Llovía a cántaros y los truenos parecían que iban a provocar un estallido masivo de las ventanas de mi edificio en una tarde parda y fría de invierno. Un cóndor andino colisionó brutalmente contra el ventanal, partiéndose el cuello. No pude reprimir una sonrisa siniestra. Todavía me duraba la jumera de la noche anterior. Después de tomarme un ibuprofeno caducado y beber el agua del wáter al vomitar, saqué del bolsillo de mi pantalón el teléfono móvil para marcar el número de una hermosa mujer que había conocido la noche anterior en una discoteca latina. Morena, piel canela, curvas sugerentes y esos labios que prometían lamer los rincones más íntimos con frenesí, con pasión... !Qué ojos¡ ¡Qué pechos !. Me había gastado más de 100 € en invitarla a copas y a bares. Mi indecoroso rostro se contrajo en una mueca indescriptible al colgar el celular. Era el teléfono de un jodido camionero de Huelva. Había sido engañado por enésima vez. Me sentí heraldo de los infortunios; portavoz de malas nuevas; decrépito adalid y abanderado de la desdicha.
La correspondencia se acumulaba en mi vieja mesa de roble; cartas, facturas sin pagar, publicidad y alguna suscripción caducada de revistas de zoofilia. Me llamó la atención una de las cartas que yacía inverosímil entre el caótico montón de papeles. Un cenicero lleno de colillas ambientaba la atmósfera. Destapé torpemente una lata de comida para gatos y la deglutí como si no hubiera mañana, mirando a un punto fijo del infinito. Abrí con mis temblorosas manos la carta: una multa por ir a velocidad anormalmente reducida por la acera. 150 € y tres puntos menos. Un sentimiento de cabreo se apoderó de mí. Caí de rodillas por la avalancha de sentimientos: ira, furia, rabia, confusión. Canté en hebreo, escupí hacia arriba, me abofeteé las mejillas con una espátula. Si hubiera tenido delante al agente que me sancionó, lo hubiera lapidado.
La correspondencia se acumulaba en mi vieja mesa de roble; cartas, facturas sin pagar, publicidad y alguna suscripción caducada de revistas de zoofilia. Me llamó la atención una de las cartas que yacía inverosímil entre el caótico montón de papeles. Un cenicero lleno de colillas ambientaba la atmósfera. Destapé torpemente una lata de comida para gatos y la deglutí como si no hubiera mañana, mirando a un punto fijo del infinito. Abrí con mis temblorosas manos la carta: una multa por ir a velocidad anormalmente reducida por la acera. 150 € y tres puntos menos. Un sentimiento de cabreo se apoderó de mí. Caí de rodillas por la avalancha de sentimientos: ira, furia, rabia, confusión. Canté en hebreo, escupí hacia arriba, me abofeteé las mejillas con una espátula. Si hubiera tenido delante al agente que me sancionó, lo hubiera lapidado.
Me administré media docena de enemas rectales tratando de tranquilizarme. Encendí mi viejo televisor para ver Bricomanía cuando el timbre de mi apartamento sonó.
Pensé que sería el correo comercial. Y desde el interfono escuché una voz sensual y desconocida que susurró -"Soy yo"-, aquel método infalible para abrir toda puerta. No me sonaba la voz pero la abrí y esperé en mi portal quién fuera subiera por el ascensor. Atónito me fijé en la figura que había ascendido las escaleras. Allí andaba ella con su belleza y su esbeltez, elegante, refinada, impoluta, con ojos grandes y hermosos, tez morena, y pelo negro bellísimo.
-“Buenos días, Soy Lucinda Estéves, agente de Seguros “ La Morenita”.”-.
Me puse nervioso y me entraron mis estimados sudores. Antes de que la taquicardia que sufría, pasara a infarto, decidí invitarla a pasar a mi apartamento. Tomó asiento en el sofá salpicado de esperma, sofrito y aceite.
