Desfilan y avizoran
como gánsters narcisitas dispuestos a pasar un rato solaz en la piscina
de Al Capone después de rematar algún sangriento encargo en
el Chicago de la ley seca.
Son guapos,
acaudalados, membrudos, galanos, musculosos, de abdominales de cemento armado.
Cabrones.
Si se quitasen el
sombrero y las prendas, y seguidamente les brotasen de la espalda plumosas y
níveas alas, nos hallaríamos ante un grupo de atléticos querubines preparados
para posar en el taller de un Michelangelo ávido de crear
esculturas de rasgos efébicos.
Es muy tenue la
frontera entre el candor y la picardía. Basta una sonrisa maliciosa de morueco
aldeano para que este celeste serafín adquiera las trazas de un leviatán
irresistible.
Estos prodigiosos
muchachos, dignos de reinar cualquier selva, se encargan de presentar en las
pasarelas de Milán, París o Nueva York la colección de moda masculina de una
prestigiosa marca.
Sí. Son los modelos
publicitarios.
Aquellos individuos,
cabrones, que jamás encontramos en el supermercado, en la ferretería o en el IKEA. Esos personajes con los
que nunca nos cruzamos por la calle, ni coincidimos en la panadería o en la
charcutería.
Y te observas
ingenuamente frente al espejo, enfundado puerilmente con sus prendas y te
cercioras, cabreado y contrayendo una actitud derrotista, que no eres tan
atractivo como ellos, que la ordinariez reina tu vida.
Así,
en los últimos años, la delgadez y el atractivo físico se han vuelto un ideal a
seguir, y la obesidad y el desaliño facial conforman un estigma.
La realidad, no
obstante, revela que los individuos normales hemos sido afligidos atrozmente
por la herencia genética o simplemente hemos sufrido una errónea mutación
darwiniana en nuestro decrépito cuerpo.
La gente corriente
es fea por naturaleza. El varón es antiestético, desagradable, repugnante, indecoroso,
excluido de la reserva genética de la humanidad.
Es así. No hay que derramar
lágrimas ni rasgarse las vestiduras.
Para nuestro
consuelo la gente del montón es intrínsecamente fea.
Somos seres cuyos
rostros amplían el significado de la palabra crueldad; personajes de horribles
y espantosas facciones, excomulgados, rechazados, implacablemente repudiados; individuos cuyos rasgos injurian a la propia
creación, con facciones abstractas concebidas en los más lúgubres sueños de Lucifer.
Poseemos cara de roedor
con disentería, ojos asimétricos y dientes de castor. Rostros nauseabundos,
vejadores de la sensibilidad, exentos de encanto y prodigalidad, infames,
estiercolizantes, que incitan a la regurgitación, estimulantes de la náusea,
inmarcesiblemente vergonzosos, con el toque pernicioso de la bestialidad, paridos
en la mente de un psicópata.
Con medidas y
hechuras políticamente incorrectas, e índices de masa corporal incompatibles con
el Discóbolo de Mirón,
estoy esperando en la parada del autobús.
Observo a los transeúntes. Allí
están. Bajitos, alopécicos, mórbidos, sudorosos, conscientes de su desventaja
física. Estresados, repugnantes, hediondos e inmundos, damnificados por su baja
autoestima.
Lanudas orejas como
velas de un bergatín. Piel con porosos despeñaderos de estrías. Narices
tendenciosas, ladeadas, caprichosas, rociadas, a veces casi inexistentes como
una calavera. Ojos atemorizantes, estrábicos, carentes de pestañas. Bocas
rodeadas de vello, comisuras colonizadas por larvas salivales, con ambarinos
dientes quebrados.
Cada uno abstraído
en su vida, obligación y devenir, pero feos retraídos, todos feos, aquejados
por el complejo de inferioridad.
Levanto la vista y
advierto una marquesina con un sonriente modelo de ropa interior cuyo geométrico cuerpo parece
haber sido tallado en mármol. Me mira burlón, por encima de mi hombro, con
arrogantes ojos déspotas y régulos. Ese desgraciado ha gastado en un mes en
peluquería y gimnasio lo que yo gano en media vida.
No quiero sentirme
minimizado por aquel vástago de deidad helénica.
Consciente de mi
desventaja corporal y adquisitiva, devuelvo la mirada a esos ojos colmados de
grandeza, que intentan demostrar su supremacía sobre los demás.
- Yo no soy tan guapo, pero,,, ¡ tu no sabes
hacer esto, cabrón!:
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ y más JAJAJAJAJAJ
ResponderEliminarEn estupidez a usted nadie le supera!!!!
Muy bueno!
Efectivamente, nadie me supera,,,Ni usted,,,
EliminarQué grande maestro. QUÉ GRANDE.
ResponderEliminar¿ Usted cree ?
