martes, 21 de junio de 2011

EL CONSEJO CAPULLESCO DEL MES DE JUNIO

Debo confesarlo, amo los coches, estimo los autos, venero los bólidos; en fin, en cualquiera de sus acepciones el término que define a un aparato con cuatro ruedas, un motor bajo el capó, un volante de piel y antena cola de zorro, ha sido un objeto de especial y embelesado hechizo para mí y por supuesto, no soy el único. Hay un extraño embrujo entre los hombres y los coches. Es un binomio indisoluble.
Sin ninguna mordacidad y ni por asomo actitud misógina, conducir es algo intrínsecamente masculino, varonil, testicular y no excluyente por supuesto. Pero el tener en tus manos un volante, el acariciar afrancesadamente el cambio de marchas y el freno de mano, la música relajando nuestros tímpanos a un volumen considerable,  escuchar el sonido armónico del motor,  sentir su potencia, especialmente si es de un auto que hemos elegido a pesar del jodido préstamo personal, es parte de nuestro estilo y personalidad, y  más que un mero medio de transporte, el coche se convierte en parte de nuestra genética, en nuestra carta de presentación, en nuestro pequeño gran símbolo personal y se convierte, relegando al pene, en  nuestro juguete favorito cuando somos mayores.
Gozamos inclinándonos para tomar las curvas. Disfrutamos conduciendo cuando el de atrás nos mete prisa. Nos recreamos circulando astutamente en punto muerto en un descenso para ahorrar combustible. Nos regocijamos sacando nuestra cabeza por la ventana para escupir la flema mucolítica. Para los niños que nunca hemos dejado de ser, e independientemente del que tengamos dentro, siempre disfrutamos mirando las líneas de los autos clásicos o sintiendo aquel hormigueo en el vientre al observar los autos deportivos en Internet. Se nos despierta ese placer intenso y oculto que a los que ya pasamos los 35, nos despertaba el ver furtivamente las chicas del Interviu en nuestra estúpida adolescencia.
Para algunos sentir el placer del pie en el acelerador y acariciar el tacto del volante en nuestras transpiradas manos, es más excitante que la caricia de una bella mujer.
En el consejo capullesco del mes de Junio, propongo una versión que convertirá, más aun si cabe, el conducir en un placer  incomparable e indescriptible, que nos transportará a un océano de nuevas sensaciones, a un piélago de libertad, en una fruición de gozo, relax y tranquilidad. Un placer genial… sensual y único: Conducir con el pene.





18 comentarios :

  1. Joder, eso si que tiene que ser una experiencia fascinante!

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  2. Jajajaja, cuando leía decía: de qué habla éste? la foto me ha abierto los ojos.

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  3. No todos estarán capacitados para seguir su consejo,¿no?

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  4. jajajaja, y qué hacemos de mientras con las manos, ¿aplaudir?

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  5. El conductor del coche eres tu?¿

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  6. Usted es el puto amo de lo absurdo como diría aquel,,,,

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  7. Y me pregunto...¿ como tomará las curvas con el volante? ¿ El miembro viril está capacitado para hacerlo?

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  8. Interesantísmimos sus consejos como cada mes. Gracias y saludos.

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  9. Coño ¡¡¡¡¡ menudo cirilo ¡¡¡¡ le sobran los cuatro dedos ¡¡¡¡¡¡¡

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  10. jajajajaja muy bueno miquel¡¡¡¡ Supongo que la foto no será suya sr. Anastasio....lo digo por su post "tengo el pene pequeño".

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  11. Me has emocionado y traído a mi memoria mi tierna infancia, en la que jugábamos con patinetes de madera con cojinetes de ruedas, y un a tabla de volante.
    Pero la última parte me ha conmovido en tal manera, que se me han saltado las lágrimas al recordar aquellos tiempos en que nuestro cerebro era tan perfecto, que diseñado para lo que era primordial, funcionaba perfectamente. Hoy, por desgracia, solo algunos afortunados os habéis librado de la cruel filosofía femínea que nos ha eliminado la virilidad de nuestros antepasados.
    Recibe un gran abrazo.

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  12. Sabios consejos... tengo un par de dudas
    Eso se puede aplicar a las motos?
    si el volante lo maneja con ese pedazo pene con que acelera y frena?

    Un arañazo
    Felina Mala

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  13. Sr. Capullo, muy bueno el post pero todavía seguimos esperando su micro-relato

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  14. Grande¡¡¡¡¡ jajajajajaja me parto con sus textos aparentemente serios¡¡¡¡¡

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  15. Apreciado Carlos,
    Es usted muy grande. Cuanto raciocinio emanan sus cultivadas palabras.

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  16. Apreciada Felina,
    Intuyo que el personajillo de la foto ( que por desgracia no soy yo ) no será capaz de conducir una motocicleta con su miembro. Eso sí, podrá utilizarlo como remolque....

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  17. no hace la gente más que decír "grande, grande"...

    coño, solo veo la polla esa como algo grande

    todos hablan de la polla, en fin

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