Pensé que sería el correo comercial. Y desde el interfono escuché una voz sensual y desconocida que susurró -"Soy yo"-, aquel método infalible para abrir toda puerta. No me sonaba la voz pero la abrí y esperé en mi portal quién fuera subiera por el ascensor. Atónito me fijé en la figura que había ascendido las escaleras. Allí andaba ella con su belleza y su esbeltez, elegante, refinada, impoluta, con ojos grandes y hermosos, tez morena, y pelo negro bellísimo.
-“Buenos días, Soy Lucinda Estéves, agente de Seguros “ La Morenita”.”-.
Me puse nervioso y me entraron mis estimados sudores. Antes de que la taquicardia que sufría, pasara a infarto, decidí invitarla a pasar a mi apartamento. Tomó asiento en el sofá salpicado de esperma, sofrito y aceite.
Tenía las piernas largas y muy bien formadas, y caminaba con gran soltura. De nalgas angelicales, Lucinda tenía una cintura muy pronunciada y aunque no fuera su mejor atributo, sus pechos se notaban firmes y de buen tamaño. Era la mujer que cualquier varón quisiera poder coger tantas veces como fuera posible. El sólo verla despertó en mí los instintos más primarios. Tras una exquisita presentación de su compañía me preguntó si tenía contratado un seguro de vida. Sin duda era una mujer de éxito, con un profundo conocimiento de su producto y un afán incansable por aprender siempre más, lo que probablemente la había llevado a tomar varios cursos técnicos relacionados con su profesión y su rubro. Me sentía incapaz de dejar de contemplar aquella figura, como hipnotizado. Los ojos de Lucinda me miraban fijamente, como queriéndome decir algo, casi suplicantes. Me levanté y fui rodeando lentamente su inhiesta figura, escudriñándola en todos sus detalles. Los ojos de aquella agente de seguros me seguían, clavados como alfileres mientras me exponía una amplia gama de seguros de su compañía. La imagen parecía rodeada de un halo luminoso que se confundía tenuemente con el aparato eléctrico que caía en el exterior. Fue sólo un instante, pero un instante mágico que pareció durar minutos, en los que me sentí objeto de su atracción. Sin darme cuenta estaba firmando una póliza de seguro contra mordeduras de cocodrilos, compulsando un póliza que cubría el vello de mi pecho, timbrando un seguro a todo riesgo para una moto que no tenía, una póliza que cubría mi escroto, un seguro profesional de ayudante de lanzador de cuchillos contra posibles daños, y una póliza que protegía mi sentido del gusto por cinco millones de €.
Siempre equivocándose de mujer.
ResponderEliminarBuenísimo!
Un beso.
Es que le estoy esperando a usted,,,
EliminarMe temo que no voy a poder complacerlo Sr. capullo. ;)
Eliminar¿La comida de gatos tiene efectos afrodisíacos?
ResponderEliminar¿Cuál de las dos mujeres es Lucinda? No lo tengo claro.
Besos.
La comida para gatos es mejor que el marisco querida amiga. Pruébelo.
EliminarObviamente Lucinda es la bella señorita con la que finalizo tan absurda historia.
Eso es que usted no ha probado el buen marisco gallego. Véngase y pruébelo Ya verá como cambia opinión. Besos.
EliminarA mi me hubiera dejado pelado,,,
ResponderEliminarLa de la primera foto, claro...
Y la segunda, seco de flujos corporales. Se lo aseguro.
EliminarSi es que eres un caso! Te pierde cualquier mujer jajajaja.
ResponderEliminarA mí tampoco me queda claro cuál es Lucinda, aunque releyendo el texto, creo que la segunda y que la primera es la que te dió amablemente el tlf de un camionero.
No te preocupes por los seguros firmados, aún tienes tiempo de anularlos y dar orden a tu banco de que no pague las cuotas correspondientes,suponiendo que haya saldo para hacerlo.
Sin embargo, el seguro que has firmado por tu escroto yo lo ampliaría a todo el pene. No sé por qué, pero creo que es lo que más y mejor se salva de toda tu persona.
Ya lo he intentado amiga belkis. Pero tras la pertinentes pruebas médicas, no hay compañía alguna que ose asegurarme mi enfermizo falo.
EliminarPues si le soy sincero,Luciana Estéves, tiene su encanto.