EliminarExijo un megapostio para explicar cómo consigue esta proeza.
ResponderEliminarPor favor.
Así lo haré,,,
EliminarA ver si mañana durante el proceso de vaciado intestinal puedo hacer el boceto,,,
UN BUEN MOMENTO, SÍ SEÑOR.
EliminarJajajajajaja descojonándome vivo.
ResponderEliminarVigile,,,
EliminarYo custodiaría las glándulas testiculares como si de un hijo se tratara,,,
Jajajajaja ya lo hago.
EliminarAmén casi a todo lo que has dicho.
ResponderEliminarEs cierto: esos modelazos dónde se meten, además de en las pasarelas? Yo tampoco los veo nunca ni en el super, ni en la piscina municipal ni en ninguna parte.
Yo también soy fea, decrépita, de la gente del montón...aunque creo que no tengo todo lo demás: ni ojos estrábicos, ni comisuras labiales con larvas ni todas esas cosas asquerositas que mencionas. O sea, que no destaco ni por lo uno ni por lo otro.
Y luego está la gente mentirosilla como tú: que dice ser esperpéntico total y que por eso se pone incluso una máscara, pero luego nanai...usted casi es modelo de pasarela!
Usted juega con ventaja, amiga belkis,,,
Eliminar¿ Para cuando nuestro encuentro de lujuria ?
Joder hacía mucho que no reía tanto.
ResponderEliminar¡ Qué maravilla !
¿ Ríe usted con la máscara ?
EliminarMe se caen unos lagrimones de envidia...
ResponderEliminarQue arte tiene usté.
Encantado le adiestraré en tan noble técnica,,,
EliminarEl Domingo después de misa, le va bien?¿
EliminarEs la primera vez que comento, pero no podía dejar de hacerlo tras tamaña muestra de gilipollez.
ResponderEliminarY lo peor es que el artículo me han encantado.
Estoy enfermo, no doubt.
Efectivamente, está usted enfermo,,,
EliminarSe agradece el comentario.
Me he reído un montón. Con eso debería bastar como comentario.
ResponderEliminarSaludos.
Y basta,,,
EliminarGracias por su aportación.
La Madre Naturaleza es
ResponderEliminarsiempre sabia repartiendo,
pues no siempre vienes viendo
todo lo que suele dalles
a esos que tú ves tan bellos
y son tan solo camellos.
Que aún teniendo unos cuerpazos,
son, hablando unos gañanes,
se comportan cual patanes
y tienen más gatillazos
que una escopeta de feria,
pues más que vena han arteria.
Dura poco su carrera;
si no dan un braguetazo,
acaban metiendo el cazo
en la primer faltriquera
que se encuentran a su paso,
o en el PP se abren paso.
Saludos y un abrazo.
Cuanta razón emanan su siempre duchos versos, amigo Carlos,,,
EliminarBrillante.
ResponderEliminarDiscrepo,,,
Eliminarque cabrón ¡¡¡¡¡ jajajajajajajajajaj
ResponderEliminar¿ Por qué me insulta siempre Don Miquel ?
EliminarEstimado Amigo Prepuzio:
ResponderEliminarYo también pensaba que esos sujetos no existían. Los perfectos abdominales, los cincelados rasgos de un joven dios griego, la deslumbrante sonrisa que ostento me parecían alucinaciones inducidas por los perpetuos elogios de mi mamá....
...Ahora se que es cierto: tal perfección no existe...tengo una ligera hernia discal entre la L4 y la L5...
¡¡cagüen!!
Mi buen amigo Chuan Che Tzú,
EliminarLa L4, L5, L6, L7 y sucesivas, son inclementemente mutiladas con tan estúpido ejercicio, pero sólo al principio,,,
Verá usted que con un par de meses de práctica, su problema se soluciona,,,
Estimado Amigo Prepuzio:
EliminarMe alegra saber que uno puede aspirar a la perfección...
Es usted la monda.
ResponderEliminarPodria presentar su CV para un circo ;)
Qué gran idea,,,
EliminarLo hago si antes cena conmigo,,,
Como representante del Colectivo de Modelos Profesionales, le comunico que se ha procedido a presentar una demanda contra usted.
ResponderEliminarAcobardado estoy,,,
EliminarUna entrada rancia y gloriosa.
ResponderEliminarA otro que le has alegrado la mañana.
¿ Rancia ?
EliminarAun me estoy riendo xD
ResponderEliminarDON PREPUZIO YO LE HAMO A USTED
Pues yo a usted, sinceramente, NO,,,
EliminarSu capullez me abruma.
ResponderEliminarLarga vida a Sir Prepuzio!!!
¡ Larga vida !
EliminarAbsolutamente genial.
ResponderEliminarMuchas gracias Don Diego,,,
EliminarEstoy escribiendo este comment desde el hospital...
