A
través de la ventana advierto cómo la resplandeciente tarde que ha caldeado la
hastiada jornada es trocada en un anochecer fundente tras los espigados
edificios.
Se
han encendido ya las farolas. Por la calles la parejas deambulan
subyugadas al desorden hormonal, agarradas de la mano, sorbiendo a grandes
tragos el fino licor de la noche.
En
la acera, un nutrido grupo de grotescas octogenarias sentadas en sus sillas de
esparto improvisan su particular Sálvame Deluxe.
Los
restaurantes y tabernas, a lo largo de la avenida, son un fragoroso hervidero
de conversaciones y tintineos de copas y ebrios abrazos entre desconocidos. Un
decrépito joven provisto de un flamante mp3 camina con altanería, sorteando
cuantas mesas encuentra a su paso, creyéndose célebre interprete de un
videoclip.
La
punzante voz de los borrachos se impone al resto de sonidos, incluso al
estruendo de los cláxones de los impacientes vehículos y la nerviosa
aceleración de sus motores al arrancar en los semáforos. En una esquina, toca
una pedestre y espontánea charanga. Junto a ellos la gente baila sin saber y
sin importarle qué, y mucho menos cómo.
Ni
el vapor capitoso del bullicio ávido de algarabía, ni el vaivén, la
confusión o la pública animación del paseo bastan para arrancarme de mi hondo
ensimismamiento.
Escondido
con astucia tras los visillos, tomo los prismáticos, dispuesto a espiar, por
enésima vez, a mis nuevos vecinos.
Siento
la imperiosa y furtiva necesidad de penetrar en sus vidas, participar en sus
carnales apetitos impostergables, suplantarlos en sus acciones, enmendar sus
defectos, entablar con ellos mudo diálogo que haga menos salvaje mi soledad.
No
aguardo mucho tiempo para advertir con mis binoculares como él se
desploma con pereza en la cama y con las manos extendidas requiere a su amada.
Ella lo mira golosa, vacilando entre ocuparse del consomé hirviendo en los
fogones y el lúbrico placer que le promete su concubino. Sin dudarlo, se echa
sobre su hombre, encima del lecho de látex, dejándose llevar por la nigromancia
del fornicio nocturno.
Moviéndose
al unísono, se denudan con exasperante lentitud. Él, instintivamente, se lleva
las bragas a la nariz, inhalándolas con virulencia. No es gordo, pero su
barriga, velluda, es formada por lorzas rollizas.
Diviso
con las lentes de mi catalejo cómo sus manos se buscan, se entrelazan sus dedos
y se funden con voracidad en un beso salvaje. Exploran sus encías, el lomo de
sus muelas, sus dientes, sus paladares. Sus lenguas comienzan a explorar los
surcos perdidos de sus cuerpos.
El
juego, las caricias melódicas, cada vez son más lentas y suaves. Dilatan el
tiempo, haciendo perdurar aquel momento. Me excito al contemplar el movimiento
de aquellos cuerpos en íntima comunicación. Percibo cómo se pone envarado mi
miembro.
Con
desazón observo como ella succiona su enorme falo enhiesto. Lo manosea con
cuidado, con cariño, como se acaricia a un animal recién nacido. Él la
corresponde rebajándose a la altura de sus caderas para recurrir al manido
cunilinguo, enfrentándose a la hedionda y velluda alimaña púbica.
Me
aúno a la ajena bacanal, magreando mi pene cual cubilete de parchís antes de
lanzar el dado.
Se
vuelven a besar, probando, sorbiendo, lamiendo, intercambiando saliva. Ahora
ambos se mueven con los ojos cerrados, dejándose llevar en su vagabundeo por el
crepitar de la carne ardiente, por la suavidad invasora de la marea de los
olores. Movimiento arenoso del deseo, ruido monótono y pausado de su ardor como
el de las dunas asediadas por la penumbra que arrastran la brisa y la luna.
Susurrando, suspirando, la urgencia va en aumento. Llega por fin el alivio
cuando él se tumba boca arriba, con las manos en las caderas desnudas de su
amada, los labios en sus erectos pezones. Observo cómo aquella hembra cabalga
sobre él con los ojos sellados, mordiéndose el labio inferior y jadeando a
medida que él la penetra hasta el fondo, cada vez más deprisa. Mi callosa mano
sigue espoleando mi falo, estimulándolo con vehemencia. Son minutos eternos
de excitación. Advierto cómo el femenil cuerpo se pone rígido y se contrae al llegar al
clímax, abandonándose a su propio orgasmo inmediatamente después, eyaculando
posteriormente yo.

jajajajaja
ResponderEliminarEso es pura pasión.
¿ Se ha excitado también ?
EliminarConsiderando lo propicio de la ocasión y lo idílico del paisaje, ¿ha fornicado usté alguna vez con animales?
ResponderEliminarBesos.
Por supuesto, siendo la fauna caprina mi debilidad,,,
EliminarBarcelonés gafapastoso en linea:
ResponderEliminarEs usted un depravado. En MAYÚSCULAS.
Muchas gracias enigmático paisano,,,
EliminarImplicación le pone su vecino.
ResponderEliminarCasi se me salta una lagrimita cuando besa al peluche.