ResponderEliminarSí. En las axilas.
EliminarSin duda. Y en el ombligo.
Eliminar¡Jrandioso!. Siempre sacrificándose por todos nosotros para traernos otro post ¡ÉPICO! sobre auténticas vulgaridades.
ResponderEliminar¿Épico?
Eliminar¿Qué cojones ha fumado hoy, diestro amigo?
No es Kathy Bates??
ResponderEliminarPues cierto parecido si que tiene la cabrona. Interesante aportación, amigo Mario.
EliminarEs clavada!
EliminarLo del camionero de Huelva, buenísimo.
ResponderEliminarBesikos.
Se los devuelvo. Con lengua.
EliminarExcelente relato sobre el cual sólo puedo hacer un comentario:
ResponderEliminarGilipollas.
He dicho.
Cuanta razón, imbécil.
EliminarJoder!
ResponderEliminarAnonadado, vacio y , todo hay que decirlo, ligeramente excitado me ha dejado esta historia.
Usted sí sabe apreciar los encantos de una bella mujer, amigo Agus.
EliminarEstimado Amigo Prepuzio: En un pasado que quisiera olvidar, me vi inmerso en una experiencia similar con dos representantes del círculo de lectores... Si sólo hubiera sido una, quizás podría haberme resistido... Mi ejemplar de "La Colmena" permanece virgen en su estante, como recordatorio de la fragilidad de la barrera que contiene mis instintos...
ResponderEliminarMe ha traído usted a la memoria hechos que estaban muertos y enterrados... Ea...
No quiero imaginarme que hubiera sucedido si le hubieran querido vender " Las edades de Lulú".
EliminarSabía que tenía unos gustos grotescos en cuanto a las mujeres se refiere.
ResponderEliminarLo que ignoraba es que le fuera la zoofília.
Pues es fascinante, especialmente con cabras, amigo Escroto.
EliminarJAJAJAJAJAJA
ResponderEliminar¿Se burla tal vez de la bella Lucinda?
Eliminar¿Hubo fornicio?
ResponderEliminarSólo mental,,,
EliminarCreo que Luciana es en realidad la hija secreta de Juan Tamariz.
ResponderEliminarBien podría serlo.
EliminarTiene lo pechos operados. No me extraña que quedara prendado,,,,
ResponderEliminarUn beso.
En un clínica clandestina, sin duda.
EliminarPor Dios!
ResponderEliminarNo!!! Por Lucinda!
EliminarSu macroombligo es lo que lo hipnotizó.
ResponderEliminarSe equivoca. Sus gafas me hechizaron.
EliminarVaya Tarzán
ResponderEliminar¿A quién se refiere?
EliminarLa foto me ha dejado catatónico para un buen rato.
ResponderEliminarPues ignoro los motivos, grotesco bufón.
EliminarLe tocó la más perturbadora de las agentes de seguros perturbadoras.
ResponderEliminarSaludos Enfermos.
Que poco elegante es usted.
Eliminar¡Maldito suertudo!
ResponderEliminarRecuerdos al orejón de su hermano.
EliminarComo siempre lo ha clavado Usted! Jartón de reír!
ResponderEliminarUn placer que vuelva por aquí, púrpura amiga.
Eliminarinquietante !
ResponderEliminarAterrador,,,,
EliminarLa o-s-t-i-a. Primero leo maravillado el post dónde por fin veo a alguien que se atreve a sacar un tema de debate que hace años que discuto: cepillarse a una tía sea cual sea su físico. Luego la foto me dejan sin palabra, atónito, y me pregunto dónde está el límite.
ResponderEliminarJavier Lesma, ¿tú crees que existen tipos que se cepillarían a una tía sea cual sea su físico?....Si conoces a alguno (yo creo que no existen), dame su tlf!
EliminarYo mismo enigmática belkis.
EliminarTienen ustedes la libido por la nubes.
EliminarTú de dónde eres Javier?
EliminarSí, Anastasio, y eso que creo que el calor la aplaca un poco
Para tí, soy hondureño si lo quieres belkis.
Eliminarbelkis, andas necesitada?
EliminarJavier Lesma, hondureño de Honduras? Ains...qué lejos me pillas!
EliminarNocivo-Venenoso, tendrías que definirme "necesitada". Yo creo que no; más bien es que estoy libre, pero con poco tiempo disponible, y con la curiosidad graciosa de conocer a algún rondante de estos lares, ya que no puedo con el más capullo de todos.
Pero le has propuesto fornicio al Maestro????
EliminarMario, jajajaja, no. Yo no suelo proponer. De todos modos, me da en la nariz que al Maestro no se le propone sino que él dispone, vamos como un dios. Es algo hetéreo, inalcanzable.
EliminarAnastasio, tanta lavativa te ha secado las glándulas pineales.
ResponderEliminarNo, si de seco, ya estoy bellísima Aina, pero no de glándulas pineales precisamente,,,
EliminarHer Prepuzio:
ResponderEliminarNo envidio su vida en absoluto.
Acertada actitud.
EliminarEs usted una fuente inagotable de encontrar rarezas en el mundo de la mujer. Todo un placer, volver por aquí.
ResponderEliminarSaludos!
Un placer verle de nuevo, bravío león.
EliminarUn rugido muy fuerte.
Luciana es una de aquellas mujeres que marcan la vida.
ResponderEliminarSalu2.
No lo sabe usted bien. Me ha arruinado la muy mamarracha.
Eliminaranimal ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarParece mentida que a estas alturas no me conozca, amigo Miquel.
EliminarMe sonroja su mal gusto,,,
ResponderEliminarY a mi, su corte de pelo. En cualquier caso acepto humildemente su crítica.
EliminarJa Ja ja Que cabrito!
EliminarJoder!¡
ResponderEliminarCasi sufro un ataque de asma!
Ventolín y un paquete de Ducados.
EliminarLa primera foto no corresponde a una latina sino a una oriental. Al parecer la resaca te confundió también la apreciación del fenotipo.
ResponderEliminarBesos mágicos
Amiga Annie,
EliminarLa primera foto no corresponde ni a una latina, ni a Lucinda.
Es un hombre,,,,
Monsieur!!
ResponderEliminarCaridad! Mostrándonos una señorita tan... tan... atractiva es CRUEL!!
Cruel son sus orejas, pequeño camarada.
EliminarCuando crezca, sabrá apreciar la belleza de una mujer.
¡ Poderosa entrada !, tan poderosa como la cerda agente de seguros!
ResponderEliminarOiga, de cerda nada. Ladrona en cualquier caso. Un respeto por la lerda de Luciana.
EliminarMendediós!!
ResponderEliminarComo para no comprarle media docena de pólizas!
La muy cabrona te pega una somanta hostias que te manda al hospital!
Cuanta razón. De hecho mis numerosas faltas de hortogragfía eng este post son porque tengo que escrivir los comentarios con el pene. La mui jodida me destrozó las manos.
EliminarJa ja ja, sus relatos no tienen desperdicio!!!
ResponderEliminarUn besazo!
Un beso para usted, querida amiga.
EliminarCoño!¡
ResponderEliminarTiene menos cuello que una magdalanea la muy jodida!
Coño! para ser usted tímido, no vea como se ha soltado esta vez!
EliminarENCEFALÍTICO!!¡¡
ResponderEliminarPSORIÁTICO!
EliminarLa copula con un orco, ¿Es zoofilia?
ResponderEliminarPodría considerarse,,,Pero a ¿ qué coño viene esta pregunta?
EliminarMe alegro de volver a leer la vulgaridad pasada por su lúcido y lucido punto de vista.
ResponderEliminarMe ha emocionado con lo de lúcido y lucido, amigo canino.
EliminarAmo a Lucinda.
ResponderEliminarSi es que tiene un poder de atracción innato, la muy mamarracha,,,
EliminarSin duda, y espero no ofenderle, Licinda es uno de los secuaces de Belcebú.
ResponderEliminarCabrón.
EliminarAcabo de pasar de una inesperada erección a una vergonzosa disfunción eréctil en 2 minutos.
ResponderEliminarEfectos secundarios del canibalismo,,,
EliminarNo si en el fondo es usted un romántico enamoradizo...
ResponderEliminarNo lo sabe usted,,,
EliminarPues os vais a reír, pero Lucinda se parece a mi querida madre,,,
ResponderEliminarPreséntemela YA! SE LO EXIJO!
EliminarMe pone, me pone!!! Jrande!
ResponderEliminarTóquese, como hago yo.
EliminarAl menos algo divertido en medio del soporífero Barça- Madrid.
ResponderEliminarBesos.
La 2ª parte fue entretenida amiga Tika.
EliminarQue grande!!!!!
ResponderEliminarSí, sus enorme pechos.
EliminarMi primo se ha chingao a lucinda despues de venderle varias polizas
ResponderEliminarsaludos
Bienvenido es usted y su primo, apreciado hijo puto a lo grande.
EliminarEstar bien asegurado
ResponderEliminares cosa muy conveniente,
pues cualquier impertinente
puede en un día alocado
dejaros bien, ciego o manco
o en un traspiés, cojitranco.
Saludos y un abrazo.
Pues así me dejó la muy cerda, amigo Carlos. Como siempre, acertados y bienvenidos son sus versos.
EliminarAquí muchas risas con sus conquistas, pero al menos usted moja el churro.
ResponderEliminarEso, eso.
Eliminar¿Usted está canino?
jijijiji
ResponderEliminarComo siempre, genial!
Besitos.
Usted si que está buena.
EliminarQué bueno.
ResponderEliminarBienvenido es a este humilde blog Sr. Colmenero.
EliminarUn placer tenerlo por aquí.
Me preocupa un asunto que detecto que nadie ha prestado atención: últimamente está usted mencionando mucho los enemas rectales...
ResponderEliminar¿Se está mariconizando?
No sólo gilipollizando. Lo de mariconizando se lo dejo para usted.
EliminarHemos podido comprobar que las vacaciones le ha sentado bien, jejejej ;)
ResponderEliminarBesitos.
Y a usted todavía mejor,,,
EliminarA ver si de una puñetera vez, se saca la máscara y nos enseña su verdadero rostro!!¡¡
ResponderEliminarCuando usted se depile, yo procederé a despojarme de mi fiel máscara.
EliminarUna belleza. A mi me hubiera sacado hasta los ojos.
ResponderEliminarY probablemente, algún ejemplar del fruto podrido de su vientre,,,
EliminarCapullo!
ResponderEliminarFea!
EliminarSr. Capullo, creo yo que los enemas hacen mella en usted. Pensaba que estas cosas sólo le pasaban a Mr Bean. jejeje :)
ResponderEliminarNo son los enemas amiga Soraya. Es el oscuro mundo del capullismo.
EliminarJAJAJAJA sos superior Tasio!
ResponderEliminarY usted macanuda Daniella!
EliminarPero no me ha quedado claro... ¿al final tuvieron sexo, o no?
ResponderEliminarxD
Sí,,,Vía umbilicus,,,
EliminarDígale que me traiga dos dos fotos. Apunta maneras para practicar harri-jasotze, (levantamiento de pesas para los profanos).
ResponderEliminarLos requisitos en cuanto a condiciones físicas, sí que los reúne,,,
EliminarOiga,
ResponderEliminarY ese amor hacia Laos??????
Básicamente porque me sale de los cojones. No sé darle ninguna otra explicación amiga Sílvia.
EliminarLlevo 15 minutos intentando recordar a quien me recuerda Luciana.
ResponderEliminarFeliz fin de semana prepuzianos.
Pruebe 15 minutos más y nos cuenta.
EliminarSe equivocan todos ustedes. En realidad Luciana Estéves, es,,,,ES,,,,ES:
ResponderEliminarFALETE.
No me joda!¡
EliminarSólo le falta comer chooped! Jajajaja
ResponderEliminarY sudar.
Eliminaro_O pero que le pasa a la genteeeeeeeeeee ?? cuanta irascibilidad, odio y falta de tolerancia por Luciana!!!!!!!!