ResponderEliminarHe intentado infructuosamente realizar su maniobra contorsionista.
Es usted un capullo,,,
EliminarHoy se ha superado, Mein capullo..
ResponderEliminarGracias Don Agus,,,
EliminarImpresionante alarde de gilipollez, sordidez e imbecilidad.
ResponderEliminarY ya sabe que esto nos gusta.
Muchas gracias Don Vasilio,,,
EliminarJijijijiji
ResponderEliminarQue brutote es usted.
Y qué buena está usted,,,
EliminarA mí también me llega la polla a la boca, pero nunca me la he chupado...
ResponderEliminarPues no sabe lo que se pierde Sr. mánino,,,
EliminarEnhorabuena, al fin lo consiguió!;)
ResponderEliminarGenial como siempre.
Así es,,,Quiero mi aplauso,,,
EliminarJa Ja Ja Ja
ResponderEliminarNo se puede ser más gilipollas, ja Ja Ja
No sé, soy consciente de ello,,,
EliminarInteresante variante autosuficiente de la maniobra de Heimlich, aunque en este caso tiene más probabilidades de atragantarse que de liberar las vías respiratorias.
ResponderEliminarDepende del tamaño del falo Sr. Torpe Mán,,,
EliminarCierto, se lo cedo.
Eliminar¿Tiene lubricante?
JAJAJA
ResponderEliminarJAJAJAJA
EliminarLa técnica es depuradísima-
ResponderEliminarY gilispollesca, créame,,,
EliminarImpresionante documento, digno de hombres como usted (y yo, claro). Me ha matado de envidia.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Se lo enseño cuando quiera Sr. Lesma,,,
EliminarQue loco anda usted!!
ResponderEliminarCuanta razón,,,
EliminarSin palabras.
ResponderEliminarPor favor,,,,Comente,,,
EliminarEl campo de amapolas es lo que personalmente a mí me fascina...
ResponderEliminar¿ Es usted afrancesado ?
EliminarFenómeno.
ResponderEliminar¿ Quién ? ¿ Usted ?
EliminarBRAVO!¡
ResponderEliminarEstán todos ustedes enfermos,,,
EliminarUfffff
ResponderEliminar¿ Tiene calor amiga Amparo ?
EliminarMe encanta la forma elegante de describir lo vulgar.
ResponderEliminarLe dejo un beso.
Y a mi me fascina su forma de besar,,,
EliminarJajajajajajaja peaz animal de bellota!
ResponderEliminar¿ Qué cojones significa el vocablo "peaz" ?
EliminarAplausos ruidosos.
ResponderEliminarManos con ampollas, ¿ No ?
EliminarTorrente a su lado es un monaguillo.
ResponderEliminarJiJiJiJi
Kisses.
Torrente es una deidad todopoderosa,,,
EliminarLa clave reside en arrancarse la tercera y cuarta costilla.
ResponderEliminarY cuasi-desnucarse,,,
EliminarAJAJA K CAPULLO ERES K WUENO
ResponderEliminar¿ Y usted quién coño es ?
EliminarExcelente muestra de idiotez.
ResponderEliminarLo sé,,,
EliminarJrande!
ResponderEliminarJracias!
EliminarLo que impresiona no la postura en sí, es el harte de los lengüetazos.
ResponderEliminarCierto,,, Es una avezada técnica canina,,,
EliminarAprendo mucho con su blog Sr. Capullo.
ResponderEliminarQue lo sepa.
Esa es mi grotesca intención,,,
Eliminarlol
ResponderEliminarLOL
thx
EliminarTHX
El postio de hoy me ha hecho sudar.
ResponderEliminarExplíquese.
EliminarMe recuerdo mis años de universitario en los que nunca conseguí esta hazaña.
ResponderEliminarNo fuimos a la misma clase pues,,,
EliminarSeñor Capullo es usted un pozo de sabiduría capullesca.
ResponderEliminarY una fiera por descubrir,,,
EliminarQuerido Anastasio, yo realmente quedé con ganas de verlo a Usted haciendo esas prácticas. Prometo ayudar. Suya Ramona.
ResponderEliminarProponga fecha y lugar, querida Ramona,,
EliminarCreo que usted podría dar recitales en directo, monólogos y demás....no sé a qué se dedica, pero si "no se dedica", podría dedicarse... me sigue¿? jajajaja, notable público tendría, y unos billetes ganaría, si nos deslumbrara con su gran tontería, tamaña proeza usted se marcaría...de qué pueblo es usted? "santboyano" quizá?
ResponderEliminarMi apreciado Anónim@,
EliminarAgradezco su propuesta pero por el momento prefiero seguir ganándome la vida testando preservativos,,,
Y no santboyano. Lamentablemente,,,
Envidia eh Anastasio???
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