Sin duda es el momento más solícito del fornicio,,,
EliminarCasi me explota la cabeza. Tómeselo como un halago.
ResponderEliminarAsí lo haré,,,
EliminarMuchas gracias.
Gracias a usted, capullo.
EliminarJoder.
ResponderEliminarCuanto empeño.
Es la brujería del amor,,,
Eliminarjajaja eso, eso
EliminarLa hostia!!!
ResponderEliminarSu vecino es Bill Gates!!!!
Jajajaja
Escatológicamente genial as usual.
Ahora que lo menciona, debo confesarle que cierto parecido tiene,,,
EliminarEs él fijo.
EliminarUtilice este material gráfico para chantajearle.
El beso es especialmente emotivo.
ResponderEliminarGracias de nuevo Sr. Capullo por demostrarnos que el amor no conoce fronteras.
Cuanta razón tiene usted, y qué incomprendidas son determinadas prácticas,,,
Eliminarjajajajaja si es que no se puede ser más grande.
ResponderEliminarNo se puede ser más gilipollas,,,
Eliminarjajaja diossssss necesito un psicologo!!!!
ResponderEliminarPida hora para usted y para mí,,,
EliminarEstás muy loco.
ResponderEliminarSoy consciente de ello,,,
EliminarEs un efectivo método anticonceptivo.
ResponderEliminarCiertamente,,,
EliminarAlguien se fijó en el espejo junto a la cama?¿
ResponderEliminarLes gusta verse en plena cópula.
Este vecino es un degenerado!
Son ustedes de mente cerrada,,,
EliminarDespués del beso, ella le susurra algo al oído.
ResponderEliminarHay complicidad, lo veo.
La hay,,,conchabanza carnal,,,
EliminarMe recuerda una mítica escena de un camarada de universidad que saciaba su instintos carnales con un melón recalentado en el microndas.
ResponderEliminarSu compañero, el del melón, era sin duda, El Elegido,,,
EliminarFscinante.
ResponderEliminarGrcias.
EliminarEstimado Amigo Prepuzio:
ResponderEliminarEs usted un poeta de incógnito. ;)
Un trovador apocado,,,
EliminarLa ventana indiscreta en su versión bizarra.
ResponderEliminarInteresante apreciación,,,
EliminarMario se adelantó a mi comentario.
ResponderEliminarSalu2.
¡ Espabile !
EliminarJAJAJA
EliminarMe encanta el mundo en el que vive.
ResponderEliminarLe dejo un beso.
En ese mundo hay cabida para uno más,,,
Eliminar¿ Le apetece cenar conmigo ?
Su vecina, no tendrá una hermanita?
ResponderEliminarPor supuesto,,,
Eliminar¿ cuál prefiere, la mayor o la menor ?
LOL
ResponderEliminarMuy bueno.
¿ Usted cree ?
EliminarMuy loco, jejeje
ResponderEliminarY usted muy buena,,,
EliminarSe me enamora el alma, se me enamora, cada vez que te veo...
ResponderEliminar¿ Ha bebido usted ?
EliminarEs usted la monda.
ResponderEliminarLlame a Santiago Segura para que le fiche para su próxima película.
No hay nada en el mundo que más ilusión me pudiera crear,,,
EliminarTiene que dejarme esos prismáticos...Mi vecina vive sola con un Pastor Alemán.
ResponderEliminarSe los presto si me prometo devolverlos sin salpicaduras,,,
EliminarEl estúpido relato de hoy es algo totalmente digno del mejor Torrente.
ResponderEliminarUn halago para mí,,,
EliminarSoberano partimiento de ojete he tenido con el gif final, pollo. Es usted grande, grande, grande. No me canso de decirlo.Que la fuerza les acompañe
ResponderEliminar¿ Pollo ?
Eliminar¿¿ Pollo ??
BRAVO!¡
ResponderEliminarDiscrepo,,,
EliminarPersonalmente lo que me excita es el arte con el que practican el folleteo.
ResponderEliminarBienvenido al círculo de los enfermos,,,
EliminarJAJAJAJAJA grande.
ResponderEliminarSi la chica de la 1ª foto es su vecina, me compro unos prismáticos y me vengo de sereno a su casa.
No es una vecina, es un vecino,,,
Eliminar¿ Sigue en pie su oferta de 'sereno' ?
Me encanta volver y ver que sigue igual,
ResponderEliminarDa gusto ver como disfruta el animalito......
Un besazo
Cuanto tiempo sin verla por aquí, amiga Felina,,,
EliminarLe devuelvo el beso, apasionado,,,
Joder.
ResponderEliminarJodo.
EliminarSu turno,,,
Como se quieren, jajaja
ResponderEliminar¿ Envidia ?
EliminarAhora entiendo la falta de peluches en las estanterías del Toys”R”Us.
ResponderEliminar¿ Y qué coño hacia usted en un Toys”R”Us buscando peluches ?
EliminarBuenîsino
ResponderEliminar¿ Usted cree ?
Eliminarjajajajajaja
ResponderEliminar¿ De qué coño ríe ?
EliminarJo Jo Jo
ResponderEliminarEstamos ante un nuevo avance científico: el híbrido mofeta-humano.
Casi lloro.
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