ResponderEliminarMuy buena entrada :D.
Gracias amigo Dexter. Por fin alguien que me entiende,,,
EliminarGran post, si señor. Y me postro en señal de respeto ante la foto de la gran Luciana Esteves.
ResponderEliminarPóstrese, y vigile no le caiga encima.
EliminarJrande her Prepuzio, JRANDE!
ResponderEliminarJracias amijo Dark Side.
EliminarCon los bellezones que le adoran, y usted enamorándose de la mujer, digamos, diferente.
ResponderEliminarUn beso.
¿Acaso usted estaría dispuesta a fornicar conmigo?
EliminarLa muy bestia ha destrozado el picardías,,,,,,,
ResponderEliminarY el sillón no vea como me lo dejó,,,
EliminarWithout comments...
ResponderEliminarGuessed right comment.
EliminarJajajajajajajajajajaja Que bruto!¡
ResponderEliminarCon usted, sería más romántico,,,No le quepa duda bella Nandy.
EliminarMi discípulo Anastasio:
ResponderEliminarOlvide esa mujer. Es inalcanzable. Es Catwoman.
Intuía que se trataba de una súpermujer.
EliminarGracias Majestad.
La hostia!
ResponderEliminarDe qué coño se extraña?
EliminarSi usted seguro que se ha cepillado mujeres parecidas!
Reconozca amigo Prepuzio que es usted un Don Juan, sea quien sea Lucinda.
ResponderEliminarCon toda la humildad del mundo, debo reconocerlo. Soy un Don Juan.
EliminarEstoy de acuerdo con Signum. Es usted un Casanovas...
ResponderEliminar¿Le apetece comprobarlo?
EliminarJa ja ja Cojonuda la historia como siempre!
ResponderEliminarUsted con tal de ver un par de pezones,,,
EliminarLe ha tocado demasiado el sol estas vacaciones!
ResponderEliminarSí, tal vez,,,Y desnudo, imáginese como tengo los genitales,,,
EliminareSTÁ USTED PARA QUE LO ENCIERREN.
ResponderEliminarCon usted evidentemente,,,
EliminarJajajajajajaj La vuelta del Boss!!!!!
ResponderEliminarMe sonroja su comentario,,,
EliminarYo también hubiera caído en sus zarpas,,,No se desespere her Prepuzio.
ResponderEliminarNo mienta bribón!
EliminarCrack!
ResponderEliminarDejé de fumarlo hace un par de años,,,
EliminarEs linda mujer tiene un perfil en meetic.com.
ResponderEliminarY seguro que está solicitadísima.
EliminarEsta noche he soñado con usted.
ResponderEliminarSi pues yo contigo
Eliminar¿Y estábamos desnudos en una playa paradisíaca?¿Me equivoco?
EliminarCuanto pides por la mascara ?
ResponderEliminarSi te pasas de precio mueres como tus fieles hermanas las putas arañas
Querido amigo,
EliminarMi máscara es instransferibe.
Jajajajaja
ResponderEliminar¿De qué se ríe, demente?
EliminarMucho, Mucho!
ResponderEliminar¿Está nervioso?
EliminarPues que prefiero la mujer a las que faltan los dientes del pasado post a esta. Que quiere que le diga.....
ResponderEliminarNo sabe lo que dice amigo Pedro,,,
EliminarVaya...yo que siempre me he resistido a trabajar de comercial de seguros y demás porque para mi la venta a puerta fría es una misión casi imposible...
ResponderEliminarSi todos mis clientes fueran a ser como usted me lo replantearía porque ya sería vender a puerta caliente.
Tasio controle un poco más sus instintos de ahora en adelante y tenga cuidado con lo que firma que tiene usted un peligro... je je!
A usted, si se me presenta en mi casa como Luciana, le declaro como mi heredera, amiga Susana.
EliminarEs usted un auténtico gilipollas!!¡¡
ResponderEliminarLo sé. Tanto como usted leprosa.
EliminarNo tiene remedio!
ResponderEliminarEn su línea!!! Jajajaja
ResponderEliminar