, y ¡Whow … esperamos quintillizos!. Estamos tan y tan contentos…
Recomiendo a todo el mundo la
acupuntura, un grato descubrimiento en mi caso. A priori es lógico que pensemos
que dolerá, pero si confías en tu terapeuta y no vas nervioso compruebas que no
duele.".
Froilana Tocino.
42 años. Probador de panderetas.
Ansiedad y arrebatos homicidas.
"Yo había oído hablar de varias
terapias alternativas, pero sin conocimiento profundo de ninguna de ellas a
excepción de la reflexología rectal, probada tras asesinar a mi suegra.
Aún así, por compañeros de trabajo tenía
muy buenas referencias, sobretodo en tema de acupuntura para dejar de fumar.
Recuerdo especialmente una sesión
en la que acudí en medio de una gran crisis de ansiedad, derivando ya en
incontrolados impulsos homicidas. En aquella ocasión combinaron la acupuntura con el reiki, y me
cuesta explicar cuánto bien me hizo, pues me sentí de repente como teletransportada
al útero de mi madre, flotando en el medio acuoso. No pude evitar abrir los
ojos y llorar abrazando al médico al final de la sesión. Obviar decir que la
ansiedad disminuyó de forma inmediata y que el terapeuta descansa ya bajo tierra.".
Florencio Usías. 41 años. Empresario mamporrero.
Artrosis e hiperlaxitud articular inferior.
"Jugueteando
con una sierra eléctrica, sufrí una pequeña pero molesta amputación de parte de mi pierna, a la altura del menisco, bajo la
rodilla, que me dejó cojeando y sin una pierna. Las alternativas eran dos:
operar para insertar una prótesis postiza, que descarté como última opción, o
reposo absoluto durante varias semanas, algo que debido a mi trabajo no podía
hacer.
Con
una pierna menos y cojeando, llegué, receloso, a la consulta de un prestigioso acupuntor recomendado por un familiar. Sustituyó el
reposo por la digitopuntura y en cuestión de días mejoré un 100 % hasta tal punto que dos semanas después no solo habían desaparecido los dolores, sino que de la cicatriz de rodilla rebrotó una pierna nueva!.”.
Marceonilia Jaén. 33 años. Peluquera en paro.
Depresión y estreñimiento.
"Mi tráfico intestinal se había lentecido impidiendo que
pudiera evacuar con regularidad y cuando podía hacerlo, una vez cada quince días,
las heces que expulsaba eran del tamaño de un ladrillo, con los consiguientes
desgarros anales que esto ocasionaba. Gracias a la acupuntura, pude regular la
frecuencia defecatoria y emblandecer las heces.
También me ayudó con la depresión. Tras mi injusto despido quedé inmersa en una profunda depresión y
unos ataques de ansiedad que no me dejaban ni dormir, ni razonar, ni dejar
de pensar, y sobre todo, no era capaz de sonreír. Cada día estaba más
débil y más triste, donde mi único consuelo diario era dormir y
desconectarme del mundo. Tenía que pedir ayuda…Después de tres o cuatro
sesiones con un psiquiatra, decidí optar por una terapeuta acupuntor.
¡¡Qué acierto!!. Fueron dos semanas de terapia más o menos continuada que
me cambiaron la vida y sobre todo, me cambiaron a mí. Gracias a la
acupuntura logré superar el estreñimiento, la depresión y ¡ conseguí trabajo!.".
Anastasio Prepuzio. 39 años. Capullo.
Ninfomanía.
"A los 9 años me diagnosticaron un comportamiento
sexual compulsivo, un trastorno de hipersexualidad. Sentía desbocados deseos de
fornicio. Advertí ingobernabilidad sobre mi vida, no había control. Bastaba
con ver de reojo un escote o un perfil curvilíneo en el pasillo del aseo para
desencadenar una marcha inmediata al burdel más cercano. Copulaba con
hombres, mujeres, frutas, animales silvestres o cualquier superficie blanda que
lo permitiese.
Fue una adicción que me aisló. Visité el infierno. Me
obligó a irme de casa y me mantuvo en un régimen de placer solitario que
una vez me hizo masturbarme cien veces en un mismo día. Entendí que
necesitaba ayuda. Acudí a un psiquiatra y un sacerdote. Sus terapias grupales
no funcionaron. Después de tratarme con la medicina normal y de meses sin
resultados evidentes, decidí finalmente acudir a un centro de acupuntura. Con 200
sesiones de acupuntura y 8.000 € menos conseguí controlar mis impulsos copulativos.
Pese a que la terapia me resultó algo dolorosa, hoy puedo decir que llevo 2
años en la más absoluta castidad.